La vida de Vasili Kandinski es fascinante. Nació en Moscú, Rusia, en 1866. Estudió derecho y economía. Era bueno en lo suyo, un hombre muy inteligente y eficaz, pero a los treinta años su cabeza hizo clicks. Tantas leyes y tantos números no le explicaban el verdadero funcionamiento del mundo. Entonces comenzó a estudiar pintura. Tal vez allí encontraría algunas respuestas.
Viajó a Munich, Alemania, y estudió en la escuela Anton Ažbe y en la Academia de Bellas Artes. Tras la Revolución Rusa ayudó a fundar el Museo de Cultura de la Pintura. Su perspectiva espiritual chocó con el materialismo histórico que reinaba en el arte soviético, con lo cual decidió volver a Alemania, donde enseñó en la Escuela de la Bauhaus hasta que en 1933 llegó el nazismo.
Se fue a Francia (los que conocen mejor su obra dicen que allí hizo las mejores) y se quedó hasta su muerte. Un accidente cerebrovascular, el 13 de diciembre de 1944 se lo llevó para siempre. Tenía 78 años. En esos años finales llenos de experiencia, madurez y creatividad, pintó Cielo azul, una síntesis entre sus inicios más figurativos e impresionistas con los años de la Bauhaus dominados por el minimalismo esencial.
¿Quién fue Kandinski? Se lo considera el padre de la abstracción lírica. No sólo pintaba, también reflexionaba sobre su práctica: escribía y daba clases. Era, lo que se dice, un maestro.
En 1912 publicó De lo Espiritual en el Arte, criticando fuertemente las instituciones académicas tradicionalistas y las convenciones que regían la materia. Tenía la certeza de que detrás de las apariencias había una verdad, entonces apeló al lenguaje de color, así que dio sus pautas sobre las propiedades emocionales de cada tono.
Muchas de sus obras se perdieron, luego de que los nazis las declararan arte degenerado. Sin embargo, la gran cantidad de cuadros que pintó conforma una muestra de cómo, cuando realmente se piensa y se estudia el arte, se puede generar un coletazo en la historia. Cielo azul es un gran ejemplo. La pintó en 1940, ochenta años atrás. Es un óleo sobre lienzo. Se conserva en el Centro Pompidou de París.
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