Norma Aleandro da vida a sus cuentos online: “Escribir hace tanto bien; no importa si uno publica o no, si es bueno o malo”

“Norma en la Nube” es el podcast de Film&Arts, donde la actriz argentina pone cuerpo y voz a una serie de historias escritas a lo largo de su carrera artística. En esta entrevista, sus impresiones sobre el oficio, la pandemia y quiénes son sus autores favoritos

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Norma Aleandro lee 'Historias de Ulises', en "Norma en la Nube"

Norma Aleandro, probablemente la mejor actriz argentina del momento, se presenta desnuda, como escritora, mostrando lo que podría considerarse su secreto: Escribe como lo hace mucha gente “para sentirme bien”.

Desde el exilio, cuando conoce a una gaviota en un hotel, cuando habla de que las mujeres no saben estar solas, cuando sentencia “la humillación envejece”, uno tiene la oportunidad de conocer casi íntimamente a esta celebridad de la Argentina y una de las actrices más valoradas del mundo.

Fue su nieto el que descubrió los textos, a pesar de que ella ya había publicado (sin ninguna promoción) Poemas y cuentos de Aténazor, Los chicos quieren entrar: en un acto, con música y cuatro generaciones en escena, Diario secreto, Puertos lejanos y De rigurosa etiqueta y otras obras y le propuso que diera a conocer los cuentos por las redes.

Al final, “como toda gallina, los pollitos se movieron y yo contenta”, desde su hijo, el director y actor Oscar Ferrigno y los amigos Santiago Squadroni, Julián Carschenboim (cámara, sonido y edición) y el productor Patricio Orozco, ahora veremos ese secreto en forma de podcasts por Film&Arts.

Así es, conoceremos el programa especial llamado Norma en la nube, donde la actriz da vida a una serie de cuentos escritos a lo largo de su carrera artística, muy variados en su estructura, forma, inspiración y punto de vista. Con su voz y su presencia, la afamada actriz nos toma de la mano y nos lleva hacia su nube, un rincón secreto formado por sus relatos. En este maravilloso vuelo transitaremos por atmósferas poéticas, fantasías exuberantes y daremos inesperados giros y saltos gracias a su maravilloso humor e imaginación desinhibida.

Norma Aleandro, inició su carrera en el teatro argentino a los de 9 años. Su protagónico en el largometraje La historia oficial, de Héctor Alterio, ganadora del Premio Oscar a mejor película extranjera en 1985, le mereció los galardones como mejor actriz en los festivales de Cannes y Cartagena.

Trailer de "La historia oficial", película argentina. Una profesora (Norma Aleandro) toma conciencia de lo ocurrido unos años atrás durante la dictadura militar

En 1987, Aleandro participó en Gaby: Una historia verdadera, cinta dirigida por el mexicano Luis Mandoki que narra la vida de la poeta y escritora Gaby Brimmer.

Aleandro también actuó en películas como Cousins, La guerra de un solo hombre, junto a Anthony Hopkins y el film argentino El hijo de la novia, una de las cintas más taquilleras en la historia del país. En 2017, en la Ciudad de México, fue reconocida por su trayectoria artística con el Premio Fénix donde se homenajea a lo mejor del cine iberoamericano. Actualmente, Aleandro dedica sus días a la dirección de teatro y a la escritura.

–Una de las cosas que estaba pensando es que soy una mujer sola…usted dice que la mujer no puede estar sola ¿Es así?

–Te voy a contar que uno de los animales que yo quisiera ser es precisamente el águila. Me encantaría ser eso. Pero, ¿sabes que soy? Una gallina. Gallina de gallineros. Quiero que estén todos bien, que no les pase nada, no sirvo para estar sola, no soy una mujer fuerte. Otras podrán, pero yo no. En ese cuento lo que hago es narrar un sentimiento muy personal en ese momento. Yo viajo por todo el mundo entero, pero no me gusta nada. La gente dice: ¡No puede ser que no te guste nada! Pero es cierto. Me gusta estar con mi marido, con mis nietos, con mis nueras, con mis amigos que son mi otra familia. Soy así.

Norma Aleandro (Foto: Cortesía Film & Arts)
Norma Aleandro (Foto: Cortesía Film & Arts)

–También pensaba que la humillación envejece…lo que uno va recordando cuando envejece es todos los ridículos que ha hecho en su vida

–Sí, es cierto, es así, pero yo hablaba ahí de la humillación que se hace uno sobre otro. Esa sensación de que uno no tiene fuerza para luchar contra algo tan indigno, el humillado se siente sin fuerza para luchar.

–Estoy mirando unas series coreanas y en la cultura coreana parece ser mucho más fuerte la humillación que en nuestra cultura…

–Estamos con mi marido haciendo lo mismo. Estamos viendo muchas series coreanas, algunas buenísimas, en todas ellas ves un maltrato de una persona que tiene un puesto superior, un maltrato medieval. Me gustan a mí porque muestran cómo son y hay crítica al mostrarlo. Se lo agradezco porque es una cultura que uno conoce muy por encima.

–En este podscat aparece casi desnuda como escritora

–He publicado un poco empujada…Lo que sí es cierto es que me gusta escribir y me gusta dibujar. Me publicó entre otros Emecé o Sudamericana los primeros poemas y cuentos, un poco a contrapelo de mi deseo. Nunca los promoví, siempre los mantuve fuera del teatro, es cierto que Mario Vargas Llosa me hizo el prólogo con humor porque le gustó mucho. He publicado bastante, pero poca gente se ha enterado, sólo la gente que compra libros. No he hecho ningún escandalete, me gustaría que se mantuviera en un rincón. Ahora va a salir el libro Confieso que pinto, una cosa que en realidad confieso porque pinto desde que nací. Fera, una editorial moderna, de jóvenes y Daniela Davidovich, que es la que ha empujado todo este proyecto, serán los responsables. Afuera estoy poniendo cosas que son muy íntimas, como los dibujos y los cuentos. Uno de mis nietos está en Barcelona y tiene un estudio de sonido. Yo le estaba leyendo un cuento a mi marido (a él sí se los leo) y él escuchó. Entonces me dice que los publique, yo le digo que no, él me dice que lo mande a las redes, yo digo: ¿A qué redes? Abuela, tienes ahí todo para grabar, tienes a dos compañeros bárbaros que siempre te graban en tu estudio, está mi hijo, que es director y nos juntamos. Y aquí estamos. Un gran amigo que está en Londres me dijo, dame todo eso de Norma en la nube; lo llevó a Film & Arts y lo aceptaron y me lo compraron. Allí están.

(Foto: Cortesía Film & Arts)
(Foto: Cortesía Film & Arts)

–Como una gallina hizo Norma en la nube

–Se movieron todos los pollitos y yo contenta.

–Estas obras secretas que muchas mujeres tenemos. Los hombres hacen cualquier cosa y lo publican, lo promocionan…las mujeres tenemos misiones secretas…

–Sí, es eso lo que dices. Empecé a escribir antes de los 10 años, mis padres (María Luisa Robledo y Pedro Aleandro), que eran actores, estaban en Chile, yo escribía cositas y se las mandaba. Un día lo publicaron en una revista de literatura de Chile. Mis padres estaban felices, pero ni me enteraba. Recuerdo un poema trágico, porque para mí que ellos estuvieran tanto tiempo afuera era trágico, pero no recuerdo más. Recién le comentaba a otra periodista que escribir hace tanto bien, no importa si uno publica o no. No importa si uno es bueno o es malo.

–¿En esa escritura aparecen las personas muertas, sus familiares, como es esa Nube de Norma?

–Es una nube muy rara. Me ha pasado con el tiempo las cosas que sólo cree que le pasan a uno. Cuantos más años vives, más amigos, familiares, gente que quieres, va desapareciendo. Queda en la imaginación, en el recuerdo, pero va desapareciendo. No es que viva con eso en los hombros, pero cuando uno escribe comienza a salir algo mucho más profundo de eso que llevas en los hombros.

(Foto: Cortesía Film & Arts)
(Foto: Cortesía Film & Arts)

–¿Usted diría que el mundo pasado es mejor que el actual?

–Creo que va a salir un mundo nuevo, no porque lo vamos a hacer, sino porque ya está saliendo un mundo nuevo. Nunca pensé que el tiempo pasado fue mejor, esa es una frase intolerante. Hemos hecho maravillas en el pasado, maravillas en el presente y esperemos que en el futuro hagamos más maravillas. Hay que ponerse a estudiar historia de verdad, sobre todo en el tema de la antropología, que me apasiona y ver que cuando la gente dice: -Hemos destrozado la naturaleza, entonces nos hemos destrozado a nosotros. Nosotros también somos la naturaleza. Como hacen los árboles, como hacen muchos animales…este planeta es así, no es otra manera. Cuando salgamos de esta pandemia, saldremos sabiendo cosas que no sabíamos, nos olvidaremos de algunas, pero seguramente llevaremos adelante cosas muy interesantes. Claro que no dejaremos de hacer tonterías, un día estaba sentada frente a una lagunita preciosa, estábamos en casa de unos amigos que viven en el campo y pasa mi marido y me dice: ¡Qué belleza! Y yo le digo, sí, estaba mirando la paz, la tranquilidad de este paisaje…de pronto veo un poco más adentro de los lotos y las raíces se estaban peleando ferozmente, era como una guerra debajo del agua. No tenía nada que ver con el paisaje que miraba.

–¿Quiénes son sus escritores favoritos?

–Tengo una gran biblioteca, usadísima, las obras de Ciro Alegría, Rainer Maria Rilke, Virginia Woolf, Anne Carson, no quiero olvidarme de algunos que me han ayudado a entender cosas, Isak Dinesen (Karen Christentze Dinesen), Isaac Bashevis Singer, Doris Lessing, de quien tengo todos sus libros, Yasunari Kawabata, Haruki Murakami, J. M. Coetzee, Toni Morrison, el otro día veía la problemática y me dio un vuelco en el corazón, miré hacia los libros de ella para entender lo que está pasando, Ian McEwan, Alice Munro, Paul Auster, Mario Vargas Llosa, los cuentos de Jorge Luis Borges

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