La obra del francés Paul Cézanne -1839-1906-, uno de los nombres más relevantes de la historia del arte y figura estelar del posimpresionismo y de la pintura moderna, es considerada un puente entre el impresionismo del siglo XIX y el cubismo de comienzos del siglo XX. El artista pintó cuatro retratos al óleo de Michelangelo Di Rosa, el chico italiano del chaleco rojo, todos en diferentes poses, que le permitieron estudiar la relación entre la figura y el espacio. Esto ocurrió entre 1888 y 1890. La más famosa de las cuatro pinturas es nuestra belleza del día, que representa al muchacho en clave melancólica, sentado con el codo sobre una mesa y con su cabeza apoyada en la mano. El óleo es propiedad de la Fundación E.G. Bührle de Zürich, Suiza. Los otros tres retratos, todos con diferentes poses del mismo modelo, se encuentran en museos de Estados Unidos.
La fundación propietaria de la obra -óleo sobre tela de 79,5 cm x 64 cm- señala el carácter pintoresco de la pintura y agrega que “aquí hay un equilibrio perfecto entre la alta inteligencia compositiva y la intuición pictórica espontánea”. En 1895, el crítico de arte Gustave Geffroy dijo que podía compararse con los mejores pinturas de figuras de los Antiguos Maestros.
Los colores de la pintura son ricos, densos y festivos. Cézanne usa generalmente estos cuadros como experimentos sobre conceptos pictóricos como la geometría, el volumen o el color. En este caso le da una gran importancia a esto último, sobre todo con la mancha roja que es el chaleco, lo cual llama poderosamente la atención del espectador. La composición está organizada con tres diagonales principales: el ángulo de la espalda y la cabeza inclinadas del niño, el ángulo de la cortina verde oscuro detrás del niño y el ángulo largo del asiento y la mesa que se elevan desde la parte inferior izquierda. Estos tres ángulos son contrarrestados por los ángulos de los muslos y los brazos del niño, creando una estructura fuertemente articulada de diagonales que se cruzan.
El cuadro le fue comprado a Cézanne por el marchand Ambroise Vollard probablemente en 1895 y sucesivamente fue adquirido por los coleccionistas de arte Marcell Nemes en 1909 y Gottlieb Reber en 1913. El coleccionista de arte y mecenas Emil Georg Bührle lo compró a Beber en 1948. Tras la muerte de Bührle en 1956, sus herederos donaron el cuadro a la Fundación que lleva su nombre en 1960.
El 10 de febrero de 2008 el cuadro fue robado: era la pintura más valiosa de la fundación suiza y estaba valorada en 91 millones de dólares. Se recuperó en Belgrado, Serbia, en abril de 2012, tras una amplia operación de la policía y la fiscalía contra el crimen organizado. El niño del chaleco rojo había sido robado por tres encapuchados armados junto a obras de Edgar Degas, Vincent Van Gogh y Monet que formaban parte de la colección de Emil Bührle.
Una de las pinturas de Cézanne de la serie “Los jugadores de cartas” se convirtió en 2012 en la obra de arte vendida públicamente por más dinero, al comprarla la familia real qatarí por más de 250 millones de dólares.
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