En defensa del Fondo: Acerca de la situación crítica de la filial argentina de Fondo de Cultura Económica es el nombre del comunicado que un notable grupo de intelectuales hizo circular para sumar adhesiones. Se trata del momento que atraviesa la histórica editorial, la que, hace unos días, renunció a su dirección Horacio González.
El sociólogo, escritor e intelectual dio un paso al costado debido a que la casa matriz, con sede en México, suspendió la programación y no dio nuevas directivas. Esto ocurrió en un marco de críticas a la gestión de Paco Taibo II, quien se encuentra al mando.
Entre los firmantes, que son más de cien, se encuentran Alejandro Dujovne, Carlos Altamirano, José Emilio Burucúa, Juan Carlos Torre, Dora Barrancos, Horacio Tarcus, Maristella Svampa, Pablo Stefanoni, Pablo Alabarces, Julián López, Laura Fernández Cordero y Mario Méndez, sólo por nombrar algunos.
A continuación el comunicado completo:
Con gran preocupación observamos la decisión de la Casa Central del Fondo de Cultura Económica sobre su filial en la Argentina: cancelación de contratos con autores locales, paralización de obras listas para ser publicadas y la pérdida total de la autonomía de la casa en nuestro país. Ignoramos las razones por las que Fondo de Cultura Económica México decidió avanzar en el vaciamiento de la filial, pero estamos seguros que esa decisión no se basa en el conocimiento de la realidad argentina ni, mucho menos, en el aporte al catálogo general que hizo la filial en las últimas décadas.
La vida intelectual y académica argentinas le deben mucho a Fondo de Cultura Económica. Sus traducciones de clásicos y de autores contemporáneos, que luego devendrían nuevos clásicos, fueron decisivas en el desarrollo de las disciplinas sociales y humanas de nuestro país. La decisión de publicar intelectuales, escritores e investigadores latinoamericanos nos propuso nuevas formas de mirar la región y abrió un diálogo entre nuestros países que contribuyó a sostener y fortalecer. A lo largo de los años sus libros renovaron y ampliaron una y otra vez nuestras perspectivas teóricas y debates. Esta deuda, de por sí enorme, se multiplicó cuando la filial argentina comenzó su trabajo editorial. El catálogo que poco a poco fue desplegando en el país aportó al conjunto del sello obras y nombres de calidad indiscutible, apostando por la rigurosidad, la innovación y dando espacio a nuevos autores. Esa labor nada tuvo de casual. Fue resultado del trabajo de un equipo altamente profesional, conocedor de los intereses y necesidades de los lectores de habla castellana, y muy comprometido con el proyecto cultural de la editorial. Fondo de Cultura Económica se convirtió así en una marca de prestigio. Si para los lectores su logo funciona como recomendación de lectura, para los autores es la posibilidad cierta de que su trabajo derive en un libro excepcionalmente cuidado, circule y sea reconocido dentro y fuera de nuestro país.
Es por este estrecho vínculo que nos une intelectual y afectivamente a Fondo de Cultura que expresamos nuestra gran preocupación la actual deriva de la filial argentina, que poco y nada tiene que ver con la crítica situación que atraviesa la edición nacional.
Como lectores y autores queremos advertir públicamente sobre estas circunstancias, y expresar nuestra demanda de que la situación sea rápidamente corregida y se reestablezcan las condiciones para que el sello local recupere su dinamismo y su centralidad en el ámbito literario e intelectual.
SEGUÍ LEYENDO