Poco pero bueno: las tres excelentes adaptaciones al cine de novelas de Albert Camus

Son escasas pero emblemáticas las obras del escritor franco-argelino adaptadas a la pantalla. La muerte truncó una carrera que estaba en su cumbre. Aun así, nos dejó varias obras magistrales, tres de las cuales fueron llevadas al cine

Las tres películas basadas en novelas de Albert Camus

Albert Camus murió a los 46 años en un accidente automovilístico. Era el 4 de enero de 1960 y, siete años más tarde, el célebre cineasta italiano Luchino Visconti rodaba El Extranjero, con Marcelo Mastroianni como protagonista.

Varios años transcurrieron desde entonces, hasta que en 1992 el argentino Luis Puenzo adaptó para el cine la novela La Peste, con un elenco plurinacional, en el que figuraban, entre otros, William Hurt y Sandrine Bonnaire.

Más recientemente, en 2014, con una brillante actuación de Viggo Mortensen, el director francés David Oelhoffen adaptó una novela póstuma de Camus. El resultado fue un film de gran calidad, injustamente pasado por alto.

El filósofo y escritor franco-argelino Albert Camus (Shutterstock)

Aunque calificado como existencialista, filosóficamente Camus es más bien un “absurdista” por su permanente interés en reflexionar sobre la búsqueda de sentido o finalidad a la vida humana y la aparente inexistencia del mismo.

Camus se declara ateo, por lo que la explicación religiosa -Dios como causa y fin de todo- no lo satisface. Tampoco está a favor del suicidio como respuesta a ese absurdo de la existencia humana que suele llevar al escepticismo. No es el caso de Camus. Él considera que se debe aceptar ese absurdo pero no es un cínico: cada hombre debe darle sentido a esa existencia mediante la búsqueda de la justicia, de la libertad, mediante la denuncia de los males de su época.

En El mito de Sísifo, Camus dice: “No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. El problema fundamental de la filosofía es el de saber si la vida vale la pena, o no, de ser vivida”.

Esa angustia ante el absurdo de la existencia humana y esa búsqueda de sentido son una constante en sus obras y se expresa de modo magistral en El Extranjero.

Marcelo Mastroianni en una escena del film El extranjero, de Luchino Visconti (Shutterstock)

Albert Camus nació en Argelia cuando ésta era una colonia francesa. Su padre murió en la Primera Guerra y su madre, analfabeta, debió trabajar muy duro para sacar adelante a la familia. Gracias a la perspicacia de un maestro -al que Camus le dedicaría el Premio Nobel de Literatura en 1957- pudo seguir sus estudios y convertirse en el filósofo, periodista, novelista y dramaturgo de éxito que fue.

En 1935 adhirió al Partido Comunista pero, a diferencia de su colega Jean-Paul Sartre, advirtió muy pronto el carácter opresivo que había adquirido el régimen soviético y tomó distancia de esa ideología.

El Extranjero, publicada en 1942, es la gran novela de Camus. Icónica. Original. Ineludible. Profunda.

Meursault, el personaje central de la historia, es un hombre que vive al día, que no le confiere importancia a nada, y parece dejarse llevar por los acontecimientos. Es libre porque no tiene ambiciones, proyectos, ni objetivos. Y porque no vive según las pautas del resto de la sociedad.

La trama va de la muerte de la madre de Meursault a su condena por asesinato. Él recibe la noticia de su pérdida con indiferencia -”Hoy murió mamá”, es la escueta e icónica primera frase de la novela-; con la misma indiferencia con la que acepta la propuesta matrimonial de su amiguita. Esa distancia frente a acontecimientos respecto de los cuales la sociedad fija las normas de conducta -se llora en los velatorios, se guarda luto por los muertos…- le será fatal a la hora de su juicio. Meursault es un extranjero porque vive a su modo, pero no es ni siquiera un rebelde; peor aún, su indiferencia es una burla y pone en evidencia lo absurdo de la existencia. Algo imperdonable.

El film es muy fiel al libro, no porque Visconti lo haya querido así, sino por imposición de la viuda de Camus que no quiso ningún desvío del texto original.

Meursault, el protagonista de "El Extranjero", encarnado por Marcelo Mastroianni

El protagonista fue Marcelo Mastroianni, aunque originalmente Visconti quería a Alain Delon para el rol central, un actor cuya expresión se adecúa mejor a la soledad y posterior victimización de Meursault. Lo acompañó la recientemente fallecida Anna Karina, en el papel de Marie, la novia del protagonista.

Fue una coproducción franco-italiana de gran reparto. La fidelidad al texto obliga a ciertos relatos en off, aunque también existen largas escenas de diálogos, sobre todo hacia el final del film, que tiene, como el libro, dos partes bien diferenciadas: la primera, en la que suceden los acontecimientos que llevarán a Meursault a la cárcel; la segunda, de reflexión y discusiones del protagonista con abogados, jueces y un sacerdote.

La reconstrucción del escenario -Argelia- y de la época, así como el casting de los personajes, hasta los más secundarios, es impecable.

La película no fue un éxito de taquilla, quizá porque los temas de Camus son de mucha densidad: su planteo incomoda, intranquiliza, obliga a pensar, es lo que lo hace genial pero tal vez no masivo.

Marcelo Mastroianni y Anna Karina en una escena de "El Extranjero"

El escritor Vicente Molina Foix, rescatando del olvido la película en un artículo publicado en El País de España en 2013, al cumplirse el centenario de Camus, elogiaba el film pero hacía una salvedad con la que quien haya leído el libro seguramente coincidirá: “¿Qué hace que la película no constituya en sí misma una obra maestra parangonable a la de Camus? La voz, y no me refiero a la de Mastroianni en tanto que narrador. La novela nos seduce, más que por la técnica conductista a la americana, por la construcción de un cauce verbal propio, inigualable, insondable, por el que el novelista desliza fatalmente a su antihéroe; la identificación sutil entre el autor y el narrador en primera persona es la esencia del libro, y por ello, pienso, aun siendo los hechos y las figuraciones las mismas en el papel y en la pantalla, la obra de Visconti pierde en parte la resonancia de Mersault, ese ‘hombre sin cualidades’ (así se le llama expresamente en la película) que el propio Camus definió como un ‘extranjero a la sociedad en que vive’, errando marginalmente por ‘los suburbios de la vida privada, solitaria, sensual’”.

Quien así lo desee, puede verla completa en Internet.

<b>La Peste</b>

Le siguió La Peste, otra gran novela de Camus. En este caso, el director fue el argentino Luis Puenzo. En el libro, un grupo de médicos debe hacer frente a una peste que arrasa Orán, una ciudad argelina, que es declarada en cuarentena y aislada. La ciudad es ocupada militarmente y se ejecuta a todo el que intente romper el bloqueo.

Robert Duvall en una escena del film "La peste", de Luis Puenzo (1992)

Más que un combate contra la peste es una lucha por la dignidad, y la novela es una alegoría de otra peste: la del totalitarismo que puede presentarse bajo diversos rostros, el del nazismo, pero también el del comunismo -recordemos la crítica de Camus al estalinismo.

La puesta de Puenzo combina una ambientación de época con elementos de modernidad para transmitir la universalidad del mensaje de la novela de Camus. Con un reparto de gran nivel encabezado por William Hurt, y formado por Sandrine Bonnaire, Robert Duvall, Jean-Marc Barr y Raul Julia.

William Hurt, el protagonista de "La Peste". El film fue rodado en Buenos Aires

Puenzo no siguió el texto de modo literal, pero sí se mantuvo fiel al mensaje moral y político de la novela.

Como ésta, el film es una parábola de las dictaduras y la represión ilegal, pero también de la indiferencia o de la colaboración con el autoritarismo.

<b>Lejos de los hombres</b>

Finalmente, en 2014, El huésped, una novela que el escritor francoargelino dejó inconclusa, publicada de modo póstumo, fue llevada al cine con el título “Lejos de los hombres”.

Viggo Mortensen y Reda Katel su lucen en un duelo actoral en "Lejos de los hombres" (Shutterstock)

Un maestro rural francés, que dicta clases en una escuela en las montañas argelinas, se ve confiada la custodia de un prisionero árabe y la riesgosa tarea de llevarlo a la ciudad donde será juzgado y muy posiblemente ejecutado. Desde el comienzo, él le da trato de huésped y no de prisionero. Daru, el maestro, es, como Camus en la vida real, un hijo de españoles que vive en la Argelia de 1954, ya atravesada por la guerra de descolonización, un país en el que pronto Daru y los otros argelinos “blancos” serán personas non grata.

Viggo Mortensen en la piel de un maestro rural al que las circunstancias empujan a una aventura en la que deberá enfrentarse a la condición humana en sus muchas expresiones (Shutterstock)

En el viaje que debe emprender con Mohammed, su prisionero, lo que se produce es un choque y a la vez un encuentro de culturas. A Daru le cuesta comprender la resignación del prisionero a su suerte; varias veces intentará en vano favorecer e incluso instigar su fuga. Pero la resignación de Mohammed es en realidad un sacrificio: él debe pagar por lo que hizo -mató a un primo en defensa de los suyos- para cortar una cadena de venganzas que de lo contrario llevaría al asesinato de su familia.

El film fue dirigido por el cineasta francés David Oelhoffen, y Viggo Mortensen se luce -entre otras cosas, con un francés impecable- en este duelo actoral con el también brillante Reda Katel.

<b>LOS TRAILERS DE LAS PELÍCULAS</b>

Trailer de "El Extranjero"
Trailer de "La peste"
Trailer de "Lejos de los hombres"

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