Nos emocionamos mucho con mi compañera Romina Pinto cada vez que pensamos en la tremenda gira que realizamos entre agosto y noviembre pasado. Gran parte de jugarnos a estrenar en Buenos Aires el primer Díptico Teatral de Autores Españoles Contemporáneos integrado por los dos espectáculos con los que recorrimos España de norte a sur, tiene que ver con poder volcar esta experiencia única en el escenario. Hermosamente rara, transformadora e indudablemente transcendental en todo sentido.
Empezamos con la primera que estrenamos hace dos años. De tiburones y otras rémoras de Sergio Villanueva es una comedia negra sobre la doble moral, el abuso sexual y psicológico en el ámbito laboral y la perversidad del sistema financiero que permite fraudes masivos como nuestro “corralito”, la crisis de Grecia o una maniobra en España, tristemente conocida como la estafa de “las preferentes”.
Nadie sino Marina Wainer podía abordar la complejidad del texto como ella. Pusimos en marcha un engranaje teatral que, además de fusionar elementos que van del clown a la sátira, pasando por el absurdo, lo real y el grotesco, propone un código particular con los objetos y su resignificación. Es una máquina teatral en donde todo está puesto al frente. Demanda un trabajo corporal y gestual cuyo desafío principal es ajustarlo rápidamente en cuestión de segundos. Nos pegamos un viaje bárbaro como actores.
Luego de dos giras en España e Italia y de leer 75 obras de todo Iberoamérica en cinco días, encontramos el texto de nuestro siguiente proyecto. En realidad, hoy creemos, “El mal de la piedra” de Blanca Doménech nos encontró a nosotros. La providencia quiso también, como la anterior, que fuese una obra nunca estrenada (salvo algunas lecturas) para la cual contamos en la dirección con un maestro como Tony Lestingi. Una obra fuerte, polémica y profundamente interpelante porque el conflicto se desarrolla en una batalla dialéctica entre dos posturas antagónicas.
Todo ocurre en la basílica del Valle de los Caídos, el monumento faraónico que Franco mandó a construir terminada la guerra civil como símbolo del triunfo de la falange. Las causalidades pusieron a esta pequeña compañía argentina de teatro en el medio de todo porque mientras hacíamos funciones en Madrid, el tribunal supremo se expidió favorablemente a la exhumación de los restos del dictador en septiembre pasado. No podíamos creer que la historia y el arte estuviesen tan en sintonía. Ese en definitiva fue el otro riesgo que tomamos al viajar allí por lo sensible del tema y por suerte, donde podría haber habido piedras, solo hubo emoción y abrazos. El compromiso y la misión artística siguen vigentes. No entendemos el arte de otra manera y por eso nos jugamos a hacer ambas obras en este momento.
*De tiburones y otras rémoras de Sergio Villanueva: Jueves 30/1. 6, 13 y 20/2 a las 20:30hs / El mal de la piedra de Blanca Doménech: Sábado 1, 8, 15 y 22/2 a las 20:30hs / El Vacío Fértil Teatro, Lerma 568
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