La belleza del día: “Tragamonedas Medici”, de Joseph Cornell

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

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"Tragamonedas Medici" (1942), de Joseph Cornell
"Tragamonedas Medici" (1942), de Joseph Cornell

Joseph Cornell fue un creador estadounidense muy singular, que incursionó en diferentes formas de arte y con una estética de tradición surrealista con una obra amplia y reconocible, aunque quizá sus ensamblajes, sus famosas “cajitas” son las que despertaron mayor pasión por parte del público y coleccionistas. Tal es el caso de Tragamonedas Medici.

Cornell además de artista plástico y pintor fue un destacado cineasta experimental de vanguardia. Un autodidacta que elaboró un lenguaje propio a partir de la incorporación de objetos desechados. A grandes rasgos, estos ensamblajes son cajas de sombra (shadow box) -un dispositivo estilo vitrina móvil, con un vidrio frontal que contiene elementos en una agrupación temática con significado artístico o personal-. Pero por supuesto, en el arte, la diferencia siempre está en cómo se realiza más que en las herramientas.

Las cajas de Cornell tienen ese poder de jugar con la imaginación, que lleva a unir los elementos que la integran -a veces con un relato evidente, otras no- que así despiertan narraciones propias. El gran placer que generan estas cajas radican en que, más allá de las lecturas posibles, dejan siempre una sensación de misterio.

Tragamonedas Medici es una pieza de 1942, considerada por algunos críticos la mejor de su carrera. El objeto recrea el mundo interior, el traspaso de la niñez a la juventud, de Massimiliano Stampa, marqués de Soncino, a partir de la pintura realizada por Sofonisba Anguissola en 1557. El resultado de la intervención de esta obra del renacimiento fue tan contundente que Cornell realizó toda una serie llamada Tragamonedas Medici (Medici Slot Machine) con pinturas de aquella época y una distribución geométrica similar.

El interés de Cornell por el arte comenzó en los ‘20, cuando trabajaba junto a su familia en el comercio textil, y pudo visitar numerosas exposiciones, aunque una en especial cambió para siempre su destino. En 1931, la recién inaugurada galería de Julien Levy exponía una serie de collages de Max Ernst; poco despúes el joven Cornell llevó sus propios trabajos a Levy, quien le hizo de nexo con artistas ya de renombre, como Marcel Duchamp.

En 1932 sus obras se incluyeron en la primera exposición de arte surrealista que se organizó en la galería de Levy y para noviembre tuvo allí su primera muestra individual. En un principio reutilizaba cajas, pero ya para 1932, gracias a un vecino, aprendió a trabajar la madera y, desde entonces, casi siempre las construiría él mismo. En 1936, una de estas creaciones se incluyó en la mítica exposición Fantastic Art, Dada, Surrealism organizada por Alfred H. Barr en el Museum of Modern Art de Nueva York. Si bien Cornell fue aceptado como parte del movimiento, terminó alejándose debido al interés desmesurado que tenían por el subconsciente o el erotismo y su carácter introvertido que entraba en colisión con personalidades como la de Salvador Dalí.

Cornell estrenó su ópera prima cinematográfica, Rose Hobart, también en la Galería Julien Levy en diciembre de 1936. La película fue realizada, en gran parte, a partir de viejos pedazos de filmes “clase B” que Cornell había encontrado en unos depósitos en Nueva Jersey. Dalí, que se encontraba en Nueva York participando de la apertura del MoMA, concurrió a esta primera proyección y al final del filme le manifestó su enojó diciendo que él había tenido la misma idea de combinar técnicas de collage para filmar. Además, le dijo que debería concentrase en fabricar cajas y no en realizar películas. Traumatizado, el tímido Cornell prácticamente no volvió a exhibir sus cintas, aunque realizó 13 más.

Cornell tuvo una vida casi huraña, aislada, donde desarrolló de manera solitaria su original forma de comunicarse a través del arte. Excepto por los tres años y medio que pasó estudiando en Massachusetts, vivió la mayor parte de su vida en una pequeña casa de estructura de madera en un área de clase trabajadora -junto con su madre y su hermano con discapacidad motriz-, en Nueva York, ciudad de la que nunca más salió.

La primera retrospectiva importante sobre la obra Cornell se realizó en en el Museo de Arte de Pasadena (ahora el Museo Norton Simon) en diciembre de 1966, luego tuvo muestras en el Museo Solomon R. Guggenheim en Nueva York, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York; el Museo de Arte Americano Smithsonian y al Museo Peabody Essex y la Royal Academy of Arts de Londres, entre otras.

Tragamonedas Medici -collage con madera, vidrio, espejo, metal, canicas, jacks, monedas, pintura y papel impreso- fue vendido por USD 5,037,500 en noviembre de 2018 en Christie’s en Nueva York, a un coleccionista privado.

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