Juan Sasturain llega a la Biblioteca Nacional como el personaje literario que es. A paso lento, siempre vestido con colores claros, el bolsito colgado al hombro, barba blanca y melena detrás, anteojos alargados a la altura de la nariz, mirada observadora. Llega y hace algún chiste. Son las siete y monedas de un miércoles de verano en la Biblioteca Nacional. Ya sentado, toma el micrófono y pregunta: “¿Se oye bien?” Algunos dicen que sí, otros que no, entonces repite, gracioso: “Pónganse de acuerdo, ¿se oye bien?”
Es su presentación como director de la Biblioteca Nacional y la sala está llena. Muchos editores, escritores y referentes de la cultura están presentes. Algunas palabras y otro chiste: “Estoy rodeado de amigos, que no es poco. Esto se parece más a un cumpleaños”. A su lado, su equipo: Elsa Rapetti, subdirectora de la Biblioteca, Guillermo David, director de Coordinación Cultural, y Roberto Arno, director de Coordinación Administrativa.
Faltan algunos, quizás los más imprescindibles, “por razones mayores”, explica Sasturain. Horacio González, que será el encargado de dirigir la editorial de la Biblioteca, por “un pequeño problema de salud”. María Moreno, directora del Museo del Libro y de la Lengua, por “un pequeño desencuentro”. Y Tristán Bauer, ministro de Cultura, “porque esto no es una presentación oficial”. “Un personaje de Eduardo Belgrano Rawson dice: ‘vayamos fusilando mientras llega la orden’. Nosotros podríamos decir: ‘vayamos obrando mientras llega el nombramiento’”, bromea Sasturain.
El escritor, uno de los más grandes autores de novela policial en Argentina, se reconoció “paracaidista” ya que no tiene conocimientos bibliotecológicos, pero sí un buen equipo y “muchísimas ganas de trabajar”. “Esto tiene que funcionar para los de adentro, los que trabajan aquí, y para los de afuera, los que visitan la biblioteca”, dijo y agregó que es prioridad “conservar los puestos de trabajo”. “Como diría Borges: nos tocó, como a todos los hombres, vivir tiempos difíciles”, comentó en referencia a la crisis económica. “Además, yo estoy acá porque le creo a Alberto”.
Cuatro desafíos y un equipo
“En la Biblioteca va a volver a funcionar el Museo del Libro y de la Lengua, que había quedado librado a su suerte”, dijo sobre lo que será uno de los objetivos de gestión. En ese sentido elogió a María Pía López, quien fue su primera directora; María Moreno es la sucesora. Otro punto: el regreso de la editorial de la Biblioteca Nacional. “400 títulos llegó a publicar, ¡un vagonazo! Y no son libros, como suele ocurrir en el Estado, que nadie lee ni nadie sabe dónde están. Son de calidad. Eso va a volver a ser activado. Horacio González va a estar a cargo”, aseguró.
“Vamos a volver a estar en la Feria del Libro. Es una vergüenza que la Biblioteca Nacional no esté en la Feria. Vamos a estar en esa feria y en todas las que podamos”, dijo respecto del tercer desafío. El cuarto, el último, tiene que ver con el edificio de la calle México, donde antiguamente funcionaba la Biblioteca y que hoy funciona como anexo: “Va a ser parte orgánica”, asegura. Los investigadores Laura Rosato y Germán Álvarez continuarán trabajando allí, en el Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges. La idea es que sea el lugar donde habite el universo Borges.
Breve y conciso, Sasturain terminó de contar sus propuestas, sus metas de gestión, y presentó a su equipo de trabajo. Antes, y como cierre de su oratoria, aseguró: “Esta biblioteca es de todos, donde puedan convivir todos los pensamientos. Los de un palo y los de otro palo. Los que se excluyan será porque quieren”, concluyó.
Luego, sí, su equipo. La primera, la subdirectora, Elsa Rapetti: ingresó a trabajar al edificio en 1995 como atención al público. “Entré como trabajadora y es lo que sigue siendo”, dijo. Además, destacó que “estamos a la vanguardia de cualquier biblioteca de América Latina” y la importancia de las editoriales federales. “Es un desafío que hay que tomar con lucidez, entereza y pasión”, fueron las palabras de Roberto Arno, director de Coordinación Administrativa, que formó parte de la Biblioteca Nacional entre 2006 y 2015, hasta que Alberto Manguel llegó a la dirección.
Por último, Guillermo David, director de Coordinación Cultural, quien desembarcó en este edificio hace doce años como curador de muestras artísticas. “Esta no es una refundación, pero tiene un aire. Venimos de tiempos oscuros, sobre todo en la Biblioteca Nacional”, dijo y agregó que la “la Biblioteca no es solo un depositario de libros”, sino también “la caja de resonancia de la cultura”. “Hay que construir lectores. Sin lectores no hay Nación”, concluyó.
Laten las expectativas
Luego de los aplausos, una mesa con dos mozos invitaba a los presentes a servirse una copa de vino y brindar. De eso se trataba. Infobae Cultura se acercó a algunos de los editores, escritores e intelectuales presentes para dialogar acerca de las expectativas. Esto dijeron:
—Daniel Divinsky, abogado, editor y docente: Creo que renueva la esperanza de que la Biblioteca se convierta en una entidad abierta y no solamente dedicada a la especulación académica y a la consulta por las elites intelectuales. Es una institución que también puede cumplir otras funciones. Creo que la formación de Juan, el hecho de ser un escritor de fuste, pero también de raigambre popular, va a contribuir que si logra evadir las estructuras, que deben ser muy fuertes internamente en la Biblioteca, se consiga volver a lo que fue la Biblioteca en la época de González: una biblioteca con una presencia enorme.
—Andrés Duprat, guionista, arquitecto y director del Museo Nacional de Bellas Artes: No lo conozco tanto personalmente a Juan Sasturain. Sí lo he leído y lo conozco más públicamente. Me parece que es una persona solvente, que es una persona muy bien intencionada. Y además conozco a una pieza importante de su equipo que es Guillermo David, que me parece que va a ser una gran gestión en el área de cultura de la Biblioteca. Así que yo tengo realmente la mejor visión y estoy seguro que la Biblioteca va a volver a tener el relieve que alguna vez tuvo.
—Eduardo Jozami, abogado, docente y escritor: Tengo las mejores expectativas por la trayectoria de Sasturain y de la gente que lo acompaña. Además porque establece una continuidad con la gestión que desarrolló Horacio González, seguramente con nuevas iniciativas y adecuándose a un nuevo momento de la política y de la sociedad argentina, pero recuperando, no sólo esa, sino en general las mejores tradiciones de la Biblioteca. Yo creo que se puede estar muy esperanzado, aunque es un momento complicado para cualquier gestión hoy en el país, pero me parece que la gente que han puesto al frente de la Biblioteca merece toda nuestra confianza.
—Alejandro Dujovne, doctor en Ciencias Sociales y autor del proyecto de ley del Instituto Nacional del Libro Argentino: Por lo pronto cambia el aire. Cambiar el aire ya es mucho. En el ámbito cultural, y prácticamente en cualquier ámbito del Estado, hay un plano que tiene que ver con el ánimo, con las ideas, con lo que fluye en un espacio político, y creo que en cultura más todavía que en otro. Entonces, primero te diría eso. Después se verán los recursos. Mi expectativa es que, lentamente, a medida que se vaya acomodando la Biblioteca Nacional y el resto de la política cultural, en particular la del libro, se pueda generar alguna instancia común, alguna mesa de trabajo común, de cara a, eventualmente, lo que tiene que ver con el Instituto del Libro, pero más allá de eso, básicamente que se pueda coordinar una política que pueda pensar al universo del libro, editorial, librería, etcétera, de manera estratégica y a largo plazo. Esa es mi expectativa y creo que Juan es la persona indicada para empezar ese diálogo.
—Damián Tabarovsky, escritor, editor y traductor: Espero que se retome el impulso que tuvo la década anterior la Biblioteca. Yo siempre hago una pregunta: antes de la gestión de González, ¿quién fue el director de la Biblioteca? Bueno, a partir de su gestión algo ocurrió que la Biblioteca se convirtió en un lugar abierto e interesante y también en un cargo prestigioso y codiciado. Con esa lógica vino Manguel, con un cargo prestigioso pero la gestión no existió. Entonces la idea sería apoyar a que vuelva mínimamente, con la situación económica que es paupérrima, y que retome la capacidad bibliotecológica, porque no hay que olvidarse que esto es una biblioteca, pero también la colección de libros. Con eso, aunque sea un poco por debajo de lo que era antes, ya es mucho.
—Aurelio Narvaja, editor: Me genera la mejor expectativa Juan Sasturain. Es un intelectual reconocido. Además de ser un escritor, es un tipo con ideas, con una marcación claramente nacional pero a la vez abierta. Me parece excelente. Me parece muy bien la designación de David. Los dos han sido y son, de alguna manera, autores de la editorial, pero al margen de eso es gente muy reconocida. La presencia de una cantidad muy amplia de escritores, yo diría de todos los colores políticos, es muy auspiciosa. Tengo la esperanza que tengo también con este nuevo gobierno. Me parece que después de estos cuatro años de oscuridad, de apagón cultural... la verdad en pocos ámbitos como el de la cultura se vio un apagón tan impresionante. Por eso, ahora estoy muy feliz, la verdad que esa es la palabra.
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