La Noche de las Ideas 2020: el pensamiento y el debate ya llegaron a Mar del Plata

Tras su primera etapa en Ostende, el cálido evento que ya está instalado en nuestra agenda cultural concluye hoy en el Museo MAR de Mar del Plata. Postales de algunas de las charlas y entrevista con la reconocida antropóloga francesa Carmen Bernand, una de las grandes invitadas de la cuarta edición de este clásico

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Desde Mar del Plata. “No me puedo pensar sin Buenos Aires”, dice Carmen Bernand (París, 1939). Tenía apenas un mes cuando arribó con sus padres, exiliados republicanos, a Buenos Aires, y vivió sus primeros 25 años en la capital argentina. La antropóloga pronunció la conferencia inaugural del encuentro, titulada ¿Lo humano es una noción obsoleta?, que hoy también ofrecerá en Mar del Plata.

La charla con Infobae Cultura se desarrolla cerca de la pileta del Viejo Hotel Ostende, en un rincón que ofrece resguardo del sol del mediodía. Bernand, con una chalina turquesa al cuello, viene de caminar por la playa que frecuentó durante su adolescencia. “Hice hoy un paseo extraordinario, por un país que no existe, por un lugar que no existe, porque todo está muy distinto. Pero de repente había como un médano, el muelle, alguna cosita que me traía el pasado, y me quedé con una emoción fantástica”.

La antropóloga Carmen Bernand
La antropóloga Carmen Bernand

Bernand se graduó en Ciencias Antropológicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1964 y viajó a París, donde entró en contacto con el célebre antropólogo Claude Lévi-Strauss. Escribió más de 20 libros sobre los pueblos indígenas andinos, los procesos de mestizaje y la historia del Nuevo Mundo. Durante la entrevista evoca en su castellano rioplatense al autor de Tristes trópicos, reivindica una antropología que sepa escuchar y cuenta que le encantaría ver publicada en español su obra más reciente, Histoire des peuples d’Amérique (Fayard).

—¿Los años que vivió en Buenos Aires influyeron en su decisión de dedicarse a la antropología?

— La antropología fue para mí arraigarme en este continente, en la Argentina, donde hice trabajos de campo. Y en lo que en mi época era Latinoamérica, que era nuestra familia. Esto ya uno se olvidó, pero en toda Latinoamérica nos considerábamos como en nuestra casa cuando éramos jóvenes. Así fue como entré en la carrera, donde conocí amigas entrañables, y nos fuimos dos años después al Perú, con la plata que ganamos dando lecciones a destajo. Pasamos por la Quebrada, por Bolivia. Esto fue para mí una cosa importantísima. Entonces entendí que yo era de ese lugar, me sentí muy compenetrada. Me fui a Francia para aprender más cuando ya no se pudo ir a hacer trabajo de campo, cuando empezaron los primeros líos, y después hubo muchísimo peores. Dije ‘voy a aprender con Lévi-Strauss y después voy a hacer un trabajo de campo para mi tesis’. La antropología es para mí las raíces americanas que no he tenido, porque no he nacido acá, pero casi.

—¿Cómo fue la experiencia de realizar su doctorado con Lévi-Strauss?

Era muy jovencita y le escribí una carta de dos o tres páginas. Yo no sabía que eso no se hacía. Pero él se quedó encantadísimo, porque la gente le tenía pavor, era un hombre un poquito frío. Y entonces me dijo ‘venga, mi seminario empieza tal día’. Fui y le dije ‘mire, estoy encantada, le agradezco que me haya inscrito en su seminario, pero no me di cuenta que era tan difícil el problema de la plata’, yo no tenía beca. Él tomó el teléfono y me consiguió estas cosas que había todavía para estudiantes. Entonces yo se lo agradezco muchísimo. Me quedé deslumbrada, evidentemente, porque veía toda esa gente que sabía cosas que yo no tenía ni idea. Hice esa primera tesis y después ya hice una segunda sobre los Andes, porque había que hacer dos en esa época, pero lo seguí frecuentando a Lévi-Strauss.

—¿Cuáles son actualmente los principales desafíos que enfrenta la antropología?

— La antropología tiene que seguir con el problema de las clases sociales, que lo ha eliminado, porque todo es étnico. Las clases sociales tienen que tomar la historia. Y el desarraigo que ha habido, sobre todo en el siglo XIX, pero eso a la gente no le gusta decirlo, porque son nuestras repúblicas que lo han hecho. Ahí hubo un desarraigo tremendo, porque les quitaron muchas tierras, entonces esto es muy grave. (La antropología) Tiene que tratar de ver cómo se construyen estas personas, no imponer un marco teórico. Que esto lo veo cada vez más, entonces se empobrece todo. Hay que ver, porque ellos están construyendo un mundo constantemente como todos nosotros, pero el antropólogo toma a veces cosas un poquito lejanas, teóricas.

—¿Le falta entonces salir más al campo?

—Quizá escuchar. Yo me pasaba días de conversación, conversación libre. Siempre pensé que hacer un interrogatorio es fatal. En las conversaciones libres salían cosas. Trabajé mucho sobre la idea de enfermedad y de mal, pero no con un cuestionario, sino haciéndoles hablar, y ellos empiezan a hablar, como todo el mundo (…) Vos tenés que ver entre la palabra sincera y la que no es tanto. Entonces había una sutileza en esas conversaciones que era una locura, y que también encontré en Francia, no solamente en los indígenas.

—¿Cuál fue su meta a la hora de escribir Histoire des peuples d’Amérique?

— Trato de escribir en homenaje a esta gente que habla tan bien, que son los indígenas. La gente joven ya no sabe muy bien cómo situar a estas poblaciones, porque se ha hablado mucho de áreas culturales. Pero en ese libro las elimino en cierto modo y para eliminarlas tomé muchísimos textos de arqueólogos, para ver los objetos que se encontraban. Para decirlo de manera muy sucinta, siempre hubo contactos de los indígenas unos con los otros. Esta gente circulaba, era como todos los pueblos del mundo. Tenían mercaderes, tenían barcas, que eso siempre se omitió, diciendo que no sabían navegar. Entonces trabajé sobre los contactos, que para mí fueron una cosa muy importante. Y después trabajé sobre la violencia sacerdotal, que aparece con las primeras pirámides.

LA AVENTURA ATLÁNTICA, DE OSTENDE A MAR DEL PLATA

Yann Lorvo, consejero de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia y director del Instituto Francés de Argentina (IFA)
Yann Lorvo, consejero de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia y director del Instituto Francés de Argentina (IFA)

El acontecimiento cultural que culmina hoy en la costa atlántica bajo el lema Ser viviente, estar vivo se mudó ayer del entorno más íntimo del centenario Viejo Hotel Ostende a las modernas instalaciones del Museo MAR de Mar del Plata, aunque preservando su ambiente de cordialidad.

“Quiero agradecer de nuevo a todos los invitados, todos nuestros amigos, argentinos y franceses, que vinieron a compartir estos días para ofrecer lo mejor de la cultura”, apuntó Yann Lorvo, consejero de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia y director del Instituto Francés de Argentina (IFA) durante la apertura del capítulo marplatense de “La Noche de las Ideas”.

Este evento global de divulgación y debate impulsado por el Ministerio de Europa y Relaciones Exteriores de Francia se desarrolla de manera simultánea en más de 90 países.

La incansable sucesión de charlas, mesas redondas, performances, lecturas y conciertos arrancó el miércoles y jueves en Ostende y se trasladó ayer, bajo un sol radiante, a Mar del Plata.

DE I-PHONES Y CHIPS

La tecnología que se instala en las vidas de los humanos y los redefine volvió a debatirse en la cita a orillas del Atlántico. El escritor Enzo Maqueira, quien disertará hoy nuevamente con su ponencia “Del Homo sapiens al Homo iPhone”, indicó a Infobae Cultura: “El celular se convirtió en un artículo de necesidad básica, una extensión de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestros sentimientos. Gran parte de nuestra existencia está dada por la representación de nosotros mismos que hacemos en las redes sociales y la representación de otros que consumimos”.

Enzo Maqueira
Enzo Maqueira

“El consumo y la ansiedad, la exacerbación del ego, pero también la dependencia, la desindividualización, la repetición, son algunas de las características de una experiencia vital que se asemeja bastante a aquella que tuvo Narciso, incapaz de soltar su propia imagen en el reflejo del agua, estático, imposibilitado de actuar, desesperado por no poder poseer el objeto de su deseo”, señaló el autor de Electrónica y Hágase usted mismo.

Maqueira quiso abordar esa temática “porque nos define en cada uno de los aspectos de nuestra vida. Porque no sabemos qué será de nosotros cuando pasemos a la siguiente etapa, probablemente más cruda, menos humana, aún menos amable que ésta. Y porque estoy convencido de que el arte es la mejor herramienta con la cual contamos para hacerle frente a una batalla que parece perdida de antemano, pero que de todos modos es necesario dar. La batalla por recuperar el pensamiento, la diversidad, la experiencia real, lo tangible, frente al consumo crónico de información, personas, banalidades, que nos proponen los poderes concentrados del mundo en forma de celular”.

Diego Golombek
Diego Golombek

También el biólogo Diego Golombek, el especialista en neurociencias del lenguaje Adolfo García y la escritora Pola Oloixarac reflexionaron el viernes sobre la dinámica de una época atravesada por flujos de información en la mesa redonda Estar vivo en un mundo tecnológico: cambiar el chip, moderada por Tamara Tenenbaum.

Durante la charla se proyectó y analizó un intercambio que Golombek y García mantuvieron por WhatsApp y que volvieron a recrear en vivo, pero con un tono que le dio un sentido completamente distinto al que podía interpretarse de una lectura inicial.

Pola Oloixarac y Adolfo García
Pola Oloixarac y Adolfo García

García aprovechó para explicar: "Nos pasa todos los días. Uno piensa que la comunicación verbal, cuando usamos el lenguaje para comunicarnos con estas tecnologías que nos atraviesan, nos definen, son todo lo que necesitamos. El problema es que el lenguaje es apenas uno de los componentes que intervienen en la comunicación verbal".

"Nos encontramos en un momento en el cual nos atestan cada vez más este tipo de sistemas, de vehículos, para comunicarnos, y son eficientes para algunas cosas, pero carecen y nos hacen perder mucha de esta riqueza que es lo que realmente hace constitutivo al lenguaje de una buena comunicación", puntualizó. Y agregó que "lo que termina sesgando y determinando el significado que estamos compartiendo no son tanto las palabras que utilizamos, sino el contexto corporal, emocional y situacional en el cual ellas se usan".

Golombek, en tanto, se preguntó cuál es la ficción tecnológica de cada época y concluyó que en este momento es “creernos cosas por la tecnología, creernos que nos estamos comunicando directamente a través de un chat”.

El biólogo y divulgador científico añadió: “Nadie se va a dormir solo últimamente, todos dormimos con pantallas. Pero esas pantallas no son inocentes. Nuestra ficción tecnológica de las pantallas de ahora son unas pantallitas que emiten luz que justamente nos dice ‘es de día, seguí despierto’. Eso no es inocente, eso te hace mal. Sutilmente algunas de estas ficciones interfieren en la calidad de vida, en la salud”.

Oloixarac aportó al debate el inquietante tema de la privacidad y protección de datos. “Evidentemente hay algo más que se está poniendo en juego en la revolución tecnológica en la que vivimos”, señaló, para alertar luego sobre “la total falta de derecho de resistencia que los individuos tienen en relación a los datos que entregan”.Los cuestionados algoritmos también llegaron al auditorio del Museo MAR. “Nos olvidamos que atrás de ese algoritmo hay alguien que lo programó. Obviamente los algoritmos siguen intereses. Vivimos rodeados de algoritmos cada vez más y, si nos seguimos convenciendo de que son objetivos, la vamos a pifiar un poquito al menos", advirtió Golombek.

Tamara Tenenbaum
Tamara Tenenbaum

En tanto, Oloixarac recordó un estudio que revela que el ser humano acepta la autoridad que emana de una computadora, porque la considera “objetiva”, mientras que desconfía de otras personas.

"Hobbes ganó totalmente. Si Google me plantea a través del Google Assistant futuro una idea de algo que me gustaría hacer o comprar, lo más probable es que directamente lo integre dentro del flujo de las verdades de lo que está dado. Y eso es la creación del peor tipo de soberano posible. Orwell se quedó muy corto", recalcó la escritora.

García fue el encargado del cierre, y lo hizo aludiendo al título de la charla: "Cambiar el chip no es algo que nosotros ni nadie les pueda contar. En todo caso es una decisión personal usar o no más estas tecnologías, exponerse más tiempo a las pantallas o no, ceder los datos o no". Y concluyó: "En todo caso lo importante es tomar esa decisión y que cada uno tenga herramientas para tomarla. Eso es empoderarse".

PANORAMA FOTOGRÁFICO Y GREEN CARPET

Una de las novedades del segundo tramo del evento es la muestra Panorama. El patrimonio fotográfico en diálogo con la creación contemporánea, que abrió en simultáneo con "La Noche de las Ideas" en Mar del Plata.

Esta exposición itinerante curada por Rémi Parcollet plantea una mirada retrospectiva sobre la creación fotográfica en Francia y pone de relieve a 80 fotógrafos destacados que trabajaron en suelo francés. Se trata de una exhibición no cronológica, con cruces temáticos entre los distintos períodos.

“Éste es un recorrido por toda la historia de la fotografía francesa, pero la historia de la fotografía francesa es la historia de la fotografía. Es el recorrido por el patrimonio histórico entablando un diálogo con fotografía contemporánea”, comentó Fernando Farina, quien colaboró con la organización de la muestra en Mar del Plata.

A pocos metros de la exposición en el primer piso del Museo MAR se celebró el viernes la performance participativa Green Carpet, un proyecto que viene impulsando hace un tiempo el artista Jorge Caterbetti. El día anterior ya se había realizado en otro escenario, la playa de Ostende, donde los participantes –incluyendo turistas en malla y mate en mano- se entusiasmaron pisando la alfombra con alpargatas impregnadas en pintura ecológica verde.

Green Carpet
Green Carpet

La obra conceptual apunta a cambiar los valores del éxito y “poder pensar que el drama ambiental no se resuelve si no cambiamos ciertas cuestiones” en el plano simbólico, explicó la colaboradora del proyecto Andrea Patricia Sosa.

“La idea es desarticular paradigmas sobre los que sustenta el poder y la sociedad contemporánea y que circulan casi inconscientemente en nuestra vida diaria. Símbolos legalizadores de la sociedad del espectáculo, del consumo y del mercado. Uno de ellos es la red carpet”, afirmó Caterbetti a Infobae Cultura desde la ciudad francesa de Lyon.

Caterbetti, en una residencia artística en la Universidad de Lyon, indicó que aspira a “mostrar todo el proyecto desarrollado en algún momento. Preservo todas las alfombras y el conjunto es fascinante”.

Y, cuando esta noche caiga el telón de la última jornada de "La Noche de las Ideas”, quedará flotando en el ambiente la satisfacción de haber encendido nuevamente la chispa del debate y la reflexión colectiva junto al mar.

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