La reconocida artista visual argentina Liliana Porter, radicada desde 1964 en Estados Unidos, presentó junto a su par uruguaya Ana Tiscornia “Teatro de primera mano para tiempos nuevos”, donde se tensa la melancolía, lo absurdo y la alegría a través de actores que representan situaciones cotidianas asociadas al aislamiento social, en segmentos que fueron grabados individualmente y luego articulados por la edición de Federico Lo Bianco.
Porter continúa trabajando en sus proyectos desde Rhinebeck, Nueva York. Allí tiene el estudio que comparte con Tiscornia y realiza obras con algunas de su temáticas recurrentes -tiempo, memoria, sentido, personajes enfrentados a tareas que los superan-, muchas de las cuales están ahora a disposición del espectador en formato virtual.
La obra de teatro que presenta por estos días fue realizada en tiempo récord y ya se encuentra disponible en Vimeo. “Es una especie de obra teatral actuada por cada uno desde su casa y filmada en teléfonos celulares. Pone énfasis en la dislocación, el tiempo, la realidad y la ficción”, cuenta Porter a desde su confinamiento.
También se inauguró por estos días Red Brush and Other Situations, en la Galería Sicardi, Ayers, Bacino de la ciudad de Houston (Texas), una muestra pensada originalmente para ser recorrida en cuerpo presente pero que se puede visitar on line en el sitio
- ¿Cómo surgió la idea de hacer este video que remite a la vida social dislocada por la cuarentena?
- Junto a Ana Tiscornia, hicimos en los últimos años cuatro obras performáticas con un elenco formado por un grupo de actores argentinos. Teníamos una invitación de la Bienal del Mercosur a presentar en abril Them la última obra que habíamos hecho en Nueva York y estrenado en The Kitchen. En esos días de comienzo de cuarentena, nos dimos cuenta que esa obra en Porto Alegre no iba a tener lugar. Cuando les dimos la noticia a los actores, se quedaron muy desilusionados. Eso, de alguna manera disparó nuestra idea de hacer algo alternativo y plausible en las inesperadas circunstancias.
- “12 de marzo, está claro que nuestra suerte es el arte”, se dice al final del video ¿Por qué el arte es una suerte en este contexto?
-El arte es como una tabla de salvación. Crea un espacio donde uno puede reflexionar, ensayar ideas, formular preguntas, inventar, crear sentido, equivocarse y también, de vez en cuando, acertar.
-En el video hay situaciones de humor que funcionan como contrapunto ¿piensa que el humor es un mediador entre la realidad y nuestras expectativas?
- El humor surge muchas veces involuntariamente cuando se hace evidente la distancia entre nuestros propósitos y nuestras limitaciones, cuando el sentido de las cosas se nos escapa y esa deficiencia nos hace reír. A veces el humor ayuda a enfrentar situaciones muy serias.
-También está presente la nostalgia. ¿Cómo juega?
- Parecería que el presente es inasible pues todo se transforma inmediatamente en pasado. Entonces, cualquier referencia al pasado trae consigo un potencial nostálgico. Más aún en situación de cuarentena, donde lo que uno da por sentado de pronto entra en crisis.
- La virtualidad es asociada en general al aislamiento y al no contacto ¿Este contexto ha permitido repensar la virtualidad de otra manera? ¿Puede ser un camino para recrear la vida social?
- Creo que la mediación virtual es una herramienta que posibilita la comunicación. Sin duda en las actuales circunstancias se ha vuelto un camino de recreación de la vida social y es por el momento la única herramienta con la que conseguimos acercarnos. En ese sentido nos vemos forzados a repensar la virtualidad y otorgarle nuevos valores.
-¿Las condiciones del encuentro físico son insustituibles o hay alguna ventaja en la virtualidad?
- La comunicación presencial creo que es insustituible como experiencia. No hay una ventaja en la virtualidad, esto es un sustituto pobre pero útil y bienvenido en medio de la crisis.
-¿Cómo es la experiencia de la muestra “Red Brush and Other Situations” que está online actualmente? ¿Cómo se reconfiguró para la virtualidad cuando fue concebida para ser visitada personalmente?
- La virtualidad hace tiempo que conquistó un lugar en la difusión de exposiciones. No hay duda que no sustituye la percepción directa de la obra. El uso que se le ha dado hasta ahora era suplementario. La exposición se montó para ser vista en vivo pero llegado el día de la inauguración no fue posible inaugurarla porque se instauró la cuarentena. Entonces lo que iba a ser paralelo se transformó en protagonista. Seguramente, si uno tuviera que pensar una exposición online desde el principio, probablemente la pensaría de otra manera. Una manera que aún no sé cuál es porque aún no maduramos lo suficiente la relación con el medio y la circunstancias como para pensar en esta solución como sustituta. Ojalá no sea necesario.
- ¿Cómo evalúa la situación del campo artístico en este momento? ¿El aislamiento puede ser un disparador para nuevos temas?
- El contexto en el que vivimos, la situación tan radical que estamos atravesando, es obvio que genera innumerables reflexiones. Estas, sin duda, se habrán de reflejar en las obras de arte, tendrán su influencia en la práctica artística y en general en la situación del arte como institución.
- ¿Cuál sería el rol del arte en este momento? ¿Qué pueden ofrecer los artistas?
- En términos generales el rol del arte sigue siendo siempre el mismo: generar reflexión. En particular en este momento, se ha hecho notorio un rol importante pues el arte está ayudando a combatir el aislamiento. Todo el mundo está leyendo, viendo más cine, ópera, teatro, escuchando más música, y acercándose más a las artes.
- ¿Está trabajando en nuevos proyectos?
-Los proyectos que incluían tener que viajar por el momento están suspendidos, pero sigo trabajando en mi estudio en nuevas obras sobre tela, objetos y dibujos.
Fuente: Télam
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