Las galerías de arte porteñas reabrieron sus puertas, luego de cuatro meses, para recibir visitantes con turno previo, exclusivamente de lunes a viernes y readaptadas al nuevo contexto sanitario que incluye uso obligatorio de tapabocas, alcohol en gel y sanitizantes, y una persona cada quince metros cuadrados.
“Realizamos una visita a la vez con un máximo de dos personas, por el espacio físico, y para poder respetar la distancia de dos metros. Pedimos a los clientes entrar con barbijo y sanitizar sus manos con el alcohol en gel que tenemos en la entrada, al entrar y antes de salir”, cuenta Linda Neilson, directora de la galería Mar Dulce (Palermo), donde ya recibieron dos visitas con cita previa.
La exposición Una frazada secándose al sol de la ilustradora María Luque planeaba inaugurar en marzo en el local de Uriarte 1490, cuando se decretó la cuarentena, por lo que desde la galería realizaron una inauguración virtual.
“Vamos a seguir con esa muestra unas semanas más para que los interesados en comprar sus obras tengan la oportunidad de visitarla en persona. Incluso, ya tuvimos permiso para realizar ventas con envío a domicilio durante las últimas semanas”, detalla Neilson.
Las galerías tenían permiso para funcionar a partir de ayer, pero la mayoría abrió recién hoy.
El director de Barro, Nahuel Ortiz Vidal, la galería con sede en el barrio de La Boca, señala que ya tienen varias citas programadas para esta semana: “Hemos acondicionado la galería siguiendo el protocolo de apertura: espacio de media hora entre las visitas, poner a disposición del público alcohol en gel, entre otras medidas”, destaca.
“En este momento nos encontramos trabajando en la próxima exposición, una muestra colectiva que hará foco en ‘el reencuentro’, una idea que surgió a partir de charlas con los artistas, con quienes tuvimos un contacto muy fluido durante este periodo de confinamiento”, agrega.
“Todos -prosigue el galerista- coincidimos en la necesidad de volver a la sala para reencontrarnos con el público, con el espacio, con las obras. Queremos una exposición que genere en el público las ganas de quedarse en la galería, de conversar, donde la gente se sienta cómoda y a gusto. Una exposición que nos recuerde la importancia del arte a la hora de construir vínculos, relaciones afectivas, buenos momentos”.
“También tenemos algunas sorpresas en materia de mundo digital y un anuncio importante que estamos preparando para fin de año, que implica un gran esfuerzo por parte de Barro, con el objetivo de continuar trabajando en el posicionamiento internacional de nuestros artistas y del arte argentino”, dice Ortiz Vidal sobre el espacio que dirige en la calle Caboto 531.
La directora de Rolf Art, Florencia Giordana, explica que con la “paulatina reapertura de la galería, haremos una especial despedida y cierre de la exposición actual en sala, la muestra más larga que ha tenido Rolf en exposición: Máquinas de lo sensible de Andrés Denegri”.
Luego, la galería ubicada en Esmeralda 1353 dará lugar al montaje y puesta en sala de la exposición Pensar todo nuevo, curada por Andrea Giunta e inaugurada recientemente de manera virtual.
“Atento al protocolo de seguridad, la galería solo recibirá personas con cita previa y grupos limitados de hasta cinco personas, implementado todas las medidas de seguridad e higiene”, asegura Giordana.
La galerista de Rolf es además la vicepresidenta de Meridiano, la Cámara de galerías de arte contemporáneo que elaboró el protocolo sanitario junto con el gobierno porteño.
“Desde Meridiano celebramos esta iniciativa -asegura Giordana- sin dejar de señalar lo afectado que se encuentra el sistema. Esta posición nos ubica ‘activos’ en un desierto”, asegura a modo de metáfora.
“Frente a un mercado deprimido, devaluado, sin instituciones con firmes políticas de adquisiciones, con limitadas asistencias y débiles programas de recuperación para el sector, será un desafío para las galerías levantar con propias iniciativas respuestas en el mercado interno para sostenerse, y sostener, la producción de los artistas que también han visto desaparecer sus ingresos”.
Por su parte, el galerista Néstor Zonana, director de Pabellón 4, coincide con sus palabras: “Todo el sector que involucra arte y recreación está seriamente dañado y hay que ser muy cautelosos y creativos para estar al frente y continuar trabajando. Estos meses me han servido para organizarme, hacer cuatro ferias en formato virtual y armar proyectos que pronto voy a lanzar y espero sean magníficas e innovadoras estrategias para afrontar el futuro”.
Pabellón 4 reabrió sus puertas “con todas las medidas de seguridad e higiene para recibir visitas y una cita ya programada de una clienta interesada en las obras de Paula Otegui”, cuenta Zonana.
“Creo que no será fácil incentivar a la gente a venir a la galería a no ser que exista un claro interés en ver obras de un artista en particular, hasta que podamos acomodarnos. En función de cómo avancen las novedades en relación al coronavirus la gente va a comenzar a visitar las galerías”, pronostica.
Además, Pabellón 4 planifica una serie de muestras grupales con obras de Dino Bruzzone, Paula Otegui, Jimena Fuertes, Alejandro Thornton y Carolina Agliati, que han sido postergadas al igual que todo el calendario anual del espacio ubicado en Juan Ramirez de Velasco 556.
“Venimos trabajando con todos los sectores de la cultura acompañándolos con distintas medidas, no solo económicas. También pensando protocolos para que cada sector de la cultura pueda ir retomando de a poco su actividad en la medida que la situación sanitaria lo permita”, explica el ministro de Cultura porteño Enrique Avogadro.
“Sabemos que la cultura fue de los primeros en cerrar sus puertas por lo cual, estos primeros pasos son muy importantes para que cada sector comience a monetizar sus actividades”, añade el funcionario.
“Por el momento no hemos recibido ninguna solicitud de visita. Y como estas semanas hay una alta circulación del virus, solo iremos a la galería al momento que surja una cita. Por suerte podemos llegar de manera sencilla y rápida sin la necesidad del transporte público”, relata a Silvina Pirraglia, directora de Hache, donde se exhibe Matar y morir, de Gabriel Baggio.
“En cuanto al protocolo, vamos a recibir de a una persona. Nuestro espacio permite una limpieza rápida y un reacondicionamiento fácil entre visita y visita”, dice Pirraglia, directora de la galería sita en Loyola 32, Villa Crespo.
Ubicada en el barrio de San Telmo, la galería Calvaresi Contemporáneo reabrió con la exposición La vida de las pinturas, de Paola Vega, “una novedad ya que nunca se llegó a inaugurar debido a que se montó días antes del comienzo de la cuarentena”, dice el director del espacio, Guido Calvaresi.
“Reabrimos de 12 a 17, con visitas mediante cita previa y de manera individual. Los turnos son de media hora y teniendo en cuenta la diferenciación por DNI, como indica el protocolo”, agrega el director del espacio de la calle Defensa 1136.
Fuente: Télam / Fotos: Julián Alvarez
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