Las salas de cine atraviesan, debido a la cuarentena e igual que muchos otros sectores, un cierre total. Ante un pedido de tres entidades que nuclean a la mayor parte de estas salas, el INCAA se negó dar algún tipo de subsidio porque “rinden sus utilidades a corporaciones extranjeras”.
La historia empezó la semana pasada, cuando Luis Puenzo, presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), envió un comunicado a todo el sector. Frente a la cuarentena obligatoria y la crisis económica general, declaró al cine en estado de emergencia.
Allí expresó que “los ingresos provenientes de las salas cayeron a cero", y si bien dijo que “no es posible que el INCAA solucione esta crisis”, aseguró que están trabajando con el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Producción para beneficio de "las industrias culturales entre las áreas más afectadas”.
En este contexto se dio un pedido formal de tres entidades que nuclean a las salas: la Cámara Argentina de Exhibidores Multipantalla (CAEM), la Federación Argentina de Exhibidores Cinematográficos (FADEC) y la cadena Showcase.
En concreto, se le solicitaba a las autoridades del INCAA que tengan en cuenta que “las salas de exhibición cinematográfica con un alcance de 10.000 trabajadores en todo el país están cerradas, no perciben ingresos y no tienen ninguna posibilidad de revertir esta situación en el mediano plazo y en consecuencia".
Mediante otro comunicado publicado el fin de semana, Puenzo dio una respuesta tajante. “Permítanme expresar nuestro desacuerdo con el reclamo de empresas que rinden sus utilidades a corporaciones extranjeras, que suelen considerar a las regulaciones culturales como una interferencia en sus negocios”, comenzó el cineasta.
Uno de los puntos en que se centró Puenzo fue el denominado “impuesto al cine”, que "dicho impuesto lo pagan los espectadores al adquirir entradas de cine. Los exhibidores solo son agentes de percepción de esta recaudación que no les pertenece”.
“Cabe señalar que en los meses previos a la pandemia el cine vendió más entradas que en años anteriores, y que no hay motivo alguno para que reclamen, no entendí a quién, quedarse con ese dinero”, agregó para luego cerrar con esta frase: "Estoy seguro que todos queremos evitar sumar conflictos a los que nos plantean las actuales circunstancias”.
Hubo entidades que manifestaron su apoyo a la decisión de Puenzo. La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, por ejemplo. También Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) que expresó en un comunicado lo siguiente: "Por primera vez el cine argentino, con todo el respeto que la exhibición merece pero también con la firmeza imprescindible que requiere, le señala cual es el lugar que le corresponde”.
Pero, ¿cómo se conforman estas tres entidades? ¿Realmente son todas internacionales? Una es la cadena Showcase, que es propiedad del grupo estadounidense National Amusements, y que tiene varias salas, muchas de las más grandes del país, como la de Haedo.
Luego está la CAEM, que está integrada por Hoyts General Cinemas de Argentina SA, Cinemark SRL, Cinépolis Argentina¸ Norte Exhibidora Cinematográfica (Atlas), Empresa San Martín y Boulevard Shopping Adrogué (Grupo Harari). Son empresas internacionales que hoy cuentan con, según su propia web, con 43 complejos cinematográficos con 321 pantallas, conformando el 34% de todas las que hay en el páís.
Pero también la FADEC, que está lejos de ser una entidad internacional. Es una federación que representa a 200 salas que, en general, son de cines chicos y medianos a lo largo de todo el país. “Nuestros Asociados son en su totalidad empresas de capital argentino e independientes”, explican en su sitio web.
Teniendo en cuenta esta particularidad, según pudo saber Infobae Cultura, el INCAA se comunicó con FADEC “para encontrarle una salida a esta situación”.
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