¿Qué piensan los cineastas sobre el cine? Desde hace mucho el lugar de enunciación sobre lo que sucede en la pantalla grande fue tomado por críticos que, desde las salas de Buenos Aires y los festivales a los que viajan por el mundo y de los que participan como “críticos”, lo que se dice sobre el cine, sus problemas, las cuestiones formales y, claro, las anécdotas, no tenían un espacio en las páginas que circundan las lecturas y las bibliotecas.
Desde 2013, y en una experiencia única a nivel mundial, Revista de Cine, dirigida por Rafael Filipelli y con un dream team de directores que escriben, salió en papel a las palestras. Y seis años y seis números después se puede decir que mal no les fue. Sergio Wolf, Rodrigo Moreno, Nicolás Zukerfeld, Mariano Llinás, Juan Villegas y los no cineastas David Oubiña y Beatriz Sarlo conforman un núcleo de irradiación de ideas sobre el cine, mientras las páginas en las que las exponen son ilustradas por Eduardo Stupía.
Pero dejémoslos hablar, que si no nos matan. Es que demostraron que los directores de cine quieren hablar de cine, como el que más. Por eso Infobae Cultura conversó con Rafael Filipelli y Sergio Wolf.
Rafael Filipelli: –Es una revista anual porque somos todos directores de cine y la actividad de los directores en actividad es muy fuerte. Ese tiempo que no se le dedica a la obra artística, o a filmar o a la post producción o al casting, lo dedicamos con mucho ahínco a la revista, con reuniones de nueve personas que así se complican un poco.
Sergio Wolf: –Sí, pero la revista se hace en grupo, tiene un sistema colegiado. Discutimos quiénes serán los colaboradores, discutimos los enfoques de nuestras propias notas, entre nosotros hemos bajado notas que propusimos a la revista. No es que un día uno manda un mail con un tema y escribe lo que quiere. Esto supone un nivel de acuerdos importante que hace que puede hacerse bien en términos anuales. En su mayoría también somos docentes que estamos cercanos a la realización. Más allá de que los textos no estén relacionados con la realización, sino con la crítica, la historia del cine, aún en esos casos sí están relacionados con el hacer. Esto supone una manera de filmar. Todos tenemos una relación con la escritura, nos gusta mucho escribir sobre cine.
RF: –La mayoría llegamos a la revista habiendo escrito mucho antes. El caso de David Oubiña, Sergio Wolf, Juan Villegas o yo, que escribí básicamente en Punto de Vista. Sergio hizo muchos años de crítica, escribía en Perfil, en Página 12, escribió varios libros sobre cine.
–¿A quién se dirige la revista?
RF: –No fue algo que nos hayamos planteados desde el comienzo. Yo no tengo respuesta y creo que ninguno de nosotros la tiene. En la Universidad de Cine en 2013 a fin de año, después de tomar finales, fuimos a comer Sergio, Rodrigo Moreno y Juan Villegas, y en cierto momento se produjo una discusión a los alaridos, principalmente entre Sergio y yo, sobre la crítica, y en medio de la discusión, yo dije: “Y es por eso que tenemos que sacar una revista”. Y todos dijeron: “Vamos”. Yo pedí licencia para convocar a otros más. Pero nunca nos preguntamos a quién iba dirigida la revista, sino que sabíamos que tenía la pretensión de continuar una discusión que tenía ya algunos años.
SW: –La sensación que teníamos era de insatisfacción. Había cosas que nos hubiera gustado leer, pero no estaban publicadas. Por eso al salir produjo un poco de indignación, porque era una revista donde no escribían ni periodistas ni críticos, sino cineastas y en papel y no digital. No fue la delicia de la crítica.
RF:– ¿Vos notaste? Nuestra revista es Revista de Cine, como los Cahiers du Cinema, revista por la que éramos hablados, por su historia intelectual. Incluso aunque en nuestra publicación hubieran cuatro generaciones, yo, que voy a cumplir 81, y la persona más joven de la revista que es Zukerfekd que apenas pasa los treinta. Cincuenta años entre uno y otro. Y no es menor que se hayan amalgamado tantas generaciones diferentes con un objetivo, que hayan realizado una publicación amplia ideológicamente, porque no queremos una revista programatíca, con un programa estético, sino que se inflame con distintas ideas.
–Ya que mencionan a Cahiers, la revista tuvo distintas épocas.
RF:–Bueno, su primera época era de derecha, con Bazin y Roehmmers.
SW:–Pero hay un punto qu tiene que ver con la revista que decidimos hacer. Salir de la revista académica de gueto, con referato universitario, o la de critica con dedito de película buena o mala, con puntajes. Queríamos hacer una discusión sobre cine. Es una revista que habla de películas y directores, muertos o vivos, y de problemas de cine, saliendo de la sociología periodística del cine, o la reseña del festival de Cannes.
RF: Hay una frase de Beatriz Sarlo, a quien conozco particularmente (N. d. R.: Filipelli es pareja de Sarlo desde tempranos los años 80) que dijo mucho antes de que existiera esta revista, sino cuando ella dirigía Punto de Vista que decía: “escribir en una revista como Punto de Vista es poner a prueba tus ideas”. Por eso es un lugar de experimentación, donde uno prueba y creo que nosotros estamos siguiendo esos pasos de alguna manera, es algo que prueba que busca, y en ese buscar, en ese probar se acierta y se equivoca, no hay garantía, es en ese sentido es donde existe la experimentabilidad-
–¿Y siguen sin conocer su público?
RF: ¿Para matar a un troskista decis?
–No, eso ya sería matar a un público.
RF:–Sobre todo a ese tipo que es un genio, Altamira, ¿conoces la nota de Altamira que le explico a Moreno a Chantal Ackerman? Bueno es solo puede hacerlo un trotskista y loco y por lo tanto genial. Yo, aclaro, soy básicamente un antitroskista, te diria.
SW:–Además habían dos personas que vieron esa película no en el auditorio sino en un lugares más amplios. La revista después de seis años es una revista que leen los que la leen, en el sentido de no hace cosas, no tiene acciones, no publica artículos para que la lean mas gente. La leen los directores, críticos, gente de afuera, la FUC compra una cantidad de ejemplares que nos ayudan con eso, y ellos la distribuyen y se la dan a quien quiere, en el sentido la revista sigue saliendo y para nosotros un espacio es una oportunidad de reunirnos en una época donde las reuniones y los encuentros para pensar no están muy a la orden del día, ¿no? El debate cultural está en un momento, desde mi punto de vista, malo.
–Pero cuando ustedes hablan de Las Vegas, de Juan Villegas, dicen: “No es lo que piensa sobre su película” y no dejan el costado elogioso, pero no visto ni por el director.
RF: Sí, no sé cómo le habrá caído a Juan. Pero también ha habido renuncias pour la gallerie. Es que iniciamos la revista, sin mencionar a nadie, pero diciendo que era una mierda la crítica argentina. No se puede dedicar a los intelectuales porque a los intelectuales les gustan películas de mierda
SW:–Pero en la presentación de este número Juan José Becerra decía que la literatura no tenía una revista así.
RF:–¡Y las novelas argenitinas siguen siendo más potentes que el cine argentino! En este número, la última frase de David Oubiña dice que a esta altura del Nuevo Cine Argentino hicieron más los directores que los críticos y es un alma genial del artículo. Tenemos todo el derecho de mirar el cine como nosotros querramos.
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