Tres empleados del Museo Histórico Nacional, que depende del Ministerio de Cultura, fueron detenidos por el robo más de 900 monedas romanas, griegas y bizantinas, valuadas en 150 mil dólares, que luego fueron vendidas a coleccionistas, informaron fuentes judiciales. Los tres hombres, dos de ellos padre e hijo ordenanzas del museo, fueron denunciados por los propios dos coleccionistas que hicieron la compra denunciaron al hecho. Allí, en ese mismo lugar, ocurrió el robo del reloj de Manuel Belgrano, la única pertenencia de valor que tuvo el prócer al morir.
Según pudo saber Infobae, los coleccionistas sabían perfectamente que esas monedas que les estaban ofreciendo se habían expuesto en el Museo Histórico Nacional en mayo de 2019. Vale aclarar que la ley castiga a ambos: al que compra y al que vende. En tanto, voceros del Ministerio de Cultura de la Nación confirmaron el hecho y aseguraron que “hay una investigación en curso”.
El 14 de febrero pasado cuatro hombres se presentaron en un comercio de compra y venta de objetos usados y compraron, primero 275 monedas, luego otras cinco (que hoy están en manos de la justicia). Los pagos por las monedas se hicieron en dos etapas: la primera fue un pago de 1600 dólares y 82.500 pesos y la segundo de 800 dólares y 60 mil pesos. Se calcula que hay 600 monedas que no están incautadas. Según las fuentes, un experto en numismática aportó al comerciante el dato de que esas monedas estaban incluidas en un catálogo del museo histórico, y ante la sospecha de que podían ser robadas, decidió presentarse el 27 de febrero último en una dependencia de la Policía de la Ciudad y denunció el hecho.
El caso comenzó a ser investigado por el fiscal federal Guillermo Marijuán y el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien ordenó al personal de la Policía Federal y de Interpol una serie de allanamientos, algunos de ellos en el Museo Histórico Nacional. Los investigadores determinaron que las monedas estaban guardadas en oficinas de acceso restringido, es decir que no estaban a la vista del público, por lo que se comenzó a rastrear a aquellas personas que podrían llegar a tener ingreso a esa zona del museo. Además los pesquisas establecieron que en ese sector había medidas de seguridad que, se cree, fueron violentadas.
Con los datos aportados por los comerciantes que compraron las monedas, los investigadores lograron determinar que los sospechosos podrían ser algunos empleados del lugar, por lo que la Justicia ordenó la intervención de los teléfonos de tres personas. Según las fuentes judiciales, durante el fin de semana los escucharon decir frases como “se pudrió todo” a partir de la aparición de una nueva denuncia pero en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires que generó revuelo al interior del museo. Las intervenciones telefónicas ordenadas por el fiscal Marijuán se pudieron realizar porque los denunciantes aportaron los números de los detenidos y los chats mediante los cuales combinaron la compra venta de las valiosas monedas.
Tras las detenciones, el fiscal Marijuán constató que las tres personas que, de acuerdo a la prueba colectada, habían encabezado las ventas de las monedas supuestamente robadas trabajaban en el área de maestranza el Museo Histórico Nacional: un padre con su hijo y un tercer hombre. Fuentes judiciales informaron que de las 980 monedas robadas ya fueron recuperadas más de 500 -devueltas por los distintos compradores denunciantes- y permanecen bajo la custodia del área de Patrimonio Cultural de Interpol. . La causa está en secreto de sumario y no se descarta que hayan nuevas detenciones.
Con información de Télam.
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