Cómo se escribió “Ruido de magia”, la biografía oficial de Luis Alberto Spinetta

En diálogo con Infobae Cultura, su autor, Sergio Marchi, habló de su obra, contó cómo surgió la idea de escribir sobre el Flaco y resumió el proceso de trabajo, que le llevó más de tres años y unas 100 entrevistas. “Era una persona muy cálida, con mucho humor y humanidad”, recordó

La portada de "Ruido de magia"

Sobre Luis Alberto Spinetta se ha escrito mucho y seguramente se seguirá escribiendo mucho. Es imposible que a un músico de su talla no se le hayan dedicado libros, artículos periodísticos y menciones de todo tipo. Sin embargo, faltaba una biografía completa y oficial, una biografía que abarcara las distintas etapas de su vida con el testimonio de gente que lo conoció de cerca. Y eso es justamente Ruido de magia (Planeta), el libro de Sergio Marchi que acaba de salir a la luz para iluminarnos a todos.

La investigación contó con la colaboración de la familia del “Flaco”, el testimonio de sus dos hermanos, sus cuatro hijos y la madre de ellos, Patricia Zalazar. Además, de la voz de músicos, amigos y allegados.

En diálogo por correo electrónico con Infobae Cultura, el autor repasó su obra, narró como le surgió la idea y resumió el proceso de trabajo, que le llevó más de tres años y constó de unas 100 entrevistas. “Era una persona muy cálida, con mucho humor y humanidad”, recordó.

- ¿Cómo te surgió la idea de escribir la biografía del “Flaco”? ¿Fue una propuesta de su familia o se lo planteaste vos a ellos?

- Hay respuesta larga y corta. La corta es que tomé contacto con Catarina, ella consultó con sus hermanos y su madre y nos asociamos en esta aventura de hacer una biografía oficial. La larga es que hay una serie de coincidencias que desembocan en un final feliz que es este libro.

Luis Alberto Spinetta (Crédito: Patricia Zalazar)

- Hiciste las biografías de Charly García y Pappo. ¿La de Spinetta era una cuenta pendiente?

- No era cuenta pendiente, era un deseo que arranca con Luis en vida. Luego su muerte hizo que eso pasara a ser algo imposible. Pero un sueño me hizo pensar que tenía que intentarlo; algo parecido sucedió con Pappo. Y la primera decisión que tomé fue que el libro tenía que ser hecho con la familia, porque si no no iba a tener el espíritu con el que Spinetta hacía las cosas. Yo quería que estuviesen sus hijos, sus hermanos, Patricia, pero de afuera parecía algo muy difícil. Finalmente lo logramos y estamos felices.

- ¿Cuánto tiempo te llevó hacer el libro y cuántas entrevistas hiciste?

- Tres años y medio. Y superamos ampliamente las 100 entrevistas. Hubo muchas conversaciones con Patricia que no las cuento como entrevistas porque ya se transformó en una visita de amigo irme a tomar un café con ella. Pero con algunos protagonistas especiales hubo varias conversaciones: con Ana y Gustavo Spinetta, conversé mucho con Cata, con Rodolfo García, con Pomo, con Emilio, con Machi.

- Te escuché decir que había bastante que investigar porque muchos aspectos de la vida de Spinetta eran un misterio. ¿Qué dato que no conocías te sorprendió?

- Todo el libro fue una sorpresa permanente, porque Spinetta hace que vos te redescubras todo el tiempo. Su niñez era algo desconocido, sus antecedentes familiares, su viaje a Francia (mucho más largo y más intenso), su historia en Estados Unidos, cómo se hizo Artaud, su quiebra en los ’80, lo difícil que fue sobrevivir siendo un artista genial en un país injusto que idolatra dioses con pies de barro. Y su integridad. Redescubrí muchos de sus discos también.

Sergio Marchi

- Tuviste muchos encuentros con él y lo conociste de cerca. ¿Cómo era en la intimidad?

- Luis Alberto era una persona muy cálida, con mucho humor y humanidad. Tuve la suerte -dentro de la desgracia que es perder a un padre que murió a la misma edad de Luis y de lo mismo: cigarrillo-, que cuando falleció mi viejo hubo tres tipos que me pusieron una mano en el hombro y me reconfortaron: Charly García, Juan Alberto Badía y Luis Alberto. Me invitó a cenar para charlar, pero me dio vergüenza y no lo llamé. Spinetta también podía ser temperamental, dramático y un poco loco, pero era porque se preocupaba de más por todo. Y lo entiendo porque a veces yo mismo soy igual.

- ¿Cómo fue el trabajo de coordinación con la familia de Luis? ¿Quedó mucho material afuera?

- No hubo trabajo de coordinación, salvo de encontrarnos para las entrevistas. Trabajé en absoluta libertad hasta el final. Con Cata coordinamos solo la edición, elegir la editorial, firmar contrato y aspectos legales. Cuando tuve listo el libro, se los hice llegar. Patricia lo leyó tres veces y pidió algunas correcciones, más de forma que de fondo. Catarina no puso objeción, y Ana María, la hermana de Luis, corrigió algunos datos que yo tenía mal. Valentino también lo leyó y modificamos una oración. Lo que sí hice cuando terminé el primer manuscrito fue un trabajo de reescritura, edición y corte, que dejó al libro en 100 páginas menos. Pero no con menos material: era un gordo al que dejé en el peso justo escribiendo más sintéticamente cosas que no necesitaban tanto rebusque.

- ¿Qué significó para vos Luis y qué para la música argentina?

- Creo que Luis Alberto Spinetta es uno de los artistas más importantes de la historia de la música argentina. Lo pongo al lado de Gardel, Piazzolla y Troilo. Con Atahualpa Yupanqui y Charly García también. En lo personal, yo siempre lo quise y recibí mucho cariño de él también. Nunca se puso en el lugar de ídolo y me acuerdo de su cargada un día en su casa, cuando nos sentamos en una mesa con Dante y otra gente, y dijo: “Muchachos, compórtense que estamos con el baterista de Charly García”. Lo extraño un montón, pero a la vez, nunca lo tuve tan cerca. Y espero que el libro traslade esa sensación de cercanía.

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