Qué es el Mundial de Escritura, la propuesta argentina para que la literatura se potencie en la cuarentena

El editor y tallerista Santiago Llach acaba de lanzar un campeonato a gran escala. “La experiencia de tantas personas escribiendo al mismo tiempo en esta época inquietante seguro dará resultados que no puedo anticipar”, le dice a Infobae Cultura. En esta nota, todos los detalles

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(IStock)
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“En parte imaginé que podía resultar, pero no esta avalancha”, confiesa Santiado Llach en un breve diálogo con Infobae Cultura. Hace apenas unos días lanzó una propuesta en las redes que rápidamente se viralizó, no sólo en Argentina, sino también varios países del mundo. El títutlo tiene su encanto: Mundial de Escritura. En tiempos de cuarentena para prevenir el contagio del coronavirus, todos intentan quedarse en sus casas. A los que se la pasan escribiendo no les resultó difícil: la reclusión es su estado de escritura.

Lo primero que hay que saber es que la inscripción cierra esta misma noche —jueves 19 de marzo a las 23:59 de Argentina (2:59 GMT)— y que la participación es totalmente gratuita. Cada participante debe escribir cada día durante esas dos semanas 3000 caracteres con espacios (o más). Es posible inscribirse individualmente o por equipo; a quienes se inscriban solos se les asigna un equipo; los equipos pueden ser de entre ocho y doce personas. El campeonato comienza el lunes 23 de marzo a las 6 AM de la Argentina (9 GMT) y termina el domingo 5 de abril.

“Me estoy organizando —continúa Santiago Llach— porque implica bastante trabajo. Contraté a mis hijos adolescentes como asistentes y acá estamos, con el living de casa convertido en el bunker organizativo, contestando mails y preparando los excels que tienen cierta complejidad. También convoqué a mis alumnos, ya expertos en esto, para que guíen a las muchas personas que van a tener preguntas. Estoy medio a full pero divertido”.

Santiago Llach (Foto: Santiago Saferstein)
Santiago Llach (Foto: Santiago Saferstein)

¿Cómo es la competencia? Respecto al reglamento, asegura que “parece complejo pero es simple”, y lo explica así: “Cada integrante tiene que escribir 3000 caracteres por día o más, totalmente libre en cuanto a género, estilo y continuidad. No tiene que haber relación entre los textos de los textos de los miembros del grupo. Sólo cantidad, 3000 caracteres, nada más. Primero el trabajo, después la inspiración. En esa etapa del Mundial, sólo se mide la efectividad del grupo. Si son diez y un día escriben nueve, tienen 90% de efectividad. Todos los días se va actualizando la tabla de posiciones. Hay un elemento de buena fe y es que sólo se pueden subir textos escritos en el día”.

“El 6 de abril empieza la segunda etapa —agrega—: tienen que elegir entre todos un texto de uno de los miembros del grupo (un texto breve, de hasta 5000 caracteres). Pueden también editarlo y mejorarlo. Los textos finalistas (serán mínimo 200, uno por grupo) van a ser leídos por un jurado de preselección, y el jurado, integrado por escritores y escritoras, seleccionará a los textos ganadores. También la gente podrá votar en redes. Todo esto sumará puntos a la efectividad inicial. Cada miembro del equipo ganador se lleva una suscripción por tres meses a Pez Banana, el club del libro que tengo con Florencia Ure. También se lleva un premio el goleador, que es un género aparte: gente que escribe hasta 50000 caracteres por día en un frenesí imparable”.

“Los grupos escriben en documentos de Google compartidos a los que sólo acceden sus miembros. Pero por ejemplo un grupo integrado por escritores ya publicados (Magalí Etchebarne, Julieta Mortati, Rafael Otegui) va a abrir su Drive para que cualquiera pueda leer su escritura en vivo”, agrega en lo que es toda una novedad.

Hace diez años que Llach organiza campeonatos, o “championnats”. Son cuatro por año y los hace dentro de sus talleres literarios. “Últimamente participan 200 alumnos y ex alumnos por edición”, confiesa. De allí han surgido libros, como La música que llevamos adentro de Julia Moret y La caja Topper de Nicolás Gadano, o ideas como las que resultaron en La sal de Adriana Riva y Estás muy callada hoy de Ana Navajas.

Para Llach, que es un militante de la idea de que “siempre se escribe con otros”, el Mundial de Escritura es “open source analógica” porque “no es una creación mía sino una idea original de Hilario González y Pablo Lanseros que fue perfeccionada por el conjunto de mis alumnos y alumnas. La idea de hacerlo abierto me la habían dado varios. El lunes, con la incertidumbre de tener que pasar mis talleres a digital, me pareció que era una buena idea hacerlo en este momento de tanta angustia social”.

El objetivo de esta interesante movida, concluye el editor y tallerista mientras trabaja para que este Mundial de Escritura quede en la historia, es “compartir este mecanismo que ayuda con el hábito y la escritura en general. Además, la experiencia de tantas personas escribiendo al mismo tiempo en esta época inquietante seguro dará resultados que no puedo anticipar”.

* Toda la información del Mundial de Escritura está acá. Todos los participantes, individuales o grupales, tienen que inscribirse a través de uno de estos links: 1, 2 y 3.

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