En 2016 luego de la segunda edición de Divino Barolo, empezamos a pensar en el segundo título de nuestra colección. En 2017 escuchamos en la radio que estaban restaurando el Planetario para su 50 aniversario: el sueño de un segundo libro se transformó en proyecto.
El Planetario es contemporáneo a nosotras, tiene nuestra edad. El diseño de esa época nos interpela. Hay algo afectivo. El Planetario es un poco nuestra propia idea de futuro.
Cómo fue llegar al libro
El libro llevó menos de un año entre producción y diseño. Muchísimo menos tiempo que Divino Barolo. Pero llevó casi dos años de gestiones. El trabajo de diseño también pasa por ahí: preparar el terreno, armar un equipo y buscar la manera de lograr un objetivo.
De algún modo, buscamos los trabajos que nos gustaría tener. No vino el Planetario a pedirnos un libro. Fuimos nosotras las que fuimos a pedirle permiso para hacerle un libro.
El Planetario es uno de los pocos edificios sin medianeras en la ciudad de Buenos Aires. Sus vecinos son los árboles y los patos. Nos impactó su porte de nave espacial. Uno lo da por sentado pero dejamos de naturalizarlo, como elección activa.
El Planetario es uno de los íconos de la ciudad, es telón de fondo de la comunicación porteña. ¿Quien no lo reconoce? Pero entrar y conocer su matriz constructiva, aprender de su concepto arquitectónico, nos volvió locas de amor. Estamos enamoradas del Planetario.
Es increíble que esta obra sea el resultado del trabajo de un arquitecto empleado en la Municipalidad. Justo le toca hacer este trabajo. No cobró más por hacerlo.
El punto de vista
Nos interesa el punto de vista del diseño. Es como si existiera el eje de la historia, el de la arquitectura, el de la disciplina astronómica, el de los hacedores, el de la época. Podrían ser ejes verticales, uno al lado del otro. Y entonces aparece el diseño como un eje horizontal y transversal que nos permite recorrer esta información.
Organizar los contenidos desde ese rol de diseñadoras/editoras, eso nos interesa.
No es tan frecuente que el diseño sea el eje del discurso editorial. En general pasa por el escritor, el fotógrafo, el artista o la institución. Acá las editoras responsables son las diseñadoras.
Intentamos trabajar siempre con conceptos: ese lugar donde la forma y el contenido tienen una relación indisoluble. No se trata de hacer cosas bellas, no solamente. Nos conmueven las ideas. Es allí donde se estructura nuestro trabajo.
Y no elegimos el Planetario solo porque es hermoso, sino porque lo sustenta un concepto. Fue concebido como símbolo de la búsqueda del conocimiento. Es un ideograma arquitectónico.
Y por supuesto vienen las preguntas ¿da para hacer un libro? Esta pregunta sobrevoló el proceso de este libro y los anteriores. ¿Se puede hacer un libro sobre colectivos?
Hubo que tirarse a una pileta sin saber cuánta agua había.
El estudio de diseño
Desde hace 30 años colaboramos en todo tipo de proyectos que involucran diseño y comunicación para muy variados clientes. Empresas, organismos, instituciones, profesionales, emprendedores, artistas.
Desarrollar un proyecto propio nos coloca en un lugar extraño. En dos lugares, de hecho: somos el cliente y el estudio de diseño al mismo tiempo. Es difícil y apasionante.
Hay una forma de ver la realidad donde elegimos construir cosas amables. Ese es de alguna manera nuestro aporte. Reconocer qué es lo que tenemos para dar. Nos gusta mucho el trabajo profesional con los clientes. Necesitamos sentirnos cerca y construir un vínculo. Sin esa afinidad se nos hace muy difícil trabajar y seguir adelante. Algo afectivo se pone en juego. Y siempre intentamos hacer cosas que nos gusten, que nos gustaría tener, cosas que elegiríamos para regalar. Nos gustan mucho los regalos.
30 años como estudio
Para nosotras, “Estudio” es sinónimo de equipo y es la única forma de trabajar que conocemos. Empezamos siendo un equipo de dos. Ahora el equipo creció y se hizo multidisciplinar. Signo de los tiempos.
Aparece la frase de Enrique Jan, el arquitecto del Planetario, que dice que “El tiempo es circular. Se percibe en los cambios de estaciones que siempre regresan, en los ciclos de nacimiento y duración de lo vivo”. Y en nuestra evolución pasa algo parecido. Al empezar un nuevo trabajo a veces sentimos que no se nos va a ocurrir nada, ese miedo a la hoja en blanco sigue apareciendo. Los desafíos son cada vez mayores, los trabajos mas complejos. La experiencia crece, pero la sensación se parece muchísimo a cuando teníamos 20 años y venían cosas nuevas.
¿Cómo sigue? ¿Qué sigue?
¿Hay otro edificio en puerta? ¿Un conjunto arquitectónico? ¿Un barrio en un próximo libro? ¿Qué se viene para 2020? Somos fanáticas de la ciudad. La ciudad habla. Los edificios hablan. Y nosotras ponemos nuestra escucha a su servicio.
Hemos comprobado que el libro pone contento al edificio y el edifico contento pone de buen humor a la ciudad. Un libro nos parece una gran herramienta para contar esta historia.
Nos gusta la idea de homenajear el patrimonio arquitectónico de la ciudad y el país a través de una colección de libros. Nos entusiasma.
Equipo “Extraordinario Planetario”
Idea, diseño y producción: Estudio ZkySky / Valeria Dulitzky & Julieta Ulanovsky. Colaboración en diseño: Belén Quirós / Fotografía: Xavier Martin / Colaboración en fotografía: Germán Rozo y Verónica Espino / Edición, entrevistas y corrección: Lucila Schonfeld. Textos y entrevistas: María Pagano. Colaboración en textos: Arq. Emiliano Espasandín / Arq. Fermín Labaqui / Arq. Gustavo Nielsen / Arq. Emilio Rivoira / Prof. Antonio Cornejo / Prof. Teolina Galmarino. Traducción: Wendy Gosselin. Impresión: Talleres Trama.
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