Tristán Bauer, ministro de Cultura: “No tenemos que cerrarnos ni ser dogmáticos, este ministerio es de todos los argentinos”

El reconocido cineasta y creador de los canales Encuentro y Paka-Paka recibió a Infobae para hablar del futuro de su nueva gestión y de las intenciones de “poner el país y la cultura de pie luego de cuatro años de destrucción”. En esta entrevista, los puntos principales de su propuesta y sus respuestas a las críticas por adoctrinamiento, propaganda y falta de pluralismo durante los años del kirchnerismo: “Tenemos que ser mejores”, admitió

Tristán Bauer - San Martín mutilado, la cultura y las urgencias

Se ven algunos cambios en el señorial edificio de la Avenida Alvear donde funciona el Ministerio de Cultura. Son pequeños pero visibles y tienen que ver con la estética de la nueva administración de gobierno, cuyo logo ahora se observa en algunos videos que exhiben en loop actividades organizadas por el área. El despacho del ministro en cambio casi no tiene marcas de identidad; todo está aún por hacerse, en construcción. La transición entre la gestión del ex secretario Pablo Avelluto -quien estuvo a cargo durante los cuatro años del mandato de Mauricio Macri- y el actual ministro Tristán Bauer consistió en un encuentro breve y cordial, según comentó Bauer recientemente por radio, durante el cual su antecesor le dio detalles de ciertas cuestiones clave y le deseó suerte.

A casi una semana de haber asumido como ministro, orgulloso de la recuperación de la categoría de ministerio para la cartera que había sido convertida en secretaría junto con otras en un gesto que el macrismo nunca terminó de explicar convincentemente, el cineasta Tristán Bauer, director de Cortázar, Iluminados por el fuego y Tierra arrasada, además de ex titular del Sistema de Medios Públicos durante el kirchnerismo y creador de los canales Encuentro y Paka-Paka, recibió a Infobae Cultura para avanzar sobre los puntos centrales de lo que será su gestión. Bauer -quien, fiel a su oficio, no pudo resistir mirar y comentar detalles sobre la cámara y las lentes con las que se lo filmaba- habló de su mirada sobre la historia, sobre el destino latinoamericano de Argentina y sobre el federalismo como clave de lo que viene. También habló de su “amor extremo” y agradecimiento a la vicepresidenta Cristina Kirchner y explicó por qué cree que la Cultura es central en momentos de emergencia económica y sanitaria, a la vez que respondió preguntas sobre las mayores críticas que aún se le hacen a las gestiones kirchneristas, vinculadas a la intolerancia, el adoctrinamiento y la propaganda política. “Nosotros lo que hicimos fue hacer una valoración de nuestra memoria, de nuestra historia, de nuestra cultura, con una cuestión fundamental que es la autoestima. Después, que nos pongan el sello que quieran”.

Pese a que no se reconoce en ciertas críticas, el ministro reconoce que hay un cambio y que si algo se aprendió es que es indispensable “volver mejor porque hemos visto en estos cuatro años el daño terrible que hace un sistema económico como el que aquí se implementó”. En la charla que se reproduce a continuación, Bauer habló de diversidad cultural, defensa de la democracia y pluralismo y aseguró que en la convocatoria a trabajar, para artistas e intelectuales, nunca existirá la pregunta de por quién votaron: “Tenemos que estar abiertos a todo”.

— Ministro, en estos días se vio en las redes un video en el que se lo ve a recorriendo Tecnópolis, abrumado al ver algunas imágenes. El video casi parecen en correlación con su última película, Tierra arrasada. ¿Nos cuenta un poquito qué vio y por qué decidió dar a conocer ese video?

— Tecnópolis es un lugar que me parece fundamental para el desarrollo cultural argentino. Lo conozco, mirá desde qué momento. A nosotros después de hacer el Bicentenario junto a Oscar Parrilli, a Javier Grosman y (Jorge) Coscia, esa celebración que fue magnífica, que hicimos un grupo de trabajo de mucho compañerismo, un día Cristina nos convoca y nos plantea hacer una feria de ciencias, celebrar la ciencia. Y entonces, yo estaba en ese momento en Radio y Televisión Argentina, en la Televisión Pública, planteamos hacer esa feria frente al canal. El jefe de gobierno de entonces, que era Mauricio Macri, nos prohíbe, no nos da la autorización para hacerlo. Entonces con un helicóptero vamos a buscar distintos lugares donde crear Tecnópolis. Me acuerdo que vimos desde el aire la zona, bajamos, la recorrimos, y dijimos vamos a hacer aquí Tecnópolis.

A partir de ahí la verdad que fue una experiencia maravillosa: hacer un lugar desde cero, pensarlo, reflexionar cómo juega aquí la ciencia, cómo juega aquí la técnica, cómo juega aquí la educación. Y de esa planificación hubo una rapidísima ejecución, me acuerdo que lo hicimos en tiempo récord. Por supuesto con Javier a la cabeza, con su entusiasmo, empeño y calidad y de repente vimos cómo ese parque florecía.

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Tristán Bauer recorrió @TecnopolisArg: "Nos encontramos con una imagen que me produjo una tristeza hasta el llanto. Parecía el resultado de una verdadera batalla. Nuestra tarea es dejar el odio atrás para ir al amor. Vamos a poner la cultura de pie" pic.twitter.com/m9DpsP3FOA

— Cultura Nación (@CulturaNacionAR) December 13, 2019

Unos años antes, viendo que había siete canales de televisión para nuestros niños, donde se formaron y educaron visualmente mis hijos, mis sobrinos, esos siete canales estaban diseñados, construidos, producidos en Estados Unidos. Y llegaban satelitalmente no solo a la Argentina sino a toda nuestra América, como diría Martí. Y fue allí que pensamos en la necesidad, sentimos la necesidad después de la experiencia de Encuentro, de hacer un canal para nuestros niños, Paka-Paka. Y después de hacer el canal para nuestros niños pensamos en que tuviera una figura, un dibujo animado, que fue Zamba. Y de repente Zamba se transformó en un éxito televisivo, educativo, extraordinario. Y ahí en Tecnópolis hicimos el parque. Y era una maravilla ver cómo los niños iban, celebraban, jugaban con Juana Azurduy. Y de todas las cosas que hicimos en esos años, tal vez por esa relación que tengo con la niñez, Paka-Paka era particularmente algo de lo que yo estaba profundamente orgulloso.

Y de repente llegar ahoa a Tecnópolis, y esos muñecos que tanta alegría habían dado, encontrarlos allí tirados en el piso, destrozados, fue casi como una ofensa. La imagen de San Martín, la imagen de Belgrano decapitado, San Martín mutilado, fue, te aseguro un impacto muy fuerte, muy fuerte. Y lo simbólico no es menor, lo simbólico es importante. De manera que, frente a esa desazón, a esa tristeza p or recordar lo que habían significado esas imágenes -te acordás que los chicos decían: “A la carga mis valientes”, “Seamos libres, lo demás no importa”- o en las fiestas del cumpleaños pedían las imágenes de San Martín, de Belgrano, de Juana, y de tantos y tantas más. Así que sí, el impacto fue muy fuerte. Y les dije a las futuras autoridades del parque, que restauren, y que de alguna manera nosotros tenemos la instrucción de nuestro presidente, Alberto, de poner a la Argentina de pie. Que la restauración de la imagen de San Martín y ponerla de pie signifique una celebración de la cultura y también simbólicamente poner a nuestra Argentina de pie, poner a nuestra cultura de pie.

Zamba, el emblemático personaje de "Paka-Paka"

— Tristán, usted trabajó en el Estado en un momento en el cual la economía no era la actual. Ahora en principio puede parecer que las urgencias en términos de salud, en términos de hambre, de desarrollo, son relevantes en términos de urgencia. ¿Qué lugar puede llegar a tener la cultura en el país que viene, más allá de la buena voluntad?

— La cultura tiene un lugar central. Nos guste o no nos guste tiene un lugar central. Te hablo ahora en términos individuales, mi ópera prima, Después de la tormenta, la hicimos en un momento que era terrible, era el final, los últimos meses del gobierno de Alfonsín. Filmamos en una villa, en la villa 21. Después filmamos en Corrientes. La película era una película de ficción, con Lorenzo Quinteros, con Ana María Picchio. Y por momentos parecía un documental lo que estábamos haciendo. Porque nosotros filmábamos la historia y veíamos la calamidad de lo que estaba ocurriendo socialmente. Y esa película fue importante, la película como un hecho cultural fue importante. En situaciones parecidas hicimos el último largometraje de ficción, Iluminados por el fuego, sobre la guerra de las Malvinas. Un enorme esfuerzo. Yo siempre le voy a agradecer a Néstor Kirchner, que es el que nos ayudó y nos apoyó para poder filmarla en la provincia en la que él era gobernador, Santa Cruz. Y hablar de esa guerra, y de los dolores de esa guerra, también en los tiempos donde había sido, bueno, la crisis del 2001. También fue un hecho cultural importante.

Para nosotros la cultura es central. Si nosotros no somos capaces de entender la cultura, y otra cuestión que es un equívoco que tenemos que aclarar, muchas veces la cultura se la entiende como el estado de las artes, y las artes son fundamentales, yo me siento, soy artista, y soy también consumidor de las artes de muy chiquitito; la música clásica es parte de mi vida y yo sé que hay lugares tanto del alma humana como de la sociedad en su conjunto que solamente llegás con la poesía, con la cultura, con la música. El término cultura es un término mucho más vasto, es un término mucho más amplio. Viene de cultivo, el cultivo del espíritu, el cultivo de la humanidad, el cultivo de la sociedad. Y si nosotros no trabajamos esta área, por más que resolvamos algunas situaciones urgentes económicas que tenemos que resolver, esta herencia de tierra arrasada que nos deja el gobierno de Mauricio Macri: cualquier índice que mires es una catástrofe, le agradezco siempre a Alfredo Zaiat que nos ayudó mucho en la investigación económica. Cuando vos decís 18 millones de argentinos sumergidos en la pobreza es una cifra que te llama la atención, te golpea el corazón. Cuando vos vas con una cámara, recorrés tu país y ves a esos niños que están en situaciones extremas, que están en los merenderos, esos jubilados que no tienen para llegar a fin de mes, y se transforman en seres angustiados que te piden ayuda; cuando vos ves el rostro humano de esas cifras económicas es un dolor tremendo. Y sí que por supuesto hay prioridades, hablaba el otro día con el gran ministro Ginés (González García), me decía de números alarmantes, gente que si no le resolvés los problemas de remedios concretamente va a morir. La emergencia a resolver es esa. Pero la cultura tiene que estar ahí.

"Tierra arrasada" es el nombre de la última película de Bauer, sobre los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri.

Y la cultura, Hinde, es sanadora. Hay mucho escrito sobre esto. Los textos de la Unesco, sobre la cultura en tiempos de posguerra. Y cómo, cuando vos analizas esas situaciones críticas, extremas, por supuesto poner los parámetros de la economía como corresponde y estabilizar, y salir de esta inequidad. Pero ahí la cultura tiene un rol fundamental, central, en el sentido de sanadora del alma, en el sentido de memoria para que no vuelvan a ocurrir estas cosas, y en el sentido de transformación. Ellos quisieron vender esto como que eran lo nuevo de la política, lo nuevo de la economía. Si vos analizas un poco te das cuenta de la similitud absoluta que tiene este modelo económico neoliberal con el modelo que implementó José Alfredo Martínez de Hoz y que implementó después Cavallo. Y cómo esos modelos también fueron acompañados de modelos culturales. La cultura que se quiso implementar de la meritocracia, del individualismo, del sálvese quien pueda; ese intento de borrar la memoria borrando la historia. Actos concretos: conmemoración, celebración de los 200 años de nuestra independencia con el presidente diciendo “querido rey”, y diciendo que aquellos que lucharon con una valentía extraordinaria, San Martín, Belgrano, estaban angustiados. O esa maravilla que hicimos en la celebración del Bicentenario, de ahí salieron caminando siete presidentes de América Latina, salimos y había millones de personas en la Ciudad, sin custodia atravesamos toda la Ciudad. Y de dónde veníamos, de inaugurar aquel salón de obras pictóricas que habían donado todos los presidentes de América Latina. Ahí estaba José Martí, ahí estaba Yrigoyen, Túpac Amaru, bueno, bajaron eso. Borraron de los billetes a aquellos que han construido esta Argentina. A esa cultura, a esa cultura del individualismo y de la meritocracia, de borrar la historia y borrar la memoria, nosotros tenemos que cambiarle el signo e ir hacia otro lugar absolutamente distinto.

Tristán Bauer - "Que nos pongan el sello que quieran"

— ¿Qué responde cuando cuestionan lo que fue la cultura en la gestión anterior, en la que usted participó, cuando lo cuestionan por adoctrinamiento?

— Nosotros lo que hicimos fue hacer una valoración de nuestra memoria, de nuestra historia, de nuestra cultura, con una cuestión fundamental que es la autoestima. Si vos me preguntas a mí: Tristán, de los hechos culturales de la gestión anterior, vos cuál es el que más destacás. Y te podría decir varios, pero hay uno que me parece más que ejemplar. Y vos me podrías decir no, eso es un hecho tecnológico. Pero yo el hecho cultural que más destaco es integralmente el proyecto ARSAT. El proyecto ARSAT, que tiene que ver no solamente con defender la soberanía satelital, sino aquello de poner a científicos y técnicos a trabajar en la construcción, en el diseño de un satélite. Lograr ponerlo en órbita, que funcione, que preserve nuestras órbitas satelitales, y demostrar al mismo tiempo, saliendo de la crisis de la cual nosotros salíamos, que nosotros podíamos hacer las cosas. Que con autoestima, con la cultura del trabajo, fundamentalmente con la cultura del trabajo en equipo, podemos hacer, tomar y concretar ese tipo de desafíos.

Después que nos pongan el sello que quieran. Yo no soy eso. Yo soy Canal Encuentro, yo soy Paka-Paka, la celebración del Bicentenario.

— Claro, se habla en materia de contenidos más que de la forma, ¿no? Yo no escuché en general cuestionamientos a los canales en sí o a lo que está mencionando usted, sino que, en relación a los contenidos, una crítica a la bajada de línea, al adoctrinamiento.

— Mirá qué bendición. Y mirá lo que hicieron ellos. Mirá qué bendición, que frente a estos siete canales de Estados Unidos, toda nuestra niñez como consumidora audiovisual de un solo modelo, ése que habla en ese español neutro que dicen que les pertenece a todos y no le pertenece a nadie. Consumidores. Convocamos guionistas, pedagogos, dibujantes, directores, músicos, a grabar las canciones, agarrá las canciones de Paka-Paka la vas a encontrar a la Sole, a León Gieco, a Lito Vitale: todos quisieron trabajar allí y todos estuvieron, y ése era el propósito. ¿Qué hicimos? Nos transformamos en productores, todas las universidades desde sus centros de producción audiovisual, toda esa sabiduría produciendo para esto. Las pequeñas productoras, nacieron decenas, en este país que estaba la producción audiovisual híper concentrada en Buenos Aires, de repente aparecen producciones de Santa Fe, de la Patagonia, dicen mirá qué maravilla esto. Productores, no consumidores. Nos critican fundamentalmente por eso. ¿Qué hicieron los que vinieron después, los que nos criticaron? Apagaron la Televisión Pública. ¿Cuánto dejamos de rating nosotros en la Televisión Pública? ¿Cuánto rating tiene hoy? Qué rating llevó la gran conducción que hizo María Seoane como directora de la Radio pública, que la tenía segunda, tercera, cuarta, segunda, tercera, cuarta, y hoy está sin audiencia. Los canales, las radios que nosotros agarramos, estaban destrozados. El canal, con equipos de 1978. Les entregamos el mejor canal de televisión, desde el punto de vista tecnológico y de su radiación digital satelital, de Sudamérica. Tan lamentable. Nosotros hicimos una producción, El marginal, la hicimos nosotros. Se las dimos terminada. Lo único que ha mantenido a la audiencia es El marginal, obra nuestra; Cocineros, obra nuestra. El resto cerraron todo. ¿Nos transformaron en qué? En consumidores. ¿Qué pensamos nosotros, qué pienso del lugar que me toca? Volver a producir, lo que me enseña Alberto: poner a la Argentina de pie, poner a la cultura de pie, poner la producción audiovisual de pie. Por supuesto, vamos a disfrutar de todas las maravillas que vengan del mundo, pero no nos quedemos solamente en esto, nosotros tenemos la responsabilidad inmensa de producir.

Tristán Bauer - Diversidad y pluralismo

— La otra pregunta, la otra crítica, es acerca de la propaganda política.

— No creo en esa crítica. ¿Propaganda de qué?

— Propaganda de gobierno.

— No creo en esas críticas. Mirá hoy en perspectiva las obras que nosotros dejamos. Sobre todo, te pido que mires aquellas de las que yo fui responsable. Fijáte el valor y el sustento que tienen. Y, por supuesto, solamente tomo una cosa, que nos da nuestro presidente. Durante cuatro años se pasaron diciendo que nosotros no íbamos a volver, y aquí estamos. Vos estás hablando con el ministro de Cultura de la Nación. Y tenemos la obligación, y yo personalmente la asumo, de volver mejor. De volver mejor por la experiencia que tengo atrás. De volver mejor porque hemos visto en estos cuatro años el daño terrible que hace un sistema económico como el que aquí se implementó. Y este triunfo, que fue tan difícil, tan costoso, que conozco las luchas para la construcción de la unidad que es fundamental para vencer. Y ahí sí, no tenemos que cerrarnos, no tenemos que ser dogmáticos, tenemos que estar abiertos a todo. Este ministerio es el ministerio de todos los argentinos y para ese “todos los argentinos es para los cuales vamos a trabajar”. Tenemos que ser mejores.

— ¿Qué lugar tiene el pluralismo entonces ahí en relación a lo que viene?

La bandera de la diversidad cultural. Pluralismo, diversidad cultural. Esa es una bandera que me gusta. Defensa de la democracia.

— ¿Siente que en la gestión anterior tal vez no estuvo tan presente ese concepto de abrirse a una cuestión más plural?

— Aprendimos mucho en esta etapa. Yo personalmente aprendí que la unidad, que el sumar, que abrir el abanico es muy importante. Y ese aprendizaje me sirve a mí para implementarlo en la gestión que estamos comenzando a desarrollar.

— ¿Qué lugar va a tener el interior del país?

— Para mí no hay interior ni hay exterior. Fui dos veces a nuestras islas Malvinas, conozco la Antártida, y de Ushuaia a La Quiaca, siguiendo las enseñanzas del gran León Gieco, he recorrido todo y bastante de la cordillera al mar. Lo he hecho porque siento un amor profundo por este país. Cuando terminé, yo estoy formado en la Escuela Nacional de Cine, y mi primer documental, por más que soy marplatense, pero me formé y estudié aquí, lo hice, agarramos en los tiempos de la dictadura un colectivo, nos fuimos hasta Iruya, queríamos mostrar y ver cómo vivían en aquel hermoso pueblo los tejedores de ponchos. Y a partir de ahí, si vos seguís mi cine, el país está muy presente. Es una mirada esencial. Y esa mirada individual es la que tiene este ministro para su gestión. Y no creo en la concentración de esta ciudad; este Ministerio tiene que y debe ser federal.

— ¿Y el vínculo del Ministerio de Cultura argentino con el resto de los ministerios de Latinoamérica, por ejemplo? ¿En este momento en donde además no hay afinidad del nuevo gobierno con muchos de esos países en términos políticos?

— Y, pero la cultura es un puente fundamental. Yo creo en el espíritu latinoamericano. Yo creo que nuestro destino es latinoamericano. Todo lo que podamos hacer es poco. Mi mirada y mi formación es universal, pero esa patria grande de la que habla tanto el papa Francisco, retomando viejas ideas, por supuesto; ese modelo martiano de unidad latinoamericana, Simón Bolívar, y tantas y tantas más, para nosotros es un camino muy claro. Y siempre la cultura es buena. .

— Tristán, entre los colaboradores que está nombrando, algunos ya son conocidos, otros imagino que en estos días se van a conocer. Hay gente que trabajó con usted antes, y hay gente nueva. ¿Qué es lo que está buscando para que lo acompañen, qué tipo de personas se imagina que van a estar con usted en la estructura fundamental del Ministerio?

— La diversidad. Que el grupo que estamos armando se va a ir ampliando cada vez más. La convocatoria a todos los trabajadores de la ex Secretaria, ahora Ministerio, del Centro Cultural Kirchner, de Tecnópolis. Que se exprese esa diversidad, para mí es una bandera fundamental. Y como habrás visto hay muchas mujeres.

— Eso le iba a preguntar, por el tema género.

— Yo he aprendido tanto con las mujeres en estos años. Tengo dos hijas, una tiene 17, otra tiene 19. Dos hijas que por la generación a la cual pertenecen se han volcado a la calle por la defensa de la vida primero y por sus derechos después. Y siempre los argentinos tenemos que agradecer, ¿no? A modelos como Eva Perón que para mí es una verdadera bendición Por suerte el otro día fuimos con los ministros, quisieron apagar su luz, ahí está de nuevo encendida. Las Madres, las Abuelas. Y ahora estos últimos años cuánto aprendemos de esa generación, fundamentalmente de jóvenes que desde esa defensa inicial de defender nada más ni nada menos que la vida fueron ampliando la defensa de derechos. Para mí es una de las cuestiones fundamentales en las que tenemos que seguir trabajando y seguir aprendiendo. Y sacar el patriarcado, como dicen, es un trabajo de todos los días. Y el otro tema que a mí me parece clave es la defensa de la tierra. Cultura y defensa de la naturaleza, defensa de la tierra. Es una catástrofe lo que está ocurriendo. Y yo tengo un nieto, Vito, de un año, poco, y pienso en esa generación, ¿no? La responsabilidad que tenemos nosotros, los abuelos, de la casa que les vamos a dejar. Y entonces en ese sentido creo que cultura y defensa de la tierra también, la Pachamama que es vital.

Tristán Bauer recibió a Infobae en su despacho del Ministerio de Cultura, de la Av. Alvear.

— Mencionó un par de veces naturalmente al Presidente de la Nación. No mencionó tanto a la vicepresidenta ...

Por ella siento un amor extremo, por ahí no la mencioné por eso. Para mí ha sido un aprendizaje muy grande. Yo tuve la suerte de estar con Cristina el último día que se mudaba de Olivos. Bueno, después de haber trabajado esos años, primero agradecerle su generosidad siempre para conmigo. Y le pregunté: “Y ahora qué vas a hacer”. “Y qué voy a hacer, lo que hicimos siempre, luchar”. Y cómo esa situación, y la persecución política a la cual fue sometida Cristina; persecución política que yo pensé que había quedado desterrada y me parece una brutalidad, una barbaridad lo que le han hecho a esa mujer extraordinaria. Y cómo desde ahí ella puede ir construyendo esa manifestación que va a quedar para siempre en la Historia cuando de todos los lugares de la Ciudad, y de las ciudades aledañas, ese día de lluvia llegaba la gente, sin distinción de clases, jóvenes, muy jóvenes, viejos, muy viejos, y ahí habló de la necesidad de crear un frente ciudadano. Y después como hecho cultural cómo de repente, yo estuve estudiando bastante el tema de redes sociales, las nuevas tecnologías, circulación de contenidos y flujos financieros en fibra óptica a la velocidad de la luz a nivel planetario, y de repente vuelve Gutenberg y un libro, y el significado de un libro (N. de la R. : el ministro se refiere a la aparición de Sinceramente, el libro fenómeno de ventas de la vicepresidenta Cristina Kirchner). La lectura es clave. La CONABIP es clave. Tenemos que poner a la CONABIP de pie. Y de repente en una Feria del Libro, invitando al que estaba en primera fila (N. de la R: era el presidente Alberto Fernández, gestor de la idea del libro), y poco tiempo después la fórmula, y ahí los dos, marchando.

— ¿Cómo se imagina usted en la próxima Feria del Libro?

Me imagino como un humilde ministro de Cultura, empujando a la creación literaria, a la distribución de libros, a la industria del libro que está en una crisis muy profunda, y a la lectura, a la lectura y a la mayor lectura. Agradezco siempre a mi madre, a mi padre, que de chiquitos nos hicieran lectores. Es algo que se incorpora. Y la maravilla de la lectura, que te lleva a tantos mundos y que te da formación para defender y fortalecerte en tus ideas.

Tristán Bauer - La última visita de Cortázar

— Ministro, usted recién mencionaba “soy el ministro de todos los argentinos”, pero usted sabe que hay un 40% que no los votó. ¿Qué les dice?

— Que abramos todos el corazón en esta situación que estamos viviendo. Yo estoy seguro de que el 48% que votó a Alberto y a Cristina es un trampolín para crecer. Que siempre es importante que los gobiernos tengan una oposición fuerte, con palabra propia. Creo que nosotros fuimos eso en estos cuatro años. Y que entre todos, reconstruyamos un país, vuelvo a repetir lo que te dije antes, no solamente porque hay que mirar los índices económicos, la deuda externa que tenemos, sino viendo a los seres humanos que la están pasando mal, que sufren verdaderamente. Y que si no nos ponemos de acuerdo entre todos, como lo dijo con tanta claridad en la última visita que hizo al país Julio Cortázar, cuando se iba en el avión le preguntaron, la entrevista televisiva está ahí, él dijo: “Los argentinos nos salvamos entre todos o no nos salva nadie.” Acá no va a venir ningún iluminado que nos va a sacar de esto. Unidos, o nos salvamos entre todos o no nos salva nadie.

— ¿La convocatoria a artistas, intelectuales entonces, desde este Ministerio no va a tener que ver necesariamente con a quién vota cada uno que ustedes vayan a llamar?

— En absoluto. No va a existir nunca esa pregunta.

— ¿Cuándo vamos a tener los anuncios?

— Todo es paso a paso. Primera gran noticia, tenemos un Ministerio, no es menor. Fue degradada la cultura a rango de Secretaría y hoy es un ministerio. Tenemos que empezar, avanzamos en la conformación del Gabinete, hombres y mujeres en el Gabinete. Para el Centro Cultural Kirchner a Martín Bonavetti, que viene de la televisión, a Verónica Fiorito, que viene de ser la jefa de gabinete de Teresa Parodi. Alguien que conoce Tecnópolis como Ricardo Ferraro desde el origen, de aquellos orígenes, no el día que bajamos del helicóptero, pero sí al día siguiente para empezar a cavar y darle forma a eso. Y Maria Rosenfeldt, que fue la última directora de Encuentro, una mujer extraordinaria, trabajando ahora, durante el gobierno de Macri, en el Museo de la Memoria. Y de ahí, avanzando en los distintos organismos, conformando un equipo para poner a la cultura de pie.

— ¿Calcula que antes de fin de año vamos a tener todos los nombramientos?

— Yo no soy de hacer promesas, sino de con hechos ir demostrando nuestros avances. Y cuanto antes lo haga, para mí mejor, porque acá lo que es importante es empezar a dar en cada una de las instituciones que tendremos, nuestros museos, nuestras orquestas, soluciones para situaciones muy dolorosas. Y aprovecho para agradecer a quienes, desde todos los lugares, y también desde este Ministerio degradado a Secretaria, defendieron la cultura y muchas veces por ese motivo se los persiguió, se los insultó o se los expulsó.

Tristán Bauer, durante su jura como ministro, al lado del presidente Alberto Fernández.

— ¿No hay nada de los últimos cuatro años en el área de Cultura que usted pueda destacar?

— No, yo no digo eso.

— Por eso le pregunto.

— No, yo no digo eso. Esas no son mis palabras.

— No, no, por eso le pregunto.

— No te voy a decir ahora cosas puntuales, pero siempre hay cosas para rescatar. Siempre hay cosas para rescatar. Y si querés, más adelante te hago un balance, cuando tome real contacto con la situación.

— Sí, claro, me gustaría mucho.

— Claro que sí.

— Me gustaría mucho porque, por ejemplo, en el caso del Teatro Cervantes, es algo que ha sido destacado en múltiples foros que no tienen que ver precisamente con el gobierno que se fue. O algún detalle en algún museo, los concursos, o algo que queda. Pero sí, me encantaría que volviéramos a hablar de eso.

— Dame tiempo y hablaremos bien claramente del balance que hago concreto. Igual, yo vengo de hacer una película que es un balance desde mi mirada, mi particular mirada. Ojalá que haya muchas miradas. Yo quiero mirar para adelante, y a partir de este momento ponernos a construir. Es muchísimo lo que se ha destruido. Nosotros tenemos que ser constructores de la cultura desde el lugar que cada uno tiene. Me toca a mí desde este Ministerio, pero entre todos tenemos que empujar para adelante. Yo tengo memoria, no creo en el olvido, pero esa memoria y ese olvido sirven para construir futuro, para ir para adelante. No me voy a quedar llorando “uy, mira lo que hicieron”. Voy a construir futuro.

Entrevista completa a Tristán Bauer

Cámara: Lihueel Althabe

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