La Real Academia Española se encuentra trabajando en las palabras más utilizadas durante la pandemia y los neologismos surgidos en el habla para completar definiciones y estudiar posibles incorporaciones al Diccionario de la Lengua Española (DLE) que aparecieron en el contexto de la crisis sanitaria mundial.
En el último pleno de la institución se plantearon una serie de palabras que surgieron con fuerza sobre otras, algunas ya existían, mientras que otras cobraron vida a partir del coronavirus.
“Para que una palabra sea registrada en el Diccionario de Lengua Española (DLE), su uso debe tener una gran difusión en todo el mundo hispánico”, dice Alicia Zorrilla, la presidenta de la Academia Argentina de Letras (AAL) y aclara que “la palabra coronavirus no es nueva en el ámbito médico (virus del género coronavirus de la familia coronaviridae), pero sí para el hablante común”.
“Hoy no podemos negar que es la palabra más usada, pero las Academias debemos actuar con prudencia, seriamente. Hay que estudiarla y luego decidir si se incorpora o no en el DLE”, afirma.
En ese sentido, Daniela Lauria, doctora en lingüística, explica que “la RAE tiene una metodología de trabajo que no se desarrolla en absoluto en el corto plazo y tiene tiempos largos, tanto para agregar nuevas palabras (neologismos) como para cambiar y reformular algunas acepciones de voces incluidas hace mucho tiempo”.
Desde inicios de siglo se implementó la “política panhispánica”, lo que implica que “la voz tiene que viajar a las academias correspondientes (América, Filipinas y Nueva Guinea) por si hay un agregado, retoque o supresión en la definición, lo que demanda mucho tiempo y hace que el diccionario esté siempre por detrás de las transformaciones políticas, sociales, económicas, tecnológicas que se están dando”, explica Lauria.
Zorrilla considera que no hay “urgencia” en la incorporación de la palabra “coronavirus” porque el camino de la norma pragmática a la académica suele ser largo y explica que “nunca se vulneran los protocolos de incorporación de una palabra”.
“Algunos académicos españoles sostienen que debe dársele al usuario del Diccionario académico una definición sencilla que satisfaga de inmediato su consulta. Eso no significa elaborar una definición de apuro”, afirma y sostiene que “aún deberán intervenir las demás Academias correspondientes”.
Lauria considera que “en el caso de coronavirus se dijo que existe la posibilidad de recurrir a un atajo para hacer una adición en términos lexicográficos (agregarla) lo más rápido posible pero el recorrido de ida y vuelta a las academias no se puede obviar”.
La académica considera “necesario incluir esta voz pensando en los estudiantes que tienen que hacer tareas y consulten ese diccionario” y explica que “los diccionarios del español on line -muchos elaborados colaborativamente incluso con usuarios-, se actualizan y reactualizan permanentemente, ajustándose más a las prácticas lingüísticas concretas de los hablantes, incluso por el respeto de los usos lingüísticos regionales”.
En referencia al funcionamiento con las Academias Asociadas y las particularidades lingüísticas regionales, Zorrilla explica que “las Academias correspondientes envían a la RAE periódicamente las palabras que tienen gran difusión en los respectivos países” y en cuanto a lo regional “cada Academia compone su diccionario en el que las incorpora” y luego las envía a la RAE, para que figuren en el Diccionario mayor.
Las palabras que se reafirman en su uso durante la pandemia, tratadas en el último pleno de la RAE, fueron: mascarilla, barbijo, nasobuco; confinar, confinamiento; morgue; estado de alarma.
Las que no han entrado en el Diccionario son: coronavirus, coronavírico; Covid-19; cuarentenar, cuarentenear, encuarentenar; desescalar, desescalada; desconfinamiento. Y por último “videollamada”, sin relación directa, y sin figurar en el DLE.
Con información de Télam
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