“Black Lives Matter”: quiénes son los referentes culturales contra el racismo y la brutalidad policial en tiempo de protestas y pandemia

La académica y activista Keeanga-Yamahtta Taylor; el rapero Chuck D, el cineasta Spike Lee y el filósofo Cornel West, junto con la Nobel de Literatura Toni Morrison, fallecida en 2019, se han convertido por diferentes razones en voces líderes de la comunidad afroestadounidense tras la expansión del movimiento en reclamo por sus derechos

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Un manifestante se para frente
Un manifestante se para frente a los oficiales del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) dentro de un área que se llama la "Zona Autónoma del Ayuntamiento" que se ha establecido para protestar contra las fuerzas policiales y en apoyo de "Black Lives Matter" (REUTERS / Andrew Kelly)

La viralización del video que testimonia la muerte de George Perry Floyd Jr., ocurrida el pasado 25 de mayo a manos de un policía de Minneapolis, conmovió al mundo y reavivó el movimiento social “Black Lives Matter” en contra de la brutalidad policial y más allá, del racismo -aún latente y vigoroso por lo que puede comprobarse- en el territorio de los Estados Unidos. Se sucedieron las protestas callejeras, pronunciaciones públicas y acciones simbólicas: el gesto de rodilla en tierra popularizado por el jugador de fútbol americano Colin Kaepernick en 2016 -tan potente como los puños en alto de los atletas Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México, en 1968- se replicó alrededor del mundo con un inequívoco mensaje.

En medio de toda esa agitación -y de la pandemia-, emergen algunos líderes culturales de su comunidad que operan como las voces de la conciencia afroamericana y proyectan su mensaje al resto del planeta, allí donde también se suceden y, en muchos casos, se multiplican los episodios de discriminación y represión. Entre los más notorios aparecen la catedrática y activista Keeanga-Yamahtta Taylor, el rapero Chuck D, el cineasta Spike Lee y el filósofo Cornel West. Junto a estos nombres, las palabras y los textos de la escritora Premio Nobel de Literatura 1993 Toni Morrison (fallecida en 2019) recobran actualidad y amplifican este discurso. Cada uno de estos referentes culturales, desde sus campos de acción que hoy día son globales, hacen saber qué está pasando. What´s Going On como la bella canción de protesta que compuso y cantó Marvin Gaye (1939-1984), uno de los músicos más relevantes del siglo XX.

Arriba: Chuck D y
Arriba: Chuck D y Cornel West. Abajo: Spike Lee, Toni Morrison y Keeanga-Yamahtta Taylor

En diálogo con Infobae Cultura, Keeanga-Yamahtta Taylor dice que “no se trata solo de la repetición de hechos pasados. Son las consecuencias de los fracasos del sistema político. Es la ilegalidad de la policía, una disfunción en la efectividad, falta de voluntad o incapacidad del Estado en general para responder de manera significativa a sensaciones de desesperación, desesperanza y pérdida. Y creo que lo interesante de estos levantamientos y protestas es que no se limitan solo a los afroamericanos, sino que en realidad es representativo del sentimiento y el estado de ánimo de una franja mucho más amplia de la población, lo que lo hace más peligroso para el statu quo político”. Yamahtta Taylor, una de las intelectuales más brillantes de su generación, es activista y docente en el Departamento de Estudios Afroamericanos de la Universidad de Princeton.

Su libro De #BlackLivesMatter a la liberación negra (2017, Tinta Limón Ediciones) pone en perspectiva histórica las luchas del presente, tiende puentes de análisis con el movimiento de los derechos civiles y el Black Power de los años 60 y va más allá. Ahora, en el actual contexto, la situación es aún más complicada.

“Imagine lo enfadada, desesperada y llena de rabia que debe estar una persona para protestar en la situación de una pandemia histórica que ya ha matado a cientos de miles de estadounidenses, y que tiene un impacto terrible y desproporcionado en las comunidades negras: dicho de forma más clara, uno de cada 2 mil afrodescendientes en el país ha muerto por COVID-19”, responde frente a la pregunta de cómo se vinculan ambas situaciones en este 2020. “Podrá darse cuenta lo difíciles que deben de estar las cosas para que la gente salga en esas condiciones”, concluye.

Sangre y conciencia

La nueva película de Spike Lee, el cineasta que impactó en 1989 con Do the right thing (Haz lo correcto) y que en 1992 dirigió una monumental biopic del líder religioso y social Malcom X, se titula Da 5 Bloods (Los 5 Sangre, en alusión del grupo de soldados y amigos en los que se centra la historia). En un primer acercamiento, se trata de una trama que vincula al género bélico y de aventuras (con notorios guiños de Apocalypse Now, la obra maestra de Francis Ford Coppola): un grupo de veteranos de Vietnam que retornan, ya viejos, a su teatro de operaciones para buscar y desenterrar los restos del líder de la escuadra, pero también un tesoro de lingotes de oro.

Trailer "Da 5 Bloods"

La aparente simpleza de la sinopsis da lugar, luego, a una historia en la que explotan significados por doquier. Están, por supuesto, los contrastes de la discriminación y abuso padecido por afroamericanos y vietnamitas. Y sobre todo, se exponen las costuras de la guerra como una continuación de la lucha de clases, de sus interminables consecuencias en la salud mental de los combatientes y sus lazos fraternales; de las sofocadas pugnas por identidades y hasta del estado actual de cosas bajo la administración Trump: uno de los cuatro amigos, tal vez el personaje central de las contradicciones que plantea la película, declara haber votado al presidente republicano e incluso, porta su gorra con la frase Make America Great Again (“Hagamos a América grande otra vez”, principal mensaje de la campaña).

Fiel a su estilo, Lee potencia la historia con una catarata de referencias culturales, políticas y deportivas de archivo que reseñan, en las dos horas de relato, la historia de opresión del pueblo afroamericano: Martin Luther King, Muhammad Ali, Angela Davis, los atletas del Black Power, los disturbios de la Convención Demócrata de 1968, las protestas antibélicas y, omnipresente, la voz de Marvin Gaye.

Tommie Smith y John Carlos
Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México, en 1968

“Todo estaba pasando al mismo tiempo, y lo que está sucediendo hoy me recuerda a aquello”, le dijo el director a la revista digital Indiwire. En la misma entrevista, Spike Lee no deja de remarcar un dato que subyace en lo que dicen y cómo actúan los personajes. “En el apogeo de la guerra de Vietnam, casi un tercio de la fuerza de combate eran afroamericanos. Sin embargo, éramos solo el 11,12% de la población estadounidense”, refiere.

Palabra de Toni

La Nobel de Literatura Toni Morrison (1931-2019) es considerada, entre otra cosas, como la gran narradora de la verdad afroamericana: una de las escritoras que mejor contó y reflexionó sobre la situación de la población negra y su cultura en Estados Unidos y sobre la raza en general en el mundo. Sus novelas, sus ensayos, sus conferencias y sus discursos cobraron nueva vigencia con las protestas de este tiempo. La fuente de la autoestima, una recopilación de ensayos y discursos editados este año, incluye textos sobre cultura, sociedad, literatura, mujeres y también, sobre la raza.

En un extracto de La primera solución, discurso de celebración de aniversario (Universidad de Harvard, 1995), dijo: “Cuando nuestros miedos estén prácticamente serializados, nuestra creatividad censurada, nuestras ideas comercializadas, nuestros derechos vendidos, nuestra inteligencia transformada en eslóganes, nuestra fuerza reducida, nuestra intimidad subastada; cuando la teatralización, el valor en términos de espectáculo y la mercantilización de la vida se hayan completado, nos descubriremos viviendo no en un país, sino en un consorcio de industrias que nos resultará del todo ininteligible, excepto lo que veamos por una pantalla, oscuramente”.

En un pasaje de La raza es importante, una conferencia magistral del Congreso del mismo nombre celebrado en la Universidad de Princeton en 1994, dijo: “los defensores de la hegemonía occidental presienten la usurpación y ya han descrito, definido y designado como barbarie la posibilidad de imaginar la raza sin dominación, sin jerarquía; como la destrucción de la ciudad de las cuatro puertas; como el fin de la historia: todo eso puede entenderse como una tontería, como una estupidez, una experiencia ya dañada, un futuro sin valor. Si, de nuevo, la consecuencia política de la labor teórica se tilda ya de catástrofe, es más urgente que nunca crear un lenguaje no mesiánico para reconfigurar la comunidad racializada, para descifrar la desracialización del mundo”.

Quién es este hombre

En todo este panorama de agitación social, su figura y sobre todo sus palabras golpean en una gran cantidad de entrevistas y paneles en los que participa por televisión, fundamentalmente. Cornel West aparece con su opinión en los documentales Chasing Trane sobre John Coltrane y The Birth of the Cool sobre Miles Davis. Además es un personaje (el “Consejero West”) en la saga The Matrix. Al respecto, le dijo al diario Los Angeles Times que recibió un llamado de Lana Wachowski (entonces Larry Wachowski) para formar parte del elenco. “Exclamé ¡Dios santo todopoderoso! Me dijo que mis escritos habían influido en la escritura del guión. Estaba estupefacto. Dijo que había escrito un papel para mí y que quería que lo interpretara. Le dije ‘Debe ser una broma…‘”.

Se define como un intelectual público y promotor de la justicia racial a través de las tradiciones de la iglesia afroamericana, el progresismo y el jazz. Es integrante de Democratic Socialists of America; autor de 20 libros, entre los que destacan Race Matters y Democracy Matters: Winning the fight against imperialism, orador electrizante y de larga presencia en las luchas sociales de las últimas décadas. West ofrece historia, música y un profundo conocimiento de la dinámica política y social de su país. Doctorado y Profesor Emérito en la Universidad de Princeton, actualmente es titular de la cátedra Práctica de la Filosofía Pública en Harvard. También ejerció en Yale y París.

“Martin Luther King Jr. nos advirtió de cuatro catástrofes: militarismo (en Asia, África y Oriente Medio), pobreza (a niveles nunca vistos), materialismo (un adicción narcisista al dinero, la fama y el espectáculo) y racismo (contra las personas negras, indígenas, musulmanes, judíos y los inmigrantes que no son blancos), que ponen de manifiesto el odio organizado, la avaricia y la corrupción en el país. La máquina de matar que es el ejército de Estados Unidos tanto en casa como en el exterior ha perdido su autoridad. La economía capitalista, guiada por la búsqueda de beneficio, pierde su brillo. Los destellos de la cultura de mercado (que incluye a los medios y el sistema educativo) son cada vez más superficiales”.

Combate el poder

En la contundente película Do the Right Thing de Spike Lee, sobre un pequeño episodio de racismo y violencia vivido en una cuadra cualquiera de Brooklyn, una canción lo era todo. Sonaba todo el tiempo en un Boombox (aquellos potentes radiograbadores de los años 80) que portaba uno de los personajes, que a su vez habría de desencadenar los acontecimientos. Esa canción era Fight the Power, del colectivo de rap Public Enemy, uno de los grupos más conscientes, politizados y combativos de la historia de la música afroamericana del siglo XX. Al compás de un ritmo envolvente y demoledor, una voz escupía frases y rimas del tipo “Elvis fue un héroe para la mayoría / Pero él nunca significó una mierda para mí, ¿ves? / Directamente racista era este tonto / Simple y plano / Hijo de puta él y John Wayne”.

Public Enemy - Fight the Power

Esa voz es la de Chuck D, activista y rapero que con aquella canción se convirtió en superestrella del hip hop y, desde esa posición de privilegio de difusión en adelante, se convirtió en embajador mundial de la causa de su pueblo. Visitó Sudamérica en varias oportunidades con Public Enemy y también con Prophets of Rage -un supergrupo que lidera junto al guitarrista Tom Morello, de Rage Against the Machine- pero también en acciones de propaganda para su causa. Su libro Fight The Power. Rap, raza y realidad (2017, Tinta Limón Ediciones - DIAFAR) revela su pensamiento sobre las cuestiones enunciadas a la vez que reseña la historia de su banda, del género y disecciona las causas y consecuencias del racismo en su país. Lo presentó en librerías de San Pablo y Buenos Aires ante auditorios colmados y participó de actividades organizadas por la ONG Diáspora Africana en Argentina (DIAFAR).

En uno de los tantos, certeros y extremos párrafos del relato, escribió: “Durante mis años de viajes por las ciudades grandes y pequeñas de Estados Unidos, he desarrollado una teoría con respecto a la comunidad negra. La llamo ‘la teoría de la plantación': los negros no tenemos realmente comunidades sino grupos de plantaciones. Una comunidad es un entorno que ejerce el control de las tres E: economía, educación y ejecución. Sin el control de estos aspectos vitales de nuestra existencia no somos más que robots (...) En los días de esclavitud en el Sur no había puertas alrededor de las plantaciones, pero había un control que recordaba a los negros que no les estaba permitido educarse a sí mismos, emplearse a sí mismos ni escribir ley alguna. Las cosas no han cambiado demasiado hoy en día”.

En medio de las protestas generalizadas y la pandemia en todo el país, Public Enemy acaba de publicar un himno anti-Trump, State of the Union (STFU), que arremete contra el extravagante primer mandatario con un estribillo más bien elocuente: “State of the union/ Shut the fuck up/ Sorry ass motherfucker/ Stay away from me”. “No escribí muchas canciones anti-Trump, pero esta es una anti-45 con seguridad. No habla de que él no sea la persona adecuada para el trabajo y que lo rechazamos, dice que tiene que irse ahora. Las montañas arden y hay que apagar el fuego”, declaró con su habitual estilo directo.

Public Enemy - State of the Union

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