La novelista estadounidense Nicole Krauss, cuya obra ha sido traducida a más de 30 idiomas, afirma en una entrevista que la literatura más interesante de la actualidad está siendo escrita por mujeres, entre las que citó a la alemana Jenny Erpenbeck, la canadiense Rachel Cusk y la suiza Fleur Jaeggy.
“Creo que la literatura más interesante que está siendo escrita en estos días es hecha por mujeres y es algo que encuentro extraordinario”, resalta Krauss, quien participa en el Hay Festival de Cartagena, en el Caribe colombiano.
Entre sus escritoras favoritas puso a Erpenbeck, autora de libros como Yo voy, tú vas, él va y La pureza de las palabras, sobre quien dijo que está haciendo “un trabajo de un nivel increíble y escribiendo cosas realmente originales”.
“Hay otras grandes escritoras en la actualidad. Pienso en Rachel Cusk, cuya trilogía fue muy interesante. También hay otras escritoras un poco mayores, como la suiza italiana Fleur Jaeggy, una extraordinaria escritora”, valora Krauss.
La novelista se presentó el pasado sábado 1 de febrero en el HAY Festival de Cartagenas de Indias, en Colombia, donde habló de su cuarta novela, En una selva oscura, publicada por Salamandra. En ella reúne a personajes que están dispuestos a dejar atrás la vida construida para ir en busca de su transformación personal y entre ellos estás Nicole, una escritora de Brooklyn sumida en una crisis creativa mientras su matrimonio se desmorona, que decide volver a un hotel de Tel Aviv, donde ha vacacionado múltiples veces, inspirada en la historia de un viejo que murió ahí, para escribir su nueva novela.
Una invitación narrativa
En su más reciente novela, En una selva oscura, la escritora nacida en Nueva York hace 45 años hace una invitación a los lectores a que abran su mente y traten de que ampliar “el sentido” de lo que leen, para lo cual se usó a sí misma como “conejillo de indias”.
“En el mundo de la literatura cada vez que lees amplías tu sentido de algo, pero luego regresas y cierras el libro y eres la misma vieja historia. Así que quería invitar al lector a esta conversación sobre si es posible abrir esa narrativa para ser más creativos al respecto, para darnos más libertad. Así que pensé que quizás la forma más natural de hacerlo es tomarme como conejillo de indias”, relata y agrega sobre su decisión de hablar, de alguna manera, en primera persona.
“Tomé un personaje y le di mi nombre, Nicole, y le di datos básicos sobre hechos de mi vida, pero no muchos, sinceramente. Ella vive en Brooklyn como yo, tiene dos hijos, se encuentra en un momento de su vida en el que la forma antigua que eligió es demasiado pequeña y se está acercando a la posibilidad de romper los moldes y luego empiezo a ponerla a prueba, como hago con todos mis personajes”.
Krauss se pregunta “¿Qué le pasa a ella? ¿Qué pierde ella? ¿Qué gana cuando abre esta historia?" y espera que eso “no sea lo que diga un lector”, sino que más bien "el lector comience a pensar en su propia vida y en el sentido de ella misma”.
Kafka, un invitado sorpresivo
Uno de protagonistas del libro es Franz Kafka, a quien Krauss define como “una especie de fantasmal tercer personaje” y a quien decidió incluir en su libro cuando se enteró de que todos los textos de ese autor que no habían sido publicados estaban en un departamento en Tel Aviv.
“¿Qué pasaría si Kafka no hubiese muerto en 1924? ¿Qué pasaría si en realidad viniera aquí y levantara una vida futura? Poco a poco comencé a investigar y leer más y más al respecto y encontré algo de evidencia para esta otra historia alternativa”, cuenta.
Es por ello que su deseo por conocer a Kafka creció y la escritora estadounidense notó que ‘había una historia que contamos sobre Kafka, que también es, en cierto modo, una historia muy limitada’.
El futuro de la literatura
Krauss, autora del bestseller La historia del amor, considera que la pregunta que se debe hacer sobre el futuro de la literatura es si los lectores tienen “la capacidad de concentrarse, enfocarse lo suficiente” para leer, pues “nuestros cerebros están cambiando muy rápido”.
“Creo que los jóvenes tienen una sensación creciente de cuánto les han robado. Al ser despojados de su soledad, su sentido de privacidad, los envolvieron en la posibilidad de vivir y no ser una molestia en esa gran estructura corporativa en la que simplemente están gastando su tiempo on line haciendo dinero para otras personas”, resalta. Y añade: “Creo que las cosas cambiarán y espero que, cuando eso ocurra, la literatura encuentre su camino un poco más en la vida de los lectores. Todavía puede ser algo que no creo que encontremos en ningún otro lugar como en internet”.
Fuente: EFE
SEGUIR LEYENDO: