“La historia no define el destino, pero siempre nos señala un desafío.”
Enero de 2015. En una hoja de apuntes comienzo a escribir una pequeña historia. En otra, defino el conflicto y aparecen los protagonistas. En la siguiente, establezco el lugar donde transcurre y las relaciones entre los personajes. Así nació Debajo de mis pies, cuyo título surgió mucho tiempo después. Fue ése y ningún otro. A puro papel y lapicera fue creciendo. Después, la tecnología intentó imponerse sobre lo manuscrito, pero convivieron durante todo el proceso. Adoro estar envuelta en hojas de todo tipo. A4, oficio, rayadas, cuadriculadas, lisas, fotocopias que usé del lado no impreso, libretas, libretitas, etc. Escribí en forma compulsiva. Cuando el caos fue bastante importante, mi pulso de cronista me auxilió y en una hoja de dibujo número seis, anoté los hechos por orden cronológico. La novela encontró su forma en varios capítulos tematizados, que me dieron la estructura para que habitara el texto.
En Debajo de mis pies, el descubrimiento de petróleo sacude las estructuras políticas e impacta en la vida de un pueblo. Desde el presidente de la Nación hasta el último legislador quedarán comprometidos cuando haya que votar las leyes que regirán la explotación petrolera.
Desde el principio, el petróleo se impuso en el relato y me obligó a informarme sobre aspectos que no conocía y a dilucidar sobre la materia. Durante muchos meses, me dediqué a leer y a investigar. Luego, todo fue más complejo. El libro se había sobredimensionado y causado desconcierto. Pero los personajes me guiaron. Encontré las coordenadas. Como si tuviera una aguja con un hilo, hilvané desde el comienzo hasta el final, que ya estaba escrito, los elementos que le dieron el sustento a esta historia.
Fuegos cruzados. Mortalidad infantil a causa de la pobreza y las guerras. Suba y baja del precio del barril de petróleo. Crisis energética. Calentamiento global. Contaminación ambiental. Mientras el mundo empeoraba en la vida real, me desafiaba a mejorarlo mientras escribía. Inventé un universo paralelo. Y resultó. Comencé a escribir desde el sentimiento, continué con racionalismo y terminé conteniendo la emoción en el último párrafo. Está escrita con la absoluta certeza de que si hay algo que no debemos perder, es la humanidad.
La complejidad de los problemas abruma. Si en el pasado se tomaron las decisiones en base a nuestro origen o nuestra herencia, por imposición o por equivocación, lo que importa es comprender por qué llegamos al punto donde estamos parados hoy. Transitando la historia de Debajo de mis pies, entendí que los errores no siempre se producen por malas intenciones. Muchas veces, se generan por las mismas razones que los aciertos. Me queda la satisfacción de dejar en mano de los lectores una llave para abrir nuevas puertas. La de esta novela queda abierta. Como escritora, tengo marcado el camino y el impulso para continuarla.
*La autora es Licenciada en Comunicación Social, periodista y escritora. La presentación del libro: 11 de marzo 19.30 hs. Sociedad Argentina de Escritores. Uruguay 1371 1° piso. CABA.
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