El avance del coronavirus y la continuidad de la cuarentena obligatoria hicieron que se modifique la manera de estrenar las películas argentinas. Todas las semanas, hasta que se vuelvan a abrir las salas, llegarán propuestas nuevas de ficción y documental para disfrutar durante estos días que debemos quedarnos en casa de manera online.
El jueves se estrenó el documental Un sueño hermoso, de Tomás de Leone, que está enfocado en la vida de Alejandra Podestá, la actriz que siendo apenas una niña fue elegida para protagonizar el último film de la mundialmente conocida directora argentina María Luisa Bemberg. Junto al gran actor italiano Marcello Mastroianni encabezaron De eso no se habla en 1993. Hasta ese momento, Alejandra había vivido acomplejada en su casa por su condición de enana. Este film marcó un antes y un después en su vida. Sin embargo, luego se alejaría de las cámaras y tendría un trágico final: fue asesinada en su departamento del barrio porteño de Agronomía en 2011. Un femicidio que nunca logró esclarecerse.
Luego de la premiada ficción El aprendiz, de Leone presenta este documental que se aleja del final trágico de esta actriz para focalizarse en su trabajo en la película y sobre la manera de filmar y contar que tenía María Luisa Bemberg, una mujer que revolucionó la manera de hacer cine en la Argentina. Cuenta con imágenes de archivo y entrevistas a reconocidos personajes de esta industria como Lita Stantic, Alejandro Maci, Berta Goldemberg, Jorge Goldemberg o Felix Monti.
En esta entrevista, Tomás de Leone relata el camino que recorrió para conocer la historia de Alejandra, que está compuesta por momentos luminosos y tragos amargos, que la llevaron a ocupar un singular lugar en el cine argentino.
- ¿Cómo estás viviendo este contexto de cuarentena?
- Teníamos fecha de estreno para el 30 de abril, íbamos a hacer el circuito independiente de Gaumont y Malba, nunca se me pasó por la cabeza que el primer acercamiento que iban a tener los espectadores con la película iba a ser vía plataformas o en la televisión. Pero cuando surgió la posibilidad, aceptamos ante la incertidumbre de no saber cuándo se iban a abrir de nuevo las salas. Lo charlamos con los distribuidores y la gente del INCAA y nos pareció la opción más acertada. Sin bien pensé la película para sala, con atributos cinematográficos que la misma iba a potenciar, los que hacemos cine buscamos especialmente que las películas se vean. Seguramente habrá mucha gente interesada en verla desde su casa, más en estos momentos de aislamiento. También es una forma de apoyar a la plataforma CINE.AR PLAY y hacer que muchas más personas la conozcan, se familiaricen y vean todo el material hermoso que tiene y en muchos casos gratuitos.
- ¿Cómo llegaste al personaje de Alejandra y que te llamó la atención de él?
- Estaba investigando para otro documental un personaje y dentro de esa investigación llegué a conocer cuál había sido el final de Alejandra. Ahí me fui enterando de quién había sido y que película había protagonizado y recordé que la había visto con mis viejos en mi casa en un VHS, recordaba pedazos de ese film que ellos habían alquilado. También este documental me permitió a ampliar el conocimiento que tenía de la directora María Luisa Bemberg, me pareció que ambas pertenecieron a un universo muy interesante dentro del cine argentino, no solamente lo que había pasado con ella como actriz sino del tipo de película que había protagonizado y permitía pensarla desde un lugar más amplio.
María Luisa Bemberg era una adelantada a su época, no solamente por ser una mujer dirigiendo en los años noventa una película de gran presupuesto, sino que venía de casi ganar un Oscar con Camila (1984), donde narraba la historia de un romance entre una joven y un sacerdote, que fue un éxito de taquilla con millones de espectadores. Los personajes femeninos de sus producciones siempre estaban cuestionando los mandatos sociales que eran impuestos en esa época, como ocurre con su ópera prima Momentos, que retrata a una mujer adúltera. Sin embargo, su discurso no se acotaba solamente a sus filmes, ella no perdía oportunidad para hablar de género, algo que era muy extraño en esos años. Al comienzo de este documental, puede observarse una imagen de archivo del programa de televisión Función Privada, que se emitía en la televisión pública y puede verse como ella enfrenta a sus conductores, Carlos Morelli y Rómulo Berruti, cuando uno le cuestiona por qué una mujer se puede llamar a sí misma feminista con orgullo, mientras que un hombre no puede decir que es machista, ella sin ningún problema le contesta: “Porque ser machista es ser fascista”.
- Además de la figura de Alejandra, también hay un rescate de la directora María Luisa Bemberg, ¿por qué decidiste darle ese espacio en el documental?
- Ella cuestionó el rol que estaba teniendo la mujer antes de que estuviera en agenda y lo pensaba desde un lugar que no se podía creer lo claro que la tenía. No es que solamente Alejandra participó de una película muy grande sino que se inauguraban significantes muy interesantes y súper adelantados a la época. Pone la vida de Alejandra en otro lugar, por esa razón era muy importante rescatar el personaje de María Luisa. Además, para conocerla más tuve el honor de que participen personas que han trabajado con ella, como Lita Stantic o Félix Monti, que para mí son de los personajes que hicieron las películas más interesante de cine argentino de los últimos treinta años.
- A medida que avanzaba la investigación, ¿descubriste cosas de Alejandra que no conocías?
- Cuando arranqué no sabía nada de su vida. Ella murió de una manera muy trágica y triste y dolorosa pero no es lo único que le pasó en la vida. No me interesaba ahondar en ese final. Me parecía que había cosas interesantes en su vida bastantes raras y únicas y eran más luminosas que ese final. Nunca tuve la intención de hacer un documental amarillista. Obviamente que se iba a tocar en algún momento como parte de la historia pero no como eje principal. Me parece que tuvo una vida atípica por las cosas que vivió y por como las atravesó. El documental rescata su figura y permite pensar un montón de cosas sobre la historia del cine argentino, sobre el rol de la mujer y del propio deseo de una mujer que siempre se sintió excluida no solamente por su rol de mujer sino por su condición de enana. En contraposición a esto, María Luisa la presentó como un personaje sexuado y en pareja con un galán internacional como Marcello Mastroianni. La puso en un lugar de muchísima ponderación y es algo que no estuvo totalmente dimensionado. Ella era una directora muy masiva, que casi había ganado un Oscar con Camila y tomó una decisión tan arriesgada de convocar como protagonista a una chica que nunca había actuado, que era enana y la puso en una historia de amor con Mastroianni.
- ¿Qué entrevistados te parecía que eran indispensables?
- De a poco un entrevistado te lleva a otro, sabía que iba a conseguir más rápido a los entrevistados que habían aparecido en la película. Lo que fue más difícil, fue conseguir a los chicos que también eran enanos o pequeños como ella y que fueron parte del elenco. Ellos sí tenían más resquemor acerca de cómo se iba a encarar el tema y los traté con mucha delicadeza para no caer en el morbo o en el golpe bajo. Se abrieron y entraron en confianza. Eran testimonios muy indispensables ya que al no estar ella viva necesitaba de personas que muestren una perspectiva de vida similar, que hayan pasado por algunas circunstancias parecidas para poder dimensionar cómo pudo haberse sentido ella en algunos momentos o qué sentía al tener una altura mucho menor al promedio. Me pareció que fueron muy útiles para construir el relato. Por otra parte, creo que a ellos también les sirvió para entender algunas cosas de la personalidad de Alejandra, como por qué después de la película ella se encerró en su casa y se negó a recibirlos o por qué murió del modo en que murió, tan oscuro y violento.
- ¿Te pusiste límites sobre que temas abordar?
- Cuando arrancamos, entrevisté a muchos de los vecinos que vivían en su barrio. Ese material quedó afuera porque ahondaban muchos en ciertas cuestiones sobre su muerte que no tenía interés en tocar. No por mal gusto, sino porque más que los hechos de cómo murió, lo que quería saber era cómo llegó hasta ahí, porqué se había expuesto de esa manera y cuando se empezó a poner policial decidí dejar esa arista.
- A diferencia de una ficción, como fue tu ópera prima, ¿qué sentís que te aporta el documental?
- El documental tiene la ventaja de ser más barato para producir y te permite poder aprovechar estrategias narrativas muy atractivas con poco presupuesto. Eso es un buen ejercicio y permite poder pensar los materiales con más tiempo. Los procesos de edición son más largos, algo que con las ficciones no te podés permitir. En el documental podés pensar cosas de nosotros mismos. Te deja interrogantes. Muchas personas que vieron esta película me dijeron que fueron a buscar información y se hicieron preguntas, cuando estuvo en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Al principio, tenía un poco de miedo sobre la lectura que podían hacer de la película aquellas personas más adentradas que yo en el pensamiento feminista pero lejos de recibir críticas se armaron discusiones muy lindas.
*"Un sueño hermoso" podrá verse a partir del jueves 09/04 en CINE.AR TV (jueves 09 y sábado 11 a las 20 horas) y en la plataforma CINE.AR PLAY, de manera gratuita.
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