Las nuevas formas de exhibición y venta despiertan optimismo en el mercado del arte

Diferentes personalidades reflexionaron online sobre los cambios que se están produciendo a partir de la pandemia: desde la democratización que significan los recorridos virtuales a la transparencia inédita en los precios que podría atraer nuevos compradores

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Las visitas virtuales como democratizadoras del mundo del arte, una transparencia inédita en los precios que podría atraer nuevos compradores y la certeza de que la pandemia no hace más que acelerar cambios estructurales que ya estaban en marcha son algunas de las conclusiones que surgieron en dos charlas online dedicadas a analizar el impacto de la Covid-19 en el mercado del arte.

“Lo que antes había tardado años se consolidó ahora en semanas. En primer lugar, la transparencia de los precios. Conseguir que las galerías tengan la voluntad de mostrar los precios fue una batalla cuesta arriba que tomó décadas. Y cuando inauguramos los Viewing Rooms de Basel Honk Kong, en marzo, uno de los requisitos era que cada galería debía publicar los precios. Y fue extraordinario”, dijo Noah Horowitz, director de Art Basel Miami, durante una charla de la que participaron economistas y analistas de arte.

“Ahora, en términos de qué papel jugará lo digital, creo que el paradigma se construye alrededor de las obras de arte y eso requiere de una experiencia física IRL (”in real life"), de una interacción social, y eso es un desafío en el online. Muchas cosas de logística ocurrirán cada vez más de manera digital pero todavía siento firmemente, y estoy interesado intelectualmente, en estar ahí. Creo que la gente seguirá yendo a ver las obras porque el contexto, la interacción, el encuentro, da un enorme valor", opinó el director para las Américas de Basel.

“Ciertamente aprenderemos mucho de esta crisis. Ha surgido una transparencia de precios nunca antes vista y eso genera confianza. Y ese sinceramiento es un gran factor para atraer nuevos compradores. Incluso, mucha gente desconoce por completo los precios del arte, asumiendo que están fuera de su alcance. Por otra parte, el arte se ha considerado siempre un refugio financiero. Y desde el punto de vista del coleccionista, es la oportunidad de comprar obras que en otro momento no hubiera podido”, señaló por Clare McAndrew, fundadora de Arts Economics.

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La inevitable caída de precios en las obras de arte, por parte de galerías para sostenerse frente a esta difícil situación, la idea de que muchos coleccionistas están a la búsqueda de “una ganga” y el consejo de que si es necesario vender algo por necesidad “sea lo que menos amás de tu colección, y no a la inversa”, también fueron temas que sobrevolaron la charla presentada como “El mercado de arte 2020”.

“¿Cuántas galerías de arte están a salvo por el momento?”, disparó la coordinadora del encuentro, Melanie Gerlis (columnista de Financial Times) en un momento del debate que casi deja sin respuesta a sus entrevistados.

Fue el economista Paul Donovan, jefe de Global Wealth Management Chief Economist UBS, quien tomó la palabra: “La pandemia está acelerando cambios estructurales que ya estaban en marcha. Creo que la lección es el cambio; cambios estructurales que están ocurriendo mucho más rápido, y eso asusta a las personas. No quiero demostrar un falso optimismo pero hago este trabajo desde hace tres décadas y siempre, siempre, hemos subestimado la habilidad del ser humano a adaptarse a las crisis. Sí, el futuro va a ser diferente pero nos adaptaremos”, enfatizó.

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Y luego agregó: “Creo que es importante aclarar que la naturaleza de esta crisis es muy distinta a otras que hemos vivido: son los gobiernos los que están, a propósito, desacelerando las economías, y esto es algo inédito. Y tristemente crece el desempleo en un sector de la población. Y otro sector está ahorrando dinero, o más bien no puede gastarlo por el cierre de negocios. Miremos Asia: cuando Shangai levantó el bloqueo económico, la gente gastó en el primer día 2,8 millones de dólares en las tiendas, un récord total. Creo que veremos más de este tipo de cosas después de la catástrofe”, estimó.

Por su parte, Horowitz indicó que “la conectividad mundial en el futuro puede ayudar a acelerar, en todos los aspectos, al mercado del arte. Debemos esperar el cambio sabiendo que todo lo que trae es un desafío. Las ventas digitales a través de Internet -por Instagram, TikTok o lo que sea que use la próxima generación- llegaron para quedarse. Finalmente estamos viendo a la gente sentirse cómoda con la tecnología y confiar en ella”.

Horas después, un diálogo similar se realizó, vía zoom, organizado por la feria de arte PArC Lima –que dirige el argentino Diego Costa Peuser- bajo el título “Galerías comerciales frente a la pandemia”, con la participación de las galeristas Livia Benavides (80 M2 – Lima), Florencia Giordana Braun (Rolf Art - Buenos Aires), Raquel Ponce (Ponce Robles - Madrid) y el curador Miguel A. López, como moderador.

“Hay un antes y un después de la Covid-19. No solo ha afectado el mercado del arte sino a la economía en general. Y ha truncado un proceso de desarrollo profesional para muchos artistas. Pero todas las estrategias de visitas virtuales van a democratizar el arte. Y dentro de ese mundo tecnológico hay mucho por desarrollar, y creo que eso va a ser algo muy positivo”, aseguró Livia Benavidez, durante el panel al que se sumaron cerca de cien espectadores.

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“La situación actual nos obliga a otras formas de repensar el mundo”, explicó por su parte la cordobesa Florencia Giordana Braun, quien anunció el lanzamiento de la primera muestra online, curada por Andrea Giunta, que revela una nueva percepción de la realidad, una posibilidad de pensar y reformular el mundo y los modos en que vivimos, desde el jueves en el viewing room de su galería.

“Esta situación tan complicada que ha parado el mundo, nos ha hecho ver el ritmo en el que estábamos inmersos. Y tenemos que adaptarnos de forma constructiva”, sostuvo, en tanto, la marchand española Raquel Ponce, de Madrid, donde ayer por primera vez volvieron a abrir sus puertas las galerías comerciales.

También coincidió Miguel López: “Es importante atender a lo que ese cambio de ritmo forzado nos está diciendo. Nos habíamos volcado a una dependencia del turismo y de lo foráneo que en un punto reemplazó a una conversación local, con aquellos que son inmediatamente cercanos a nosotros. Y eso refuerza la pregunta de quiénes son nuestros interlocutores”, finalizó.

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