Cada vez con más intensidad y agudeza, el teatro decide mirarse a sí mismo. En los últimos años, creció una tendencia dentro de las producciones teatrales de escribir y estrenar obras que, de distintas maneras, reflexionan sobre su propia creación y oficio. Lo que para la semiología serían casos de metateatro, en escena se traduce con espectáculos que a cada rato se refieren a sus propias condiciones: que lo que se muestra es ficción y no la realidad, que se trata de puras convenciones, que los personajes son actores con vidas rutinarias detrás del velo mágico de los artistas y, en otros casos, miradas más políticas y emocionales acerca de la falta de recursos, la inseguridad y la búsqueda desesperada por la legitimación. Ahora, cuatro obras en cartel coinciden en mostrar la dura vida de los artistas y del teatro en particular. Desde lo difícil que es vivir del arte hasta los problemas con la creación, el miedo al vacío y la inestabilidad. Un repaso por cuatro historias de personajes y artistas que lloran y se ríen de su propia condición, casi al mismo tiempo.
La vis cómica
Después de cinco años sin una nueva obra y dejando como último trabajo la imbatible Terrenal, todavía en cartel, Mauricio Kartun estrenó un nuevo espectáculo en el San Martín para demostrar que su capacidad por construir mundos con el lenguaje y luego llevarlos a escena siguen intactos. Esta vez se trata de La vis cómica y entre las múltiples capas sobre las que se construye este espectáculo, Kartun se permite una intensa reflexión sobre la creación, las convenciones del teatro y la doble moral de los artistas.
En esta obra, que desde su estreno agota localidades en la sala Cunill Cabanellas del San Martín, Kartun imagina el espacio de un corral de comedias para mostrar la llegada a Buenos Aires de una compañía española de actores de la legua en tiempos del Virreinato del Río de la Plata. Los comanda Angulo, el malo (interpretado con una fuerza notable por parte de Mario Alarcón) junto a sus compañeros creadores: su bastardeada esposa (Stella Galazzi), el dramaturgo Isidoro (Luis Campos) y la mascota de este último, Berganza (Cutuli, en un rol conmovedor), un fiel perro que oficia de narrador. “Los gatos son de las casas, los perros del paisaje”, dice este personaje y de a poco construye este clima de hambre, desolación y una competencia feroz por posicionarse y, en definitiva, salvarse.
En las cinco escenas, dos monólogos y un epílogo que comprenden la obra, Kartun hace un repaso magistral acerca de las convenciones teatrales (cómo se construye una extraescena, por qué creemos en las cosas solo por nombrarlas, cómo se condensa el tiempo). También, pone sobre la mesa una crítica letal acerca de cómo se puede corromper el arte, los caminos oscuros que implica muchas veces pertenecer al poder, situaciones de violencia explícita y, al mismo tiempo, las clásicas angustias de la creación: el deseo de escribir, de publicar, de ser reconocido y mirado por otros. En el medio, el amor, la discriminación y la lucha de clases. Una obra que crece con capas de sentido y referencias intertextuales, que, como en la mayoría de las obras de Kartun, reclaman ser vistas más de una vez para seguir sumando ideas y emociones.
*La vis cómica se presenta de miércoles a domingos a las 20.30 h en el Teatro San Martín, Av Corrientes 1530.
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Sentada en una casa de vidrio
Este trabajo experimental que llevan adelante las actrices Paula Ransenberg y Daniela Catz parte del vacío y el tedio inevitable en el cual se encuentran los artistas en el momento de la creación. En este caso, se trata de una autora que está atrapada en una vida asfixiante y monótona, con un marido normal y una hija normal, mientras busca desesperadamente una historia. Desde ese aburrimiento, de pronto comienza a descubrir a sus personajes que se le aparecen como engendros que también luchan entre la magia y la desilusión. La obra, dirigida por Marcelo Nacci, permite que ambas actrices entren enseguida en un tono onírico y surrealista en el cual juegan con transformarse en personajes extraños, que cuestionan y ponen en jaque a la propia autora. La gran científica María Curie, empoderada de su vida y adicta a la radioactividad, se enfrenta con su sumisa y conservadora hermana. Una directora de cine se pelea con una artista de foley (N. de la R.: expertos que recrean -en sincronización con la imagen- sonidos naturales, cotidianos y propios de personas y objetos), totalmente incomprendida en el valor de su profesión. Un luchador de catch enfermo que no para de crecer habla de su vida con una periodista, a cambio del canje de una remera. Una mujer pez y otra mujer alcohólica que se come a su propia muñeca. La paleta de personajes colapsan en la mente de esta autora y empiezan a infiltrarse en la realidad. Alejada de cualquier lectura realista y con una poderosa economía de recursos desde la puesta, la obra permite ver la vulnerabilidad en la que se encuentran los artistas en el momento de la creación, los impensados caminos que puede generar la imaginación y, a su vez, es un gran despliegue de actuación por parte de Catz y Ransenberg, en pleno estado de juego físico y emocional.
*Sentada en una casa de vidrio se presenta todos los viernes 20.30 h en Timbre 4 (México 3554)
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Antihéroe off
El unipersonal de Patricio Abadi es una comedia dramática que narra los intentos de Remo, un apasionado actor del off, que lucha por generar los recursos que le permitan viajar a Inglaterra y reencontrarse con su hijo pequeño. Para lograrlo, se vale de todo tipo de personajes para poder juntar el dinero para viajar, sin reparar en la ética ni en las estéticas posibles. Abadi interpreta por momentos a un actor desesperado, que se inventa personajes insólitos con la intención de atraer al público, mientras los únicos trabajos que consigue son en animaciones infantiles. En distintos momentos, la obra plantea una crítica muy clara acerca de las mínimas posibilidades que tienen los artistas independientes de poder sostenerse económicamente con su profesión y el complejo y esquivo reconocimiento que los legitimaría. Pero además de la cuestión política, también hay una mirada mucho más personal acerca del dolor de extrañar a un hijo, de preguntarse qué tipo de padre quisiera ser, de replantearse su etapa de formación como artista y una referencia a la permanente inestabilidad y vulnerabilidad de los artistas.
Antihéroe off también tiene espacio para el humor y Abadi puede reírse de cierto narcisismo de los artistas. Por ejemplo, cuando ensaya uno de sus personajes “Hamlet Balboa”, una mezcla de la creación shakespeariano y el mítico boxeador de Silvestre Stallone y quiere audicionar con su personaje en la Royal Shakespeare Company de Londres, y hasta plantea que la mítica compañía teatral inglesa no está comprendiendo el trasfondo del personaje. En ese contexto de criaturas teatrales, situaciones y hasta una tortuga real en escena, Abadi autor y actor, dirigido por Paula Marrón, atraviesa un gran desgaste físico: corre entre el público, boxea, cambia de personajes y crece en emocionalidad.
*Antihéroe off se presenta este lunes 18, a las 20 en El Camarín de las Musas: Mario Bravo 960
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Stanislavski Fantasmatic
En esta obra, el escenario se convierte en un laboratorio en el cual un grupo de actores experimentan con la actuación, como si estuvieran en los míticos espacios de investigación que surgieron en Rusia, a comienzos del siglo XX, de la mano de Konstantin Stanislavski para encontrar un método que permitiera llegar a la verdad escénica. Stanislavski tuvo en el escritor Anton Chejov un aliado fundamental para llevar al teatro una estética realista.
En un homenaje y a su vez en relectura de este maestro ruso, Ciro Zorzoli dirige esta obra en la que los actores funcionan como unos deportistas de las emociones: ejercitan todo lo que pueden para llegar a estados verosímiles. Tanta es su convicción y entrega, que se muestran en zonas oscuras, de las cuales no saben cómo salir, repiten y repiten, se unen en juegos teatrales en los que pasan de ser animales a personas desgraciadas, se ríen de ellos mismos y, a su vez, no dejan de ejercitar. Paola Barrientos, Diego Velázquez, Juan Ignacio Bianco, Matías Corradino, Hilario Laffitte y Marianela Pensado le ponen el cuerpo en esta obra a tratar de desmenuzar la actuación que, de alguna forma, es como tratar de profundizar en la condición humana.
*Stanislavski Fantasmatic se presenta sábados y domingos a las 17:30. En El Portón de Sánchez: Sánchez de Bustamante 1034
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