Diez libros para abrir mundos imaginarios y despertar la curiosidad durante el invierno

La selección incluye clásicos como títulos que indagan en la Historia, la poesía y obras para reforzar los nexos con los más pequeños. #LijEnInfobae

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El otoño se fue y aún seguimos en cuarentena. Quedarse en casa es el modo que tenemos para cuidarnos. Entonces, qué mejor que buscar posibilidades. Libros que nos lleven a otros mundos posibles. María Emilia López, en Un mundo abierto (Cultura y primera infancia), que está calentito como el pan, editado por Lugar Editorial propone que es clave crear, pensar dispositivos y modos para que las personas adultas que acompañan a niños y niñas se reencuentren con su sensibilidad, con su sentir, que se sientan habilidades para “jugar, pensar, sentir y hacer.”

En estos tiempos de pandemia, la necesidad de tener aliados para sostener el aislamiento sin dejar de construir lazo social ni de atravesar experiencias estéticas significativas. Y en eso, el arte es nuestra mejor opción. La música, las artes visuales, los juegos de palabras, la posibilidad de encontrar otros escenarios, otros horizontes, otras historias. Y para esto, qué mejor aliados que los libros.

Dos que miran:

¡Qué ojos tan curiosos tienes!, escrito por Romina Carnevale y Paola Vetere, con ilustraciones de Martina Trach. Buenos Aires: Ediciones Iamiqué,2020.

Este libro es el primero de una nueva serie que propone esta editorial que siempre quiere demostrar que la ciencia no muerde. La serie en cuestión es “Tiene sentido”.

¿Los ojos, esas ventanas que nos abren otras, son todos iguales? ¿Todos vemos de la misma manera? ¿Los animales y las personas?

Los libros de Iamiqué invitan a explorar y a pensar. ¿Cómo vemos lo que miramos? ¿Todos los ojos son iguales? Los animales, ¿ven lo que vemos las personas? ¿Cuál es el origen de los ojos? La contratapa invita a descubrir todo esto y mucho más, con tus propios ojos.

Nada tiene sentido sin los sentidos, con ellos, descubrimos y percibimos el mundo. Podemos encontrar. “Gracias a la vista podemos ubicarnos en el espacio, estimar a qué distancia se encuentran los objetos, saber cómo lucen las cosas, disfrutar de los paisajes… y mucho más.” Para verte mejor es lo primero que leemos cuando abrimos el libro. Tiene un índice que dan ganas de investigar: ¿Qué ves cuando ves?, ¿Cómo es? ¿Dónde está? Y ¿Cómo funcionan los ojos? Son los tres grandes apartados de este libro que nos invita a conocer todo sobre las lágrimas, las pupilas, la incidencia de la luz en la vista, la retina, la pupila, los párpados, la ubicación de los ojos. Además, incluye un apartado sobre las autoras.

“¿Por qué necesitás que haya luz para poder ver?

Cuando la luz del sol entra por la ventana, rebota en las cosas que hay en la habitación y una parte de esa luz reflejada viaja en dirección a tus ojos. Y lo mismo sucede cuando enciendes una lámpara. Esa luz que rebota y entra en tus ojos es la que hace que veas lo que hay a tu alrededor. Y eso pasa porque, en realidad, lo único que puedes ver es luz y nada más que luz.”

¿Quiénes hicieron este libro? Romina es doctora en biología y le encanta organizar actividades de ciencia para niños y niñas. Paola es licenciada en Biología y su trabajo es investigar y crear nuevos medicamentos y además, le encanta que la miren a los ojos. Y Martina es ilustradora, para ella la vista es su sentido más emocional ya que le parece increíble todo lo que se puede decir solo con la mirada.

En la página 22 las autoras se preguntan: “¿Ves las cosas como son?”. Nada mejor que este libro para averiguarlo. Mirar: para ver, para entender, para descubrir, para seguir leyendo este libro. Un placer para compartir, explorar y saber más.

Se celebra el sentido de este nuevo libro de Iamiqué para toda la familia, especialmente sugerido por la editorial de 7 a 13 años, aunque a mí, que tengo 51, me encantó.

Cuentos de la selva, escrito por Horacio Quiroga, ilustrado por Alejandra Knoll. Buenos Aires: Loqueleo Santillana, 2018.

Esta es una edición homenaje a los 100 años de su primera edición. Uno de los libros más leídos por estos lares, sin duda. Un autor con un ingenio sin igual. De esos que dejan marcas. Miraba, hacía y escribía. Se llamaba Horacio Silvestre Quiroga. Porque también se llamaba “Silvestre”, no hay que olvidarlo, como dice Laura Devetach: “Todo lo que Horacio tuvo en la selva era producto de sus manos y de su ingenio: un gramófono (…) que andaba con una espina por púa. Un alambre carril que unía el monte con la meseta un poco más alta donde todavía está su casa.

Un libro de cuentos escritos para sus hijos. La selva misionera que amaba y su admiración por el Kipling, el escritor británico, fueron muy inspiradoras para la creación de sus escritos. Sus cuentos hacen mella. Quién haya leído alguno, no lo olvida. Escribió el decálogo del perfecto cuentista donde dice: “No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.” Eso pasa en sus cuentos. Son piezas perfectas, casi matemáticas. Funcionan como un reloj.

“Solo los flamencos, que entonces tenían las patas blancas, y tienen ahora como antes la nariz muy gruesa y torcida, solo los flamencos estaban tristes, porque como tienen muy pocas inteligencias no habían sabido cómo adornarse. Envidiaban el traje de todos…”

Y entonces… si lo leíste, vas a querer ir corriendo a releerlo y a compartirlo, si no lo leíste, también.

Esta edición aniversario incluye, además de los ocho cuentos de Quiroga, algunas de las tapas de las más de 300 que hubo en estos años y un homenaje al autor en palabras de Liliana Bodoc, Roy Berocay, Laura Devetach, Orlando Rodríguez y Ricardo Mariño, quien dice: “La impresión que deja su biografía es la de alguien singularísimo que, como sus protagonistas, siempre está peleándole a la muerte, a veces con la naturaleza como aliada y otras como enemiga. El Quiroga escritor, por cierto, es uno de los grandes cuentistas del continente, autor de relatos clásicos que hay deleitado (y asustado) a varias generaciones.”

Un libro imprescindible para entender el arte del cuento. Historias que hacen ver. Recomendadísimo para todo público.

Dos ficciones históricas para compartir en familia: Belgrano a través de otros ojos que lo cuentan

Mi amigo Manuel, escrito por Mario Méndez, con ilustraciones de Diego Moscato. Buenos Aires: Loqueleo Santillana, 2020.

Qué Manuel Belgrano hizo millones de cosas, lo sabemos. Que cruzó el océano, que se enamoró perdidamente en secreto, que supo enfrentar invasiones, estar al frente de ejércitos, pensar revoluciones. Si hay alguien que hizo la patria, como decía mi abuela, ese, fue Belgrano. Pero en este libro, Mario Méndez nos cuenta a Belgrano desde los ojos del que fuera su mejor amigo. Las ilustraciones de Moscato están llenas de ternura y nos traen un Belgrano cercano: niño, joven y adulto.

“Manuel se puso rojo. Pensé que golpearía a mi hermano, aunque fuera más grande y le llevara una cabeza, pero se contuvo. Lo miro serio y le respondió que para él no había aventuras demasiado grandes. Tenía, lo dije y lo repito, siete u ocho años: no podía saber que esa frase iba a ser sostén de toda su vida.”

Este año fue declarado como el año del General Manuel Belgrano, homenajeándolo a 250 años de su nacimiento y 200 de su muerte en 1820. Esta ficción histórica nos propone encontrarnos, con Manuel Belgrano en la intimidad, esa intimidad única que dan esas amistades que son para toda la vida.

Recomendado por la editorial a partir de los 12 años. Un libro para disfrutar y conocer de otro modo a un grande de nuestra historia.

La Belgranita, escrito por Héctor Ricardo Ferrari, con un anexo histórico escrito por Federico Manias e ilustración de tapa de Caru Grossi. Buenos Aires: Nazhira, 2020.

Esta novela cuenta muchas historias. Por ejemplo, cuenta la historia de Patrocinio, que es una niña que quiere ser periodista. Pero no quiere ser periodista hoy. Patrocinio quiso ser periodista en 1811. Pero en esos días, las niñas no podían elegir según sus deseos. Nadie tomaba en cuenta su deseo… hasta que tuvo suerte y conoce a Manuel Belgrano, para algunos, el primer periodista de la patria. Este encuentro cambia para siempre su vida. Pero también es la historia de Belgrano en el éxodo jujeño, en la batalla de Tucumán y también cuando crea la bandera.

“Trata de no mancharse el vestido. Antes fue de su mamá, ella no lo sabe, pero antes fue de su abuela. Los volados del ruedo son de otro vestido, tienen siete remiendos viejos que solo se ven si se mira muy de cerca y se pasan los dedos sobre la tela.”

El libro incluye una introducción de Federico Manias, sobre Belgrano, su vida, sus ideas y sus obras. Otra ficción histórica que permite conocer a Belgrano a partir de esta mirada. La novela es de la colección Jitánjafora. La editorial la recomienda a partir de los 9 años.

Entre dos, entre muchos. Dos libros de encontrarse

Conexiones, escrito por Walter Binder, ilustrado por Marcelo Tomé. Buenos Aires: Calibroscopio, 2020.

Dice el diccionario que una conexión es la “unión que se establece entre dos o más cosas (aparatos, sistemas, lugares, etc.) o personas para que entre ellas haya una relación o una comunicación.” Y es este libro arma un sinfín de transmisiones amorosas.

Un padre, un hijo, muchas miradas y muchas historias. Un narrador que cuenta sobre su padre cuando era niño, y luego ese niño cuenta su vida, con ese padre que una vez fue niño. Un libro que entrama caminos, experiencias. ¿Cómo son las historias de las que estamos hechos? Como dice Laura Devetach, en nuestra textoteca interna está nuestro recorrido de encuentros amorosos con las palabras, con las historias que arman nuestro recorrido lector. Hermosa dupla es la que arman Binder y Tomé.

Y este hijo que cuenta primero a su padre niño, y luego sus “aventuras” acompañando a su padre al trabajo, y en la casa, y como la trama de la historia y la ilustración nos van metiendo en un clima de historietas, de colores, en la intimidad de estas experiencias compartidas. “Mi papá lee novelas policiales o de vaqueros. También lee historietas. Las suyas y las que le presto yo. A mí me encantan las historietas, pero mis favoritas son las que lee mi papá. El me las pasa cuando las termina. Son aventuras en países lejanos, con dibujos muy realistas y palabras difíciles. Y tienen algo más, que me produce como un cosquilleo.”

Conexiones son muchas conexiones. Entre la realidad y la ficción, entre una historia personal que puede ser a su vez la historia de muchos y muchas, entre los vínculos que tejen compartir momentos, historias. Y es a su vez una historia de la lectura. De la complicidad que se encuentra al compartir historias, de los vínculos que van tallando nuestro ser lector. Las ilustraciones de Marcelo Tomé van creando un clima que tiene muchos guiños para fanáticos: historias de Marcial Lafuente, algo de la atmósfera oscura de la colección El club del misterio. Hay algo en el ritmo de las imágenes que tiene mucho de los dibujos animados de los años 70´s. La edición muy cuidada nos envuelve desde las solapas, con detalles hermosos y muy cuidados.

“Cada tanto mi papá saca unos planos misteriosos. Los estudia y les hace marcas. Sabe perfectamente lo que hace. Yo sospecho que trata de ubicar un tesoro antes que el resto de los piratas. O, quizás, los túneles que traza son en realidad parte de un túnel mayor, con el plan de rescatar a un compañero, cautivo de los malos.” Una historia llena de ternura para compartir a cualquier edad.

Muchos somos, escrito por Pablo Neruda, ilustrado por Diego de Arena. Buenos Aires: Calibroscopio, 2020.

“De tantos hombres que soy, que somos,

no puedo encontrar a ninguno:

se me pierden bajo la ropa,

se fueron a otra ciudad.”

Qué buena dupla hacen los versos de Neruda con la madera. Este poema siempre, desde su creación en 1968, se lee igual y distinto cada vez. Un poema para repetir como un mantra hoy, un poema para tratar de entender. Y aquí la mano de Diego de Arena, un ilustrador novel, como dice la promoción del libro, que toma los versos del premio Nobel y arma otra historia, nuestra historia.

En la página de la editorial se lee: Muchos somos “se resignifica a la luz de los últimos acontecimientos de su tierra y en el actual contexto de la humanidad. Un poema para leer y mirar de a uno y de a muchos.”

No se podría estar más de acuerdo. Un poema que habla de mí y de vos, y de usted. Las ilustraciones de Diego de Arena, que dedica este libro a Cristian Turdera y a Leticia Martínez que lo motivaron a que no baje nunca los brazos, son excepcionales. Su estilo, de esculturas de madera tiene una profundidad y una expresión que encanta, de producir encantamiento. Sus figuras, inspiradas en el estilo de los juegos de madera de Torres Agüero y en las ilustraciones de Isidro Ferrer, arman un mapa de la humanidad. Y en ese mapa, la ternura, el juego, la pregunta, el miedo, el poder, están presentes.

Un libro álbum imprescindible para leer y releer en cualquier momento y a cualquier edad, pero aún más en estos días. El libro nos deja con estos tres últimos versos:

voy a aprender tan bien las cosas

que para explicar mis problemas

les hablaré de geografía.”

Dos de adentro, afuera; afuera, adentro

¡No es una caja, mamá!, escrito e ilustrado por Sol de Angelis. Buenos Aires: Catapulta, 2020.

¿Qué llega a la vida de un niño cuando llega una caja? Un mundo podría decir. Mila es la niña de esta historia. La vemos en el auto, sentada al lado de su caja, exaltada y feliz. No puede creer lo que le acaba de pasar. Sus primas dejaron de usar un montón de juguetes y entonces le armaron una caja llena para ella sola.

“-Mamá, ¿puedo quedarme con la caja también?

-¿La caja? Bueno…sí. Supongo que sí. Pero, ¿para qué quieres la caja?

-No sé, pero algo se me ocurrirá.”

Sol de Angelis nos introduce en la casa de Mila junto con la caja que es cohete, carro, casa, y mucho más. Un libro hermoso, con unas ilustraciones dulces y despojadas, generalmente sobre fondo blanco, con algunos momentos en donde la geografía toma la escena y los colores aparecen, entonces Mila y su caja van al desierto o al fondo del mar… No lo sabemos. La principal tarea de Mila se convierte en reafirmarle a su madre que la caja, ¡no es una caja!

Un libro para disfrutar. Las guardas son hermosas y el libro es sumamente disfrutable e inspirador para buscar e inventar cajas que no lo sean. Muy recomendado para las personas más pequeñas de la casa.

Afuera, de Mari Kanstad Johnsen. Publicado por Niño editor, 2017.

“Un libro íntimo, lleno de humor y ternura” dice la contratapa de este libro silencioso que obtuvo en 2017 una mención especial del Bologna Ragazzi. Los libros llamados así son los que narran una historia solo con imágenes, es decir, sin más palabras que éstas y su título… Afuera. Un título hermoso y tan perturbador en estos tiempos.

También es la historia de una niña que se muda, y de su vida en ese lugar nuevo. Su día a día, lo cotidiano, la oscuridad, el estar afuera de un círculo, de un grupo, de una ciudad. La escuela, la gente, la casa. Una historia que va de un lugar a otro, de una casa a otra. Y la vida cambia.

Un libro que no es la historia de un conejo, aunque también puede serlo. Un libro que juega, con la niña, con quien lee. Aparece una reminiscencia a Alicia (de Lewis Carroll) y los pozos profundos en los que podemos caer y levantarnos cuando aparece, por ejemplo, un conejo blanco. Porque puede haber siempre un conejo y también un as de corazones, y muchos partidos para jugar afuera. ¿Afuera?

Un libro que propone la oscuridad y la luz, la profundidad y la superficie, el trabajo de la ilustración es hermoso, la línea, las viñetas de algunas páginas. Y que invita a pensar qué pasa con el afuera- adentro de quien lo lea

Una belleza este libro editado por Niño editor, editorial que nos tiene muy bien acostumbrados a la belleza. Un libro recomendadísimo para disfrutar sin palabras y despertar pensamientos y conversaciones y ganas de ir tras el conejo blanco.

Dos para mirar más allá de lo que se ve

Rousmeri, de Silvia Katz. Salta: Laralazul, 2019.

Silvia cuenta en la solapa de este libro que pasaba los días, de chica, dibujando y soñando. Soñaba con tener una librería y leerse todo. TODO. Es su primer proyecto como autora, es un libro sin palabras, otro álbum silencioso que no para de decir cosas. La edición fue posible gracias al Fondo Editorial de la Secretaría

“Rousmeri abre los ojos en una familia que le enseña que por ser mujer tiene un lugar asignado en el mundo. Sus padres eligen por ella, pero a medida que va creciendo, aprende a oír sus propios deseos y descubre que su vida está llena de matices. Y que no todo es color de rosa.”

Una niña que empieza a encontrar lo que quiere, que busca, que se enoja. Un libro que va del rosa a todos los colores. Silvia invita a mirar, a imaginar, a que cada uno y cada una le ponga su voz, su sentir, sus palabras a esta historia.

Este proyecto editado por ediciones Laralazul es parte de un proyecto mayor gestado por un grupo que se llama Allá ellas, del que Silvia forma parte, junto a María Laura Buccianti, Virginia Montaldi, Gabriela Zanandrea. Son cuatro mujeres artistas, con formación en artes visuales, con recorridos y disciplinas distintas que desde 2014 crean y comparten proyectos. Sus encuentros se proponen armar tramas entre los distintos lenguajes visuales personales. Siempre están a la búsqueda de posibilidades para realizar sus proyectos y este libro se realizó, junto con otros cuatro, gracias a la Beca de Formación del Fondo Nacional de las Artes que recibieron en 2016, que les permitió entrar de lleno, y de la mano de grandes artistas, al universo del Libro Álbum. Juan Lima, María Wernicke, Diego Bianki y Daniel Roldán fueron los maestros que trabajaron junto a ellas. Un libro hermoso para compartir a cualquier edad. Recomendadísimo.

El señor No Tan. Escrito por Javiera Gutiérrez ilustrado por Petra Steinmeyer. Vera: Listocalisto editorial, 2020.

Una alegría recibir este libro. No había tenido ningún contacto con los libros de Listocalisto, solo los había pispiado en las redes. Y disfruté mucho del señor No Tan. La editorial dice en su página que su idea es hacer puentes y brindar posibilidades de conocer otros mundos posibles.

“Con pies en la tierra y manos a la obra, ¡a soñadoras no nos ganan! Esta es nuestra fábrica de libros para chicos, para chicas, para grandes y medianos, para quienes les gusta pensar y no tienen miedo de sentir, para quienes les gusta jugar y saben volar con la imaginación, para quienes aman las palabras y les encantan los libros ilustrados. ¡Momento de leer!”

Y puedo asegurarles que todo eso es lo que me pasó leyendo este libro.

“era carpintero en una fábrica de plumas, vendedor de velas en la calle estrellas de neón, dibujante de lágrimas de cocodrilo, sombrerero de copa en un baile de salón.”

Hermoso, hermoso, hermoso el señor no tan. Un libro que invita a jugar, a rimar y a pensar. Un libro para descubrir. Para ponerse manos a la obra y darle cuerpo y vestimenta al señor No Tan.

Las ilustraciones están llenas de colores, tramas, formas, líneas, puntos. Detalles para encontrar, para mirar, para buscar, para perderse y preguntarse. Son divertidas y tienen tantas tramas y asombros que dan ganas de ir y venir entre las páginas.

Este señor se despertó una mañana muy confundido y a partir de allí la historia comienza. El juego con el lenguaje, con el diseño, con el cuerpo. Es un libro que invita a dar vueltas las páginas, en varios sentidos, a cortar las solapas, a meterse con el código QR y conocer otras propuestas de la editorial. Un libro para leer y releer. Y estar atentos, porque tiene mucho para contar.

Petra, la ilustradora, es también productora de dibujos animados. Javiera es escritora, periodista y editora. Además del señor no tan, son las creadoras de EL taller del Álbum. Para conocer más, pueden visitar su Instagram: @tallerdelalbum.

El señor no tan propone:

No tan prolijo,

ni tan desarmado:

el señor No tan recortado

con doblez de cartones

está parado.

Tiene conjuntos,

tiene vestido,

tiene sombresos,

tiene paraguas.

Puede vestirse así o asá.

Como más te guste, o como te guste más.

Un libro que empieza de frente, termina de espaldas y en el medio hace volteretas. Recomendadísimo para personas niñas y no tanto.

Comencé esta serie de recomendaciones hablando de Un mundo abierto, de María Emilia López, que se presentó por el FB de Tinkuy encuentro con libros el sábado 28 de junio y puede disfrutarse en este link, cuya lectura les recomiendo mucho. Voy a cerrar también con un fragmento de este libro: “Producir comunidad (…) a través de los libros, los cantos, los cuentos, los juegos, es una forma de cuidado afectivo, cultural y poético. Quien cuida al que cría, protege a la humanidad.” En estos tiempos tan raros, de aislamiento, de miedos, de angustias, hagamos lo que la humanidad hizo desde el primer día, compartamos historias alrededor del fuego para estar a salvo.

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