La imagen muestra a una pareja muy bien vestida y en la calle; una salida de a dos, un espacio público, un hombre y una mujer que muestran que pueden disfrutar. Hay algo de infantil y alegre en ese dibujo, con colores brillantes y entusiastas propios del llamado estilo “folk”. La obra se llama justamente “Street Life, Harlem” (Vida en la calle, Harlem), fue pintada por William H. Johnson entre 1939 y 1940, y reproduce un tiempo en el que en Harlem se vivió el llamado Renacimiento, con artistas afrodescendientes que por primera vez podían dar a conocer su obra y su cultura, con la comunidad negra pudiendo tomar la calle como ciudadanos a la par de los blancos y con un país que por primera vez mostraba interés en esos temas.
Renacimiento de Harlem (Harlem Renaissance) se llama a lo que fue una edad de oro, un reverdecer del arte negro en la comunidad de afroamericanos residentes en Harlem, Nueva York durante los años 1920. La música jazz, la literatura y la pintura resaltaron de forma significativa entre las creaciones artísticas de los principales componentes de este movimiento artístico y el Teatro Apollo fue el centro de ese movimiento, que convocaba a intelectuales, artistas y consumidores de arte alejados de toda forma de discriminación.
William H. Johnson (1901-1970) nació en el marco de la segregación racial en Florence, una pequeña población de Carolina del Sur, hijo de padres muy pobres. A los 17 años se animó y partió a estudiar arte a Nueva York. Ya en la gran ciudad, una vez recibido su maestro y tutor Charles Webster Hawthorne lo ayudó económicamente para que pudiera partir a Europa a continuar su carrera: sabía que el color de su piel iba a ser un obstáculo para triunfar y hasta para vivir en Estados Unidos.
Con 26 años, Johnson alquiló un atelier en París, se puso en contacto con artistas de todo el mundo y conoció a la artista y diseñadora textil danesa Holcha Krake, con quien tiempo después se casó y comenzó a viajar. Luego de un breve regreso a su país, Johnson se instaló con Holcha en Dinamarca, pero el nazismo en Europa los obligó a viajar a Estados Unidos en 1938. Aunque allí no había nazis sí había prejuicios feroces, por lo que ser una pareja mixta resultó una experiencia muy dura, aunque vivir en el seno de la comunidad artística de Harlem por les dio un marco de afecto y tranquilidad.
La obra de Johnson comenzaba por entonces a ser valorada en el mercado del arte y en 1941 exhibió sus pinturas en una muestra de la Galería Alma Reeds. Un año después un incendio destruyó su estudio y redujo los cuadros que allí estaban a cenizas. Comenzaba un tiempo de dolor y tragedia que lo acompañaría hasta el final de su vida.
En 1944, víctima de un cáncer de mama, murió Holcha, su compañera durante 14 años y su estabilidad física y mental comenzaría a tambalear. En 1946, aún seguía pintando y decidió instalarse en Dinamarca. Tiempo después fue internado en una clínica psiquiátrica en Noruega, debido a una avanzada enfermedad mental, producto de la sífilis. Poco después fue transferido al Central Islip State Hospital, en Long Island, Nueva York, en donde pasaría los siguientes 23 años, alejado de cualquier espacio público y de su arte. Murió en 1970.
“Street Life, Harlem” pertenece al acervo del Smithsonian American Art Museum.
El drama de la discriminación en Estados Unidos, como cualquiera puede comprobar en estos días, sigue vigente.
SEGUIR LEYENDO