Los hijos del pintor en el salón japonés se titula esta obra. ¿Quién son esos niños? Efectivamente, los hijos del pintor de la obra: María Luisa y Mariano. La hizo Mariano Fortuny, uno de los artistas españoles más importantes del siglo XIX.
Durante su estancia en Portici, Nápoles, en 1874, quiso representar en una pintura a sus hijos. Y ahí se ven, sobre un diván muy alargado, recubierto de tejidos, al modo japonés. Es un momento de intimidad infantil sublime.
La obra fascinó a su época y lo sigue haciendo en esta. Muchos la vieron como una síntesis, muy propia de Fortuny, entre el arte japonés y el dibujo y modelado occidentales. El fondo es muy peculiar y original. En el catálogo de la venta de París de 1875 se lee: “El fondo del salón está tapizado de una tela de seda azul cielo, sobre la cual están bordadas mariposas y ramas de arbustos”.
En ese sentido, Fortuny era un adelantado. Aunque el gusto por lo japonés se había impuesto poco a poco en la sociedad europea de finales del siglo XIX, sobre todo en Francia, nadie mezclaba ni experimentaba. Cada estilo se movía por canales separados. Podría decirse que este pintor fue quien los unió.
Cuatro meses después de pintar este cuadro, murió el artista. Fue en Roma, debido a una hemorragia estomacal causada por una úlcera. Los historiadores del arte, aún hoy, lamentan lo que perdió la cultura: su obra estaba en plena evolución artística. Los hijos del pintor en el salón japonés está en el museo del Prado.
SIGA LEYENDO