La belleza del día: “Ritmo de Otoño (Número 30)”, de Jackson Pollock

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que regalarse imágenes hermosas

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"Ritmo de Otoño (Número 30)", de Jackson Pollock
"Ritmo de Otoño (Número 30)", de Jackson Pollock

Una tela extendida sobre el suelo y la pintura cayendo sobre ella, desde mediana altura, en finos hilos que bajan desde paletas o directamente desde la lata sostenida por Jackson Pollock, referente principal del expresionismo abstracto. Era su técnica característica y se llama dripping o goteo. Cuando el público vio sus obras y cómo las hacía quedó fascinado.

Una de ellas, tal vez la más importante, se titula Ritmo de Otoño (Número 30). Hoy se la puede ver en la colección del Metropolitan Art Museum de Nueva York. El pintor estadounidense nacido en 1912 y fallecido en 1956, a los 44 años, a causa de un accidente automovilístico, la creó entre 1947 y 1952. Es una de las obras de mayores dimensiones de Pollock y, tal vez por eso, fascine aún más.

Su creación fue documentada por Hans Namuth, que fotografió a Pollock trabajando a lo largo de varios meses en 1950. Al momento de la exposición —primero en la Galería Betty Parsons en 1951 y después en el Museo de Arte Moderno, como parte de la muestra 15 estadounidenses, en 1952— el título elegido por el artista fue “Número 30”.

No quería usar nombres que distrajeran a los espectadores buscándole un significado más allá de la obra. Sin embargo, cuando el cuadro fue expuesto en la Galería Sidney Janis en 1955, llevó el título "Ritmo de Otoño”, sin referencia al número. No se sabe por qué el cambio. Hoy se usan ambos: Ritmo de Otoño (Número 30).

En 1957, el Metropolitan adquirió la pintura por 20 mil dólares junto con otra obra que ya se encontraba en la colección del Met, Número 17, de 1951. Allí permanece hoy en día. Nadie que la haya visto fijamente durante varios segundos puede precisar qué ve exactamente. Las palabras no parecen alcanzar. Quizás Pollock buscaba exactamente eso.

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