La belleza del día: “Díptico Marilyn", de Andy Warhol

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

"Díptico Marilyn", (1962), de Andy Warhol. Serigrafía sobre lienzo (301,56 × 144,8 cm) en el Tate Modern

Unas semanas después de la sorpresiva muerte de la estrella de cine Marilyn Monroe, el artista estadounidense Andy Warhol daba su golpe de efecto: presentaba su Díptico con la imagen de la actriz, que se convirtió en una pieza clave de su producción artística, como de la historia del arte pop.

El Díptico de Marilyn (1962) es una serigrafía realizada a partir de una fotografía que Norma Jean Baker, su nombre de nacimiento, había realizado para el filme Niágara (1953) y contiene cincuenta imágenes de la actriz.

Esta pieza fue uno de los grandes aciertos de Warhol, que encontró en la serigrafía fotográfica la técnica con la que sería reconocido en el mundo. Además, este estilo tenía características que agradaban al neoyorquino: era sencilla, rápida y le permitía realizar leves modificaciones a una misma foto una y otra vez, además de poder ser producida en serie, lo que le permitía poder vender este tipo de obras en más de una oportunidad. Una especie de grabado moderno.

De acuerdo a algunos críticos, los 25 cuadros situados a la izquierda -de colores brillantes- representan la vida de la celebridad, mientras que los 25 de la derecha -en blanco y negro- a su muerte.

Pero, ¿por qué eligió a Monroe? Los especialistas aseguran que lo hizo por su estatus de celebridad y, a la vez, de símbolo sexual. En ese sentido, Warhol realizó muchas obras con Monroe como modelo, pero también de otras celebridades. Incluso, realizaba algunos a pedido de coleccionistas.

También se sostiene que a través de este tipo de obras, Warhol hacía referencia a una sociedad en la que la gente se veía más como un producto que como una persona y en la que representaba la obsesión de los medios y la sociedad por algunos de los personajes del espectáculo.

Para realizar este trabajo, Warhol aplanó aún más los retratos para reducir las sombras y empleó colores vivos para mejorar la simplicidad emotiva y revelar sutilmente el lado superficial de la actriz.

La pieza es propiedad de la Tate Modern de Londres. El 2 de diciembre de 2004 en un artículo en The Guardian, la obra fue nombrada el tercera pieza más influyente de arte moderno en una encuesta de 500 artistas, críticos, y otros integrantes del mundo del arte.

SIGA LEYENDO