Para Marc Chagall (1887-1985) el amor podía dar alas y él las encontró temprano, cuando conoció a Bella Rosenfeld, escritora, quien sería su primera esposa y con quien tuvo una relación muy documentada en sus pinturas. “Abría la ventana y junto con Bella entraba en mi cuadro azul de cielo, amor y flores. Vestida toda de blanco o de negro aparece desde hace ya tiempo en mis cuadros, como guía de mi arte”, escribió en su libro Mi vida. Se conocieron en 1909, cuando Chagall estudiaba con Leon Bakst, escenógrafo de los famosos Ballet Rusos de Diaghilev, y solo los separó la muerte.
Sus amantes por las nubes, sus violinistas, sus pequeños pueblitos judíos (shtetls) y sus sueños, más el uso atrevido del color y sus vitrales con imágenes bíblicas -que pueden verse en templos y catedrales de diversas ciudades del mundo- son marca de una obra original y reconocible, con sello distintivo. Chagall había nacido en Vitepsk con el nombre de Moïche Zakharovitch Chagalov y quería ser considerado un autor bielorruso. Su exilio de la entonces Unión Soviética luego de vivir en San Petersburgo y su radicación definitiva en París (donde murió) alojaron su obra en el contexto de la pintura francesa.
El escritor Henry Miller lo llamó “un poeta con alas de pintor” y este poeta del arte enamorado debió pelear e insistir para que la familia de su joven amada -cuyo padre era un acaudalado joyero- le permitiera estar con él, por entonces un “mal partido”. De hecho, se fue a París y recién cuando consiguió vender algo de sus pinturas volvió a su pueblo natal para casarse con Bella y llevarla con él a Francia. Pero justo estalló la Primera Guerra Mundial, las fronteras se cerraron y debieron quedarse varios años más en Rusia.
Este cuadro que hoy compartimos se llama Cumpleaños y fue pintado por Chagall en 1915, poco antes de su casamiento con Bella, su gran musa, como una forma de expresar que los amantes pueden llevar su felicidad por los aires: si hasta dan ganas de salir volando con ellos. Al año siguiente nacería la hija de ambos, Ida. Después de la guerra vivieron en Lituania y Alemania y luego residieron en París. Más tarde, con la avanzada nazi, se trasladaron al sur de Francia, donde Bella escribiría sus obras en idish, algunas de las cuales serían publicada póstumamente. Su último viaje juntos lo realizaron en 1941 a Nueva York. Allí la escritora contrajo una infección que la llevó a la muerte en cuestión de días, en 1944.
Para Picasso, Chagall era un artista excepcional. “Después de la muerte de Matisse”, dijo el malagueño, "el único artista que ha entendido la esencia del color es Chagall. Desde Renoir solo él captó el sentimiento de la luz”.
En la actualidad Cumpleaños se encuentra en el MoMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
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