La triste noticia inundó las redes sociales desde la mañana. La muerte de Carlos Ruiz Zafón conmovió no sólo a sus amigos y lectores, también a todo el ámbito literario. Tenía apenas 55 años y era uno de los novelistas contemporáneos más celebrados de la lengua española. Falleció de cáncer en Los Ángeles, Estados Unidos. Así lo anunció la editorial Planeta, sello donde publicaba sus libros.
Nació en Barcelona en 1964, estudió con los jesuitas en el colegio de San Ignacio de Sarrià, se matriculó en Ciencias de la Información e ingresó al mundo laboral de la publicidad llegando a ser director creativo en una agencia de su ciudad natal. En 1992 tomó la decisión de su vida: abandonar todo para dedicarse a la literatura.
Comenzó escribiendo libros infantiles. Su primera novela, El príncipe de la niebla, se publicó en 1993 y obtuvo el premio Edebé. Con el dinero del galardón se fue a Estados Unidos donde se radicó definitivamente. Pasó allí los primeros años escribiendo guiones mientras continuaba con su nueva carrera de novelista de literatura infantil. Publicó El palacio de la medianoche (1994), Las luces de septiembre (1995) y Marina (1999).
Con el cambio de milenio llegaron los nuevos públicos. En 2001 se editó su primera novela ”para adultos”: La sombra del viento. Si bien no ganó el premio Fernando Lara 2000 (quedó en segundo lugar), fue un éxito en ventas. Traducida a numerosos idiomas, se publicaron más de diez millones de ejemplares. A Ruiz Zafón le llovieron las ofertas para llevarla al cine, pero siempre se negó.
En una entrevista en Radio Nederland de 2005 dijo que sería una “traición” adaptarla a la pantalla grande dado que “que es imposible hacer una mejor película que la que uno va a ver cuando empiece a leer la novela (...) Sería redundante, irrelevante y totalmente innecesario”.
Luego, en 2017, en una entrevista con Infobae Cultura, explicó mejor su posición: “No quiero transformar la saga en una película o una serie de televisión porque me interesa hacer un trabajo nuevo. No tendría sentido dedicar años a adaptar a otro medio aquello que ya hecho del modo en que lo quería hacer”.
“Estos libros son un homenaje a la literatura, a todas las personas que existen en torno del mundo libro —escritores, lectores, editores, libreros—, y sería un poco deshonesto transformarlos en otra cosa, sencillamente para hacerlos algo más popular. No hace falta que todo sea una película o un videojuego. Quiero preservar este mundo tal como está. Nada cuenta una historia con la riqueza, la profundidad y la complejidad de una novela si está bien escrita y está bien construida”, agregó.
Luego llegaron El juego del ángel en 2008, El prisionero del cielo en 2011, Rosa de fuego en 2012. Su último libro se publicó en 2016: El laberinto de los espíritus. Con una tirada inicial de 700 mil ejemplares, esta novela es, en sus propias palabras, “la piedra de encaje del laberinto, el más laborioso, lo que había soñado muchos años antes”.
¿Su mejor obra? Difícil de acordar por una sola, sin embargo se podría decir que la más importante es La sombra del viento, dado que ganó numerosos premios y en 2007 fue seleccionada en la lista que confeccionaron 81 escritores y críticos latinoamericanos y españoles con los mejores 100 libros en lengua española de los últimos 25 años.
“Hoy es un día muy triste para todo el equipo de Planeta que le conoció y trabajó con él durante veinte años, en los que se ha forjado una amistad que trasciende lo profesional”, se lee en el comunicado que emitió hace unas horas la editorial ha señalado la editorial. “Seguirá muy vivo entre todos nosotros a través de sus libros”. No hay dudas de eso.
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