La pandemia fue un golpe a la economía de los espacios y trabajadores de la cultura. Más profundo aún para los independientes, que de por sí en épocas de “vieja normalidad” tampoco tenían los ingresos de las grandes salas. Y allí, como rehenes de los cierres de los espacios, se encuentran los profesores que, en muchos casos, además de liderarlos, sobreviven gracias a las clases que podían dar a grupos y que, inevitablemente, pasaron a ser virtuales, cuando eso fue posible.
Ante un escenario cultura de arrastre complicado -y en el marco del aislamiento y distanciamiento social, preventivo y obligatorio- un grupo de profesores decidió por primera vez unir fuerza y conformaron la agrupación Profesores Independientes de Teatro (PIT) y que hoy ya reúne a unos 800 educadores de las artes escénicas -muchos están al frente 155 salas en el AMBA-, que aglomeran a unos 25.000 alumnos.
Infobae Cultura realizó un intercambio de mails y Whatsapp con Nayla Pose, actriz, profesora y directora de El Brío Teatro, quien hoy está al frente de esta asociación nacida de la urgencia -y que entre ayer y hoy organiza su primer festival online- para conocer lo detalles de la situación, sus objetivos y cómo se fue construyendo la relación con los organismos del Estado
Para tener un panorama: de un censo realizado por el PIT con respecto a los efectos de la pandemia, se supe que solo el 13,8 % de los docentes pudo adaptarse totalmente a dar clase online, que apenas por arriba de la mitad (56, 5%) lo hizo parcialmente, mientras que el 29,7 % perdió toda posibilidad de hacerlo.
En ese sentido, Pose explica: “Sucede, por ejemplo, que no es lo mismo una clases de dramaturgia que de actuación. Una de dramaturgia es de escritura teatral, estás escribiendo, se debate el texto, se explican contenidos a nivel teórico y procedimental. Una clase de actuación, es de otro orden de complejidad, pues se necesita del fervor del cuerpo, y si bien se puede trabajar la actuación, el encuentro con el otro está reducido a las dos dimensiones que propone la pantalla”.
Y agrega: “El alumnado bajó muchísimo, por más que hacemos un esfuerzo descomunal preparando clases acorde al soporte online. Casi el por ciento de los profes perdieron el 100% de los alumnos, al 16,3% le bajó entre 60 y 90 %; al 34,2 %, entre 30 y 60% y al 44,7, entre un 10 y un 30 %. Los datos son de mediados de junio, la situación ha empeorado muchísimo”.
-De los diálogos que tuvieron dentro de la organización, ¿a qué atribuyen esta merma?
-Nuestro trabajo de clases es bastante complejo de adaptar al formato online. Si bien intercambiamos nuestras prácticas, reflexionamos y pensamos juntos como mejorar, los postulados que se trabajan en la actuación y las zonas indeterminadas de la prueba escapan a la lógica del algoritmo y el 2D. Es verdad que se pueden trabajar cuestiones de la actuación, pero la zona áurica de nuestro trabajo queda lamentablemente reducida. También se pierde la potencia grupal del entrenamiento colectivo, el fervor. Todo eso es extremadamente contagioso e irreductible a las dos dimensiones. Y, por otro lado, la pandemia no avisó, y muchos, tanto alumnos como docentes, no cuentan con la tecnología suficiente.
-¿Cómo surge la agrupación y cuáles son sus objetivos?
-El PIT está compuesto por profesoras y profesores de teatro independiente (actuación, dirección, dramaturgia), algunos de nosotros tenemos espacios, otros no. La agrupación nace el 1 de abril de 2020, en el contexto del aislamiento y distanciamiento social, preventivo y obligatorio. Al momento la red es principalmente de AMBA, aunque estamos en proceso de federalización.
En ese sentido, Pose explica que el PIT llega para construir un espacio inexistente hasta el momento en un universo teatral con una gran cantidad de asociaciones que no los incluía como profesores, como ARTEI (Asociación Argentina Del Teatro Independiente), que reúne a 110 salas aproximadamente; ESCENA -a la que pertenece y contiene a 45 salas-; MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos) y CLUMVI (Cámara de Clubes de Música en Vivo).
- ¿Cómo se articulan con estas organizaciones?
-Estamos en contacto con muchísimas organizaciones, pues todos nosotros -aparte de ser profesores somos directores actores, dramaturgos, directores de espacios, gestores- trabajamos artísticamente en el teatro independiente y oficial. Nuestro trabajo y el de nuestros alumnos está articulado directamente con el quehacer cultural. Además, estamos ampliando la red a nivel nacional, latinoamericano e iberoamericano.
-¿Cuál es la situación en estos tiempos de cierre por pandemia?
-Venimos de un sector ultra precarizado antes de la pandemia, somos bestiales en la autogestión pues esta es parte de nuestra supervivencia. Logramos muchísimas cosas a partir del trabajo en equipo. Nosotros tenemos un tiempo acorde a la urgencia. Lamentablemente el Estado tiene otro tiempo, acorde a sus dinámicas.
“Muchas cosas hemos podido realizar a partir de nuestra ‘prepotencia de trabajo’ como diría Arlt. Organizamos un festival en tiempo récord, creamos una revista, hemos logrado visibilizar nuestra figura a partir de la frase: “Todo empieza en las clases” y de videos que se crean especialmente. Nos censamos, estamos investigando y aprendiendo juntos las mejores formas para dar clases on line. Somos un enjambre laborioso y creativo”, dice.
Además, sostuvo que existe una marcada diferencia al momento de entablar el diálogo con los organismos dependientes del Estado nacional, con respecto a los de Ciudad, donde en uno se han realizado encuentros y avances, mientras que en otro sólo se han realizado encuentros y “promesas de avances”.
-¿Cómo es la relación con los distintos espacios gubernamentales?
-El protocolo fue la primera herramienta del colectivo para acercarnos a las autoridades con el propósito de establecer un diálogo para el asesoramiento sanitario y conseguir su aprobación. Y frente a la necesidad de vehiculizar también los pedidos de acciones urgentes, con el fin de contener la situación económica de los integrantes, se resolvió que esos contactos de modo directo, urgente y en todos los frentes, fuese asumido por el mismo equipo que redactó el protocolo. Hoy llamada comisión Institucionales.
Ante el imperativo administrativo que el sector teatral trabajara en comunidad y presentara un único protocolo, mantuvimos reuniones con ARTEI y ESCENA, llegando al acuerdo con ARTEI que también tenía redactado su protocolo (en principio más enfocado a las funciones en las primeras fases) de incluir la práctica y entrenamiento escénico como una actividad más dentro de su propuesta. ARTEI a su vez articuló con AADET (Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales) y el protocolo fue presentado al Gobierno de la Ciudad en acuerdo entre todas estas agrupaciones: AADET, ARTEI, PIT, ESCENA, APDEA (Profesionales de la Dirección Escénica) y el Complejo Teatral Buenos Aires.
Sabemos que en su recorrido institucional el protocolo aún no llegó a Nación, pues está siendo aún revisado a instancias de la CABA y por el momento no tenemos mayores respuestas al respecto. Hemos mantenido reuniones con los Ministerios de Cultura y Educación de la Nación, fuimos generosamente recibidos y escuchados, y sabemos el desafío que representa este contexto para la gestión actual después de años de vaciamiento cultural, pero hasta el momento, lamentablemente, la respuesta no está a la altura de la emergencia. Estamos trabajando sobre lo urgente primero y sobre temas de importancia después.
Lo que sí obtuvieron, cuenta, es que a través de la Secretaría de Desarrollo Cultural y de la Dirección Nacional de Industrias Culturales, se incluyera la figura del docente en la segunda convocatoria de las becas Sostener Cultura II del FNA. Y agrega: “Desde finales de junio, a través de la Dirección Nacional de Proyectos Estratégicos, se está gestionando bolsones de comida para profesores en situación de emergencia alimentaria, que a la fecha aún no se han conseguido, pero confiamos en que suceda. Trabajamos en consonancia con Artistas Solidarios, por lo cual, muchos de los profes en situación de vulnerabilidad alimentaria ya están siendo ayudados por esa organización civil y, a su vez, desde el PIT, trabajamos para colaborar en las donaciones hacia Artistas Solidarios (que ya tiene una muy buena logística armada). También se esta trabajando en el desarrollo de una línea de subsidios de emergencia desde el INT (Instituto Nacional del Teatro) para profesores en situación vulnerable, aunque lamentablemente a nivel institucional operan unos tiempos que no están a la altura de nuestra urgencia”.
Por otro lado, explica, están trabajando para que se declare la Emergencia Cultural y así lograr el IFE “que merecen todos los trabajadores culturales, para la exención de monotributo y autónomos durante el tiempo que se perpetúe el ASPO, la conquista del monotributo cultural y la declaración de interés cultural para nuestra actividad”.
“En relación a los reclamos y el diálogo con el Ministerio de Cultura de la Ciudad no tuvimos el mismo grado de escucha, aún estamos esperando respuesta a nuestros reclamos. A excepción de la dirección de Proteatro, que accedió a armar en la línea subsidios dentro de la línea de Proyectos Especiales haciendo hincapié en la figura docente. Cabe destacar que los diálogos y gestiones los iniciamos hace unos dos meses y medio”, finalizó.
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