El Fondo Nacional de las Artes (FNA) lanzó la convocatoria de su Concurso de Letras 2020 y acotó los géneros a tres: ciencia ficción, fantástico y terror, lo que despertó -en redes sociales- la crítica de algunos autores con obra publicadas y de otros, desconocidos, que veían al certamen como una oportunidad a partir de dos ejes: uno, el de que muchas obras se quedan afuera y que, además, la excepción del realismo impide a los textos críticos publicarse en un año muy especial debido a la pandemia y los problemas sociales y, por ende, económico, que generó.
También, hay que decirlo, no todos fueron críticas: estuvieron aquellos que ven el concurso como una herramienta para dar espacio a un tipo de literatura que suele ser dejada de lado en un país en el que lo concursos solo las ganas las obras de corte realista.
En el comunicado de lanzamiento, la escritora Mariana Enriquez, la nueva directora del área Letras del FNA, dijo que “circunstancias extrañas y excepcionales nos decidieron a organizar un concurso que fomente un género tradicionalmente relegado, pero que sin embargo pertenece a la literatura canónica de la Argentina con representantes como Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Silvina Ocampo, Alberto Laiseca y también autores contemporáneos como Samanta Schweblin, Ricardo Romero, Liliana Bodoc, Marcelo Cohen y Martín Felipe Castagnet, entre otros”.
Las obras para participar del certamen, como siempre, deben ser inéditas, pero el formato es: novela, cuentos, ensayo, poesía o novela gráfica y además, también se diferencia de los concursos de años anteriores porque busca -en palabras de Enriquez- “estimular una participación realmente federal, modificamos el formato clásico del certamen para recibir textos de más autores, poniendo el foco en las regiones para así jerarquizarlas y darles más visibilidadW.
Edgardo Scott autor de Caminantes, El exceso, No basta que mires, no basta que creas y Luto, entre otras, fue uno de los que se pronunció de manera más contundente en su muro de Facebook: “Los concursos del FNA siempre fueron dignos. Tuvieron momentos mejores y peores, pero en líneas generales eran concursos abiertos que sobre todo reconocían a los grandes géneros: poesía, novela, cuento, ensayo, daban tres premios principales y varias menciones con un jurado de escritores, de mínima, “reconocidos”. No hay muchos concursos así en Argentina, ni siquiera hay pocos. Era el único. Hará 20 años, un premio del FNA era la garantía de editar el libro (del género que fuera), hoy ya no. Sin embargo, sigue -o seguía- siendo un estímulo”.
“Esta decisión de que sólo haya tres subgéneros justo este año (ciencia ficción, fantástico, terror), considerando que se podría haber suspendido o postergado el concurso, porque está claro que en una emergencia sanitaria mundial un concurso literario puede esperar, es una decisión no sólo desafortunada, casi inexplicable, si no fuera por la relación directa que establece entre esos mismos subgéneros y la realidad. Condenándolos a ser los emblemas de la imaginación literaria de esta época. No es casual que se excluya el realismo. El realismo es la crítica de la realidad. Su exclusión, su omisión, es un efecto de lectura clave, es el gran efecto de lectura de esta decisión en este contexto”.
Por su parte, la escritora y artista Cecilia Pavón se sumó mediante Twitter: “necesitamos más novelas de terror en este país, sería la idea que hay detrás de diseñar el criterio de un premio financiado con fondos públicos?”; “No vamos a hacer nada los poetas con la convocatoria del fondo que excluye toda la poesía que no sea de género fantástico o de ciencia ficción? es un chiste”
“Libro de poesía de género fantástico no son todos de alguna forma? no puedo creer la convocatoria del FNA poesía de ciencia ficción? cuánta gente escribe eso?”, escribió la autora autora de Un hotel con mi nombre, Pequeño recuento sobre mis faltas y Once Sur.
Pero no todos fueron negativas. Para Agustina Vidal, autora de Fuerza Magnética, comentó que le gusta la idea “de que el concurso del FNA esté dirigido a un género que siempre queda relegado de los podios habituales. Creo que es estimulante y me intriga lo que serán las poesías fantásticas. Mejor escandalizarnos cuando ponen un límite de edad para participar”.
Nicolás Mavrakis, autor de Houellebecq: Una experiencia sensible, y El recurso humano, sostuvo: “También apoyo las nuevas reglas del premio literario del FNA, que de una u otra manera está forzando a los que sólo pueden mirarse el ombligo en primera persona a imaginar algo más interesante antes de volver a hacerlo”.
SEGUÍ LEYENDO