El pintor italiano Giovanni Antonio Canal, Canaletto, nació y murió en Venecia (1697-1768), ciudad que no solo era un gran motor económico en la época, sino también artístico y que el inmortalizó con una serie de obras excelente factura, como Entrada al Gran Canal, pintado alrededor de 1730.
Hijo del pintor Bernardo Canal, se autodenominó Canaletto para diferenciarse, y si bien se formó en la ciudad de los canales, su gran cambio en lo artístico se produjo en Roma.
En 1719, parten hacia allí para pintar durante un año las decoraciones de las óperas de Scarlatti, pero además de trabajar pasea y aprende, en especial de la obra de Giovanni Paolo Pannini, un artista que seguía la corriente vedutista.
El vedutismo es un tipo de paisajismo urbano, que a veces puede alcanzar una estética cartográfica por la gran cantidad de detalles. Está basado en reproducir imágenes abierta, panorámicas, con minuciosidad.
Este tipo de arte se convirtió en una marca veneciana, muy típico del Settecento (siglo XVIII) italiano, con los canales, monumentos y lugares típicos representados solo o junto figuras humanas. Tenía, de aluna manera, un sentido de souvenir, de recuerdo, y estas obras eran adquiridas en su gran mayoría por extranjeros, ingleses sobre todo, por eso hoy no es tan extraño ver un Canaletto alrededor del mundo.
En este caso particular, la obra (también conocida como El Gran Canal y la Iglesia de Santa María de la Salud) es un paisaje rococó que forma parte de la Robert Lee Blaffer Memorial Collection, en el Audrey Jones Beck Building del Museo de Bellas Artes de Houston (Estados Unidos).
Fue un regalo de Sarah Campbell Blaffer, una filántropa millonaria estadounidense, heredera de dos enormes fortunas: la de su padre Villiam Thomas Campbell, fundador de Texaco, y su marido Robert Lee Blaffer, un gran inversionista de la Humble Oil.
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