Entre el 23 de enero y el 1° de febrero vuelve el Festival Internacional de Buenos Aires –FIBA-, cuya 13° edición será la primera desde que el Ministerio de Cultura de la Ciudad decidió convertirlo en un evento anual. Definitivamente instalado en el mes de enero, el FIBA se propone como el gran festival de verano para la ciudad según explicó el ministro de cultura Enrique Avogadro.
En esta nueva edición el FIBA se multiplica respecto de las anteriores. De cerca de 200 espectáculos que se presentaron el 2019 serán 530 las de este año. De 59 sedes pasará a 115. El 1° de febrero el cierre del festival será con la Maratón Abasto, una jornada con gran cantidad de espectáculos gratuitos en salas, espacios no convencionales y al aire libre.
Consolidando el perfil que le imprime su director artístico, Federico Irazábal, este año tendrá nuevamente una notoria presencia de experiencias creadas para espacios específicos de la ciudad (“site-specific”), las propuestas interdisciplinares y las performance que buscan interpelar al espectador de un modo directo. Irazábal explicó que la selección de las obras estuvo atravesada por cuatro ejes: género y diversidad, ambiente, discapacidad e integración y tecnología.
Si revisar un catálogo de más de 500 propuestas es una tarea compleja, esta selección intenta entusiasmar al lector para que busque en la multiplicidad de propuestas aquellas que se adecúen a sus gustos: desde obras de sala consolidadas hasta trabajos en los cuales la experimentación y la interacción son centrales, pasando por propuestas desarrolladas en espacios tan extraños a “lo teatral” como el cementerio de la Chacarita o la Torre de los ingleses.
Los precios de las entradas son $ 300 para las obras internacionales y $ 150 para las nacionales. Gran parte de las propuestas tienen entrada gratuita y solo requieren reserva previa. Las entradas con cargo están a la venta en entradas en el sitio oficial del Festival, donde también se puede consultar la programación completa. También están habilitadas las boleterías del Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530. A partir del 23 de enero se podrán adquirir en la sede del Centro Cultural 25 de Mayo, Av. Triunvirato 4444. La reserva de entradas para espectáculos gratuitos comenzó el 21 de enero a través de internet y se reserva una entrada por persona por función.
La apertura: para muestra basta un botón
Si como afirmó Subsecretaria de Gestión Cultural de la ciudad, Viviana Cantoni, las 530 actividades en 115 sedes con apertura y cierre en el espacio público generan una “ciudad tomada por el FIBA”, la jornada inaugural apunta a demostrar ese objetivo.
La apertura oficial será una gran fiesta perfomática en el Casco Histórico de la ciudad. Desde las 22 del jueves 23 de enero, en Alsina entre Defensa y Bolívar, las calles serán literalmente tomadas por todas las formas escénicas: teatro, danza, música y performance. La arquitectura histórica de esta zona protegida de Buenos Aires será un gran escenario para el arte.
Antes de eso, a las 20, se realizará el estreno de El público de Mariano Pensotti. “Es un proyecto que más que una obra es una película. Once cortos sobre otros tantos espectadores que la noche anterior vieron una obra de teatro que el espectador nunca ve, pero que va a ir recibiendo en fragmentos a lo largo de la proyección. Al finalizar la misma, que se realiza en simultáneo en tres salas diferentes, ese público que está separado se va a encontrar y van a caminar unas cuadras hasta el Teatro Metropolitan Sura. Allí va a finalizar la obra. Así entrarán en este juego de pensar la lógica tecnológica en las artes escénicas, el quiebre en torno a la desaparición del performer, si se impone o no su presencia física y que ocurre en relación de la robótica” explicó Federico Irazábal a Infobae Cultura. No será la primera propuesta en que lo tradicional teatral se invierta: el espectador será el protagonista y la calle un espacio expandido más allá de las salas. El público podrá verse todos los días y tiene entrada gratuita con reserva previa.
Las Internacionales
14 serán obras internacionales que se presentarán en el FIBA. Sin dudas Naturaleza Trans, obra de la dramaturga Marianella Morena, será una de las referencias fundamentales de esta edición del FIBA. La obra está construida a partir de la historia de tres chicas trans de Rivera, ciudad del norte de Uruguay en la que con solo cruzar la calle se está en Brasil. La frontera funciona a la vez como encuentro y separación. Nacionalidades, consumos, economías, lenguajes o linajes son parte de ese espacio. Alisson Sánchez, Nicole Casaravilla, Victoria Pereira cuentan sus historias que dan cuenta de formas de discriminación, exclusión y violencia, pero también de las diferencias políticas entre Uruguay y Brasil. En Naturaleza trans la puesta exige al público una mirada abierta sobre los cuerpos, ya que la mirada siempre deseante se proyecta aquí sobre cuerpos no heteronormalizados. Así se hace evidente algo esencial en la teatralidad: el lugar del espectador. Ellos deberán aceptar el desafío y animarse a adoptar una mirada de frontera.
El cuerpo, lo teatral, la interpelación al público y la tensión exclusión / inclusión tendrá también un lugar esencial en Give me a reason to live (Escocia) de Claire Cunningham. La protagonista y creadora, performer con discapacidad, propone reflexionar el programa nazi de eutanasia y sobre los sistemas de (des)protección social al cuál están sometidos los minusválidos. ¿Qué cuerpos merecen ser vividos? ¿Cuáles son los deseables? Aquí el arte, a partir de la presencia de un cuerpo diferente, pone en escena el modo en que se excluye del régimen de bienestar y placer a los discapacitados.
La autoficción es un género que se ha convertido en una de las estrellas del teatro global. Dentro de este campo narrativo donde autor, narrador y personaje son la misma persona, el uruguayo Sergio Blanco es uno de los creadores más reconocidos. En 2019 se estrenó en Montevideo su última obra, Cuando pases sobre mi tumba. Aquí Blanco relata los últimos días de su vida, ya que ha organizado su suicidio asistido en una clínica en Ginebra, para luego entregar su cadáver a un joven internado en un hospital psiquiátrico de Londres. La historia narra los encuentros del autor con el médico a cargo de ejecutar la eutanasia y con el joven que recibirá su cadáver. Aquí el cuerpo es puesto en tensión en relación con su permanencia y su pertenencia, incluso más allá de la muerte.
Inspirada en la obra de Virginia Woolf la suiza Orlando es una de las propuestas de frontera. Frontera entre géneros y también en la forma de montaje. La obra se presentará al aire libre en Plaza República de Brasil con entrada libre y gratuita y en horarios poco habituales durante la noche. En esta ópera donde se anulan las distancias entre el público y la escena, el límite se rompe también entre el día y la noche. La función de trasnoche del domingo 26 de enero continuará con una charla extendida post función con la que se pretende, si el público se suma, amanecer en la plaza. Una experiencia que extrema las condiciones para pensar los límites de la expresión escénica, en un tiempo en que la teatralidad está en transformación.
En un registro marcado por el uso de la tecnología y el encuentro del teatro y el cine, se presentará Plata quemada, la puesta basada en la novela de Ricardo Piglia a cargo de la compañía chilena Teatrocinema. El dispositivo escénico de esta compañía integra el cine y el teatro de un modo poco común. A partir de este clásico policial negro de robo y amores, TeatroCinema propone un espectáculo donde el teatro sale de una pantalla de cine y el cine adquiere volumen sobre el escenario. Los trabajos de este grupo son siempre una experiencia muy atrapante.
Las nacionales
Dado que la mayoría del público del FIBA es porteño, una sugerencia es aprovechar la presentación de espectáculos de otras regiones del país que no podrán ver más allá del festival. Estos espectáculos son Con el cuchillo entre los dientes y Otra línea, de La Plata; Ensayo sobre la pérdida, de Santa Fe; Flores nuevas y Bufón, de Córdoba, Galgo de San Juan y La lechera de Tucumán. Teatralmente Argentina tampoco termina en la avenida General Paz.
En esta edición, como apuntó Irazábal durante la presentación ante la prensa, se consolida la presencia de propuestas escénicas creadas a partir de espacios específicos. Cada vez los festivales necesitan más expandirse en el territorio de las ciudades que los sostienen económicamente. Los espectáculos en espacios no convencionales les permiten llegar a barrios donde no hay salas disponibles. Este es uno de los motivos por los que los site-specific crecen en la escena global.
Este año nuevamente será parte del FIBA Teatro Bombón –proyecto de sitio específico, diversidad estética y generacional con piezas cortas de diferentes disciplinas – con 6 obras cortas con entrada gratuita.
Otra apuesta interesante del Festival es la propuesta realizada al director y actor Dennis Smith para llevar al espacio público destacados trabajos que produjo en salas. Así ser verán Negra y Los abrazos huecos en comercios cercanos al Obelisco y Boyscout en los bosques de Palermo.
Una obra más real que la del mundo de Juan Coulasso propone andar a la deriva por el Sexto Panteón, una monumental obra arquitectónica en el Cementerio de Chacarita. Son dos horas de caminata para mirar lo que no se suele mirar y pensar(se) desde otra perspectiva.
En un repaso de las distintas propuestas encontramos Doblar mujer por la línea de puntos revisitada de Margarita Bali, un clásico de la danza: una mujer abandonada frente a una mesa y una silla en escorzo, un hermoso trabajo con un gran desafío técnico para contar el desequilibrado estado interior de la protagonista; Recorte de Jorge Cárdenas Cayendo de Juan Pablo Gómez un director que se destaca con su modo de articular movimiento, voz, espacio y tiempo, que en este caso cuenta el 2001 a partir de la imagen del trabajador sangrando sobre las escalinatas del Congreso; Cosas pesadas caen, de Patricio Ruiz, uno de los dramaturgos jóvenes más interesantes: en sus trabajos los cuerpos mutan y se muestran diversos, los lenguajes se travisten, el texto es poético y el espacio estalla; Fuck me de Marina Otero es la el cierre de una trilogía de la que forman parte Andrea y Recordar 30 años para vivir 65 minutos, y trae un encuentro entre danza, performance y autoficción donde seis hombres son sometidos a las órdenes de una directora que no puede poner su cuerpo en acción; Un tiro cada uno fue escrita luego de una investigación sobre casos reales de violencia de género y está escrita, dirigida e interpretada por 3 mujeres: Mariana De la Mata, Consuelo Iturraspe y Laura Sbdar.
Algunas consagradas y un estreno
En la sección Las invitadas del FIBA se presentan algunas obras de las más destacadas de los últimos tiempos de la cartelera porteña más un esperado estreno.
Hace un año, en una nota a propósito de la XII edición, recomendamos la puesta de Paola Lusardi sobre Hamlet Ojalá las paredes gritaran, en la cual desde una mirada joven atravesada por el capitalismo post-industrial, el joven huérfano / heredero expresa con su cuerpo más que con la palabra la incerteza sobre el futuro. Este año será parte nuevamente de la programación.
También lo será Petróleo la obra del grupo Piel de Lava que comenzó como parte de un proyecto de laboratorio de creación y se instaló definitivamente en la calle Corrientes. Respetando la estructura tradicional del teatro naturalista, el conflicto surge entre cuatro hombres conviviendo en un espacio cerrado. La inversión de género – cuatro actrices interpretan a estos trabajadores petroleros que conviven en una casilla- produce un desplazamiento sutil, por momentos imperceptible, de ese código realista. Sin dejar nunca de contar la historia de encierro y tristezas, ni olvidar los gestos, los lugares comunes y el registro tradicional de la masculinidad, las actrices logran poner en juego una mirada abierta sobre esas relaciones entre hombres.
Con funciones realizadas en el espacio universitario original, Contra Todo es un proyecto de graduación de la carrera de Artes dramáticas de la Universidad Nacional de las Artes, dirigido Mariela Asensio. Los trabajos colectivos de graduación suelen deparar sorpresas al público que los desconoce. En un mundo donde caen las Torres Gemelas, se crean las redes sociales, se develan los secretos de wikileaks, aparecen y desaparecen bacterias que amenazan con la existencia humana, se producen grandes movimientos sociales de protesta, todo parece cambiar pero no cambian nada. La revolución no es ya ni siquiera un sueño.
El estreno esperado es, para cerrar este largo recorrido, Siglo de oro trans, versión libre de Don Gil de las calzas verdes, escrita por Gonzalo Demaría con dirección de Pablo Maritano. Aquí la identidad, el cuerpo y el deseo están repensados en el presente, a partir de la comedia de enredos clásica de Tirso de Molina. Demaría es uno de los autores argentinos más interesantes en el trabajo con el lenguaje y sus obras en verso son ya una marca registrada.
Buenos Aires será capturada por las artes escénicas. Habrá quienes se pregunten por la naturaleza cambiante del teatro y quienes hagan balances sobre lo visto. Algunos correrán entre salas y otros tendrán una agenda acotada. Pero el teatro propone una suerte de salto al vacío. Como explica el empresario teatral Carlos Rottemberg, con la entrada no se compra un bien, sino una promesa o una ilusión, y siempre puede salir frustrado. La mejor manera de enfrentar el FIBA es asumiendo ese riesgo. Nuestra principal recomendación es tomar el desafío de encontrarse con las propuestas sin preconceptos. Así la experiencia será seguramente positiva.
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