Unos de los lugares de la cultura donde más es notoria la brecha de género es en el cine argentino. En el último informe de 2018 de la Gerencia de Fiscalización del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, de las 238 películas argentinas que se estrenaron sólo 41 fueron dirigidas por mujeres. Da un porcentaje del 17% o del 20% si se le agregan los 7 proyectos codirigidos entre hombres y mujeres.
Sin embargo, en la última semana ocurrió un hecho poco común. Siete producciones nacionales realizadas por mujeres están en cartel en simultáneo, demostrando que esa disparidad comienza a cerrarse en las salas de cine. A su vez, son filmes que deben pelear la cuota de pantalla con grandes tanques de Hollywood.
Por esa razón, Paula Hernández, Ana García Blaya, Sabrina Blanco, Marilina Giménez, Amparo Aguilar, Clara Picasso y Mercedes Moreira se movilizaron para unir fuerzas y romper barreras en la exhibición que es una de los lugares más críticos del cine autóctono. Conseguir pantallas y permanecer en ellas es cada vez más complicado y más con una marcada crisis económica que afecta directamente a la cantidad de espectadores que concurre a las salas. Así, las directoras plantearon una estrategia de comunicación conjunta de las proyecciones, apostando a que los espectadores vayan a las salas a apoyar el cine hecho por feministas.
¿Por qué apoyar este tipo de cine? Porque cuando las mujeres miran, el mundo se transforma. Porque la mirada femenina puede contener mensajes y significados que difícilmente un hombre pueda interpretar. Uno de esos ejemplos puede verse en el documental de Amparo Aguilar, Malamadre. Distintas mujeres, entre ellas la misma directora, dan su testimonio y ponen sobre la mesa lo que significa para ellas ser madre. Hablarán los prejuicios y los mandatos que arrastran por haberse criado y por estar transitando esa etapa dentro de una sociedad patriarcal que siempre está esperando respuestas de ellas. Dentro de un sistema que exige ser madre, ser profesional, ser independiente. En este documental se verán temas que hasta hace un tiempo eran tabú como el parto respetado, la violencia obstétrica o lo difícil que es la vuelta de la madre al ámbito laboral. Dando cuenta que a partir del lenguaje audiovisual se pueden generar grandes cambios.
Son numerosas las asociaciones de cineastas integradas por mujeres que han surgido en los últimos años en todo el país y que pretenden dar apoyo, contención y hacer visible la lucha y el trabajo de ellas. La mujeres ahora pasan a ser protagonistas de sus trabajos. Una de las medidas surgidas para hacer frente durante 2019 fue el lanzamiento de la Plataforma MUA. Desde la asociación Mujeres Audiovisuales, que nuclea una amplia red de trabajadoras de los medios audiovisuales de la Argentina, nació esta plataforma que funciona como una red social laboral de mujeres vinculadas a los medios audiovisuales. Busca reunir a las trabajadoras con el objetivo de mostrar su trabajo, recomendar o seguir a otras usuarias en las búsquedas laborales y así ganar visibilidad.
Entre las recientes estrenadas está La protagonista, de Clara Picasso. Se centra en la historia de Paula, una actriz que no logra ubicarse profesionalmente y se dedica a enseñar inglés. Un día, dando una clase en un café, ella detiene un robo por casualidad y se convierte en protagonista fugaz de las noticias de la TV y los diarios. A los pocos días esta fama desaparece mientras ella deambula entre cursos, fiestas y quintas de desconocidos que le hacen replantearse toda su realidad.
En una charla con Infobae Cultura, la directora Clara Picasso cuenta cómo se gestó su nueva película: “El proyecto inició con la idea de retratar la dificultad que supone dedicarse a las profesiones relacionadas con el arte. Para ello elegí trabajar con el personaje de una actriz. Ella se encuentra aún sin haber podido dedicarse de lleno a actuar, lo que le genera un conflicto. Además, como mujer que forma parte de esta sociedad se ve enfrentada al hecho de estar sin pareja, sin hijos, y se siente en falta con esas exigencias, que, por más que parecieran actualmente estar superadas, siguen fuertemente vigentes”.
Pasó casi una década entre El pasante, su anterior película, y Picasso encuentra muchos cambios respecto al lugar que ocupan las mujeres: “Hay muchísimas más mujeres filmando y eso se aplica a todos los roles dentro del cine. En la medida que esto sucede, me da la sensación de que se retratan otros temas y otros tipo de personajes (no solo mujeres), mucho más diversos e interesantes”.
Estas nuevas formas de pensar se están dando desde hace pocos años ya que ella antes, en especial cuando era estudiante, se vivía de otra manera. “La mayor traba que sentí fue enfrentarme con que no existía el mismo, por así decirlo, ‘cupo’ entre hombres y mujeres para hacer películas. Como si hubiera tenido que pedir permiso para filmar. Pero eso es algo que no solo vino de afuera sino también de adentro, de haber crecido con esa idea, de que todo aquello que no estuviera relacionado con el deber ser de una mujer iba a requerir un esfuerzo extra. Por esa razón, es importante que el Estado asegure esa equidad para asentar las bases en su diversas convocatorias, conformación de jurados, autoridades y educación al respecto”, remarcó ella.
Las miradas, las infancias, los mandatos, las preocupaciones e intereses son percibidas con sensibilidades y estilos muy diversos. Esto puede observarse en Las buenas intenciones, de Ana García Blaya, otra de las propuestas que propone la cartelera de cine. Esta ópera prima, que recibió varios premios en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, mezcla la ficción con la realidad. Con partes documentadas de la propia infancia de la directora de viejos VHS de su padre con elementos de la ficción. Logra emocionar con lo cotidiano. Sorprende con la actuación de Amanda Minujín, que se adueña fácilmente de la película y muestra las contradicciones del mundo de los adultos que deciden qué es mejor para el futuro, la soledad de un padre que por momentos parece despreocupado pero queda descolocado y sin saber cómo reaccionar ante la posible pérdida de sus hijos.
Una imagen familiar que transporta a los años noventa, con su música característica, el punk de Los Violadores o las melodías de Charly García. Sus estilos de vida, donde empiezan a aflorar la crisis económica junto a los locales de comida rápida. Una hija que tiene que crecer rápido para contener a sus hermanos más chicos y a su padre que por momentos se niega a dejar la adolescencia. Una familia, atípica a la que sale en las películas, que debe separarse para que los más pequeños tengan mejores oportunidades en otro país. Esa hija que a la corta edad debe decidir y entra en la encrucijada de quedarse en su lugar con su padre o ir por nuevos y desconocidos rumbos junto a sus hermanos y su madre. Una joya de esta ficción también es la música: rescate de temas de la banda Sorry, en donde participó Juan García Blaya, padre de la directora.
Los sonámbulos es la nueva ficción de Paula Hernández. Hace casi dos meses que se estrenó y sigue llenando las salas. Cuenta con la participación de grandes actores como Luis Ziembrowski, Erica Rivas, Marilú Marini y Ornela D`Elia. Cuenta la historia de Luisa, que junto marido y su hija de 14 años, sonámbula y en pleno despertar sexual, deciden pasar fin de año en la casona familiar de él. Allí se desatarán conflictos, traiciones, secretos entrecruzados con el resto de la familia: abuela, hermanos, primos, en medio de un verano agobiante.
Una banda de chicas, de Marilina Gimenez, se estrenó a principios de noviembre del año pasado y también se niega a abandonar de las salas. Es un documental necesario que muestra lo que pasó y está pasando en la movida musical femenina e independiente de la Argentina. Allí pueden observarse recitales, opiniones, ensayos y backstage de grupos y solistas como She Devils, Sasha Sathya, Miss Bolivia, Kumbia Queers, Chocolate Remix, Ibiza Pareo, Paula Maffía y muchas otras músicas. No solamente se habla de música sino también de autogestión, aborto libre y violencia patriarcal.
La botera, de Sabrina Blanco retrata la vida de Tati, una niña de 14 años, está forzada a crecer sola en un contexto problemático y confuso. Mientras aprende a navegar en el río, sueña con ser botera. Un oficio solo realizado por hombres. Ella vive en un barrio muy humilde que refleja realidades distintas, de mundos que están en los bordes y solo aparecen en los medios de comunicación cuando son protagonistas de hechos policiales. Mientras ella persigue sus sueños, tiene las vivencias de cualquier adolescente, comienza a tener sentimientos por el sexo opuesto y se enamora. Todo bajo una mirada muy intimista reflejada en la cercanía de la cámara a la protagonista.
El Patalarga, de Mercedes Moreira, trae a colación el estilo multifacético de este grupo de siete mujeres diferentes y tan parecidas a la vez. Una animación que conmueve a grandes y chicos. Se centra en las vidas de tres niños,Teto, Maru y Ramón, que crecieron temiendo a la leyenda de El Patalarga y descubren que puede tratarse de un ser muy amistoso. Cuenta con las voces Favio Posca, Peto Menahem, Ines Efrón, Charo Lopez, Azul Fernández, Julián Lucero y Tamara Kipper.
Esta última tiene otra característica que es necesario resaltar cuando hablamos de la necesidad de apoyar al cine argentino. No solo tiene una mirada femenina sino que también habla de leyendas que sucedieron en nuestro país, que nos cuentan nuestro abuelos, que las escuchamos de los vecinos. No es algo extraño, necesitamos contar y ver reflejada nuestras propias historias, sentirnos interpelados por esos mensajes que no llegan de lugares impronunciables o en idiomas extranjeros.
Una movida mundial
Según un estudio de la Universidad del Sur de California, en Hollywood en 2019 el 10,6% de las 100 películas con mayor taquilla en los Estados Unidos fueron dirigidas por mujeres. Un porcentaje que duplica al año anterior que solo fue de 4,5%. En nuestra cartelera también hay opciones extranjeras realizadas por mujeres como de El acoso, de la israelí Michal Aviad. En ella se muestra cómo la vida de Orna se vuelve insoportable al tener que sufrir el acoso de su jefe y su imposibilidad de poder abandonar este trabajo porque es el sostén del hogar que tiene con sus tres hijos y su marido ya que este último está atravesando una crisis en el restaurante que administra.
¿Dónde verlas?
- Las Buenas Intenciones en el cine Gaumont a las 22:40hs, en el Atlas Flores a las 17:50hs y en el Malba 19:30hs
- Malamadre los viernes en el Malba a las 19hs
- Una Banda de Chicas los sábados en el Malba a las 23hs y en el Cine Teatro Español a las 20hs
- Los sonámbulos en el Cine Gaumont a las 16:45hs y en el Malba los jueves a las 20hs
- El Patalarga en el cine Gaumont a las, 15:40hs
- La Botera los sábados en el Malba a las 18hs y en el Atlas Flores a 12:45hs
- La Protagonista vos viernes en el Malba a las 21hs y en el cine Gaumont 13:40 hs y 21:45hs
- El acoso en Artemultiplex, Cine Lorca, Cinépolis Recoleta y Atlás Patio Bullrich.
SEGUÍ LEYENDO