Juanse va a la iglesia. Se lo ve ensayando una homilía antes de la misa. Luego aparece cantando canciones religiosas, algo que hubiera sido imposible de concebir en los ’90 o durante la primera década de este siglo. Pero ahí está. Iluminado, cambiado, distinto pero igual porque sabe combinar dos mundos que parecen totalmente opuestos: la religión y el del rock. “Yo hago rock and roll y el rock and roll es mi evangelio”, subraya.
En Juan Sebastián (2019), Diego Levy se sumerge en la vida del líder de Los Ratones Paranoicos, logra que el cantante se abra y muestre su intimidad. El espectador se va a encontrar con un Juanse que habla de su presente, con la madre del cantante que también da sus opiniones e incluso protagoniza un debate interesante sobre política y teología con el músico. También aparecen para dar testimonio sus hijos e incluso la cámara lo sigue hasta el Vaticano, donde tiene un encuentro con el papa Francisco. Todo contado con naturalidad, frescura y, principalmente, respeto. La película puede verse los domingos en el MALBA.
En diálogo telefónico con Infobae Cultura, Levy narró cómo se le ocurrió la idea de realizar el documental con Juanse como protagonista, cómo lo tomó el artista y qué lo impresionó de su figura: “Es un tipo que sabe de todo. Sabe mucho de cine, de música clásica, de filosofía. Y, sobre todo, no para de estudiar. En este momento estudia Teología”, destacó.
-¿Por qué Juanse? ¿Qué te atrajo de él?
-Hay varias razones. Venía siguiendo en los medios sus manifestaciones públicas acerca de su conversión. Ese cambio tan profundo me parecía muy interesante para retratar y, sobre todo, me generaba muchísima curiosidad. Por otro lado, fui y soy fanático de Los Ratones Paranoicos, banda a la que seguí durante muchos años. Entonces, era una gran excusa para hacer una película con la banda de sonido de mi adolescencia.
-¿Lo conocías personalmente antes del proyecto?
-No, lo había visto infinidad de veces sobre el escenario solamente. También lo había fotografiado a comienzos de los ’90. Yo empecé a trabajar en revistas de rock y cuando empecé a filmar la película busqué en mis archivos si todavía tenía esos negativos y, revolviendo carpetas, apareció un sobre que decía “Ratones Paranoicos, Obras, 1993”. Entre esos negativos apareció una foto que ni sabía que tenía. También lo retraté ahora y, con esas dos fotos, armamos el afiche de la película. El paso del tiempo y ese cambio también está plasmado en esas dos imágenes que le tomé con 25 años de diferencia.
-¿Cómo tomó Juanse la idea?
-Cuando se lo propuse se mostró interesado pero con cierta cautela y, a medida que fuimos avanzando en el rodaje, se terminó de copar y de alguna manera se puso la película al hombro.
-¿Qué es lo que más te impresionó de su figura al sumergirte en su intimidad?
-Conocía bastante sobre él, pero lo que más me sorprendió es su formación académica. Juanse es un tipo que sabe de todo. Muy culto, leyó mucho. Sabe mucho de cine, de música clásica, de filosofía. Y, sobre todo, no para de estudiar. En este momento estudia Teología.
-En la película, el espectador se va a encontrar con un Juanse que va a la iglesia, que se prepara para un show, que visita al papa Francisco en el Vaticano y también va a escuchar a su madre e hijos. Y para él no son incompatibles esos “dos mundos” (la Iglesia y el rock). ¿Qué pensás vos al respecto?
-Juanse naturaliza algo que a primera vista parece incompatible. Esos dos mundos, el de la iglesia y el rock, él los transita con absoluta coherencia. Lo que se genera luego de ver la película es lo mismo que me pasó a mí a medida que fui avanzando en el proceso de rodaje. De alguna manera, esa contradicción entre esos dos mundos se me hacía tan natural como atractiva.
-En un momento cuenta cómo fue su conversión, a raíz también de la enfermedad de Luis Alberto Spinetta. ¿Te impactó su relato?
-Sabía de su relación con Spinetta. Es impactante y conmovedor su relato sobre este tema. Su amor por él es muy profundo y, por supuesto, me impactó su relato.
*“Juan Sebastián” se proyecta los domingos a las 20:00 en el MALBA, Av. Figueroa Alcorta 3415
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