Más de 10.000 personas fueron parte del 11° Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (FILBA), que culminó anoche tras cinco días de una intensa agenda que tuvo como figura central a la escritora estadounidense Loorie Moore e incluyó clases abiertas, talleres, paneles, performances, lecturas, entrevistas y cruces de disciplinas.
El FILBA, que había inaugurado esta edición con una conferencia a cargo del escritor Fabián Casas, concluyó con un recital de cuentos de Hernán Casciari y la presentación de la mexicana Julieta Venegas, que habló sobre literatura y música.
Una de las invitadas que despertó mayor interés fue la escritora Lorrie Moore: la entrevista pública que le realizó Santiago Llach desbordó el Teatro Cervantes el jueves pasado, donde los fans literarios hicieron largas colas para conocer y escuchar a la autora de ¿Quién se hará cargo del Hospital de Ranas?
Otras dos figuras convocantes fueron el británico M. John Harrison y el norteamericano Jonathan Lethem, quienes recorrieron obras e influencias y compartieron su amor por la ciencia ficción con centenares de fánaticos que asistieron rigurosamente a sus presentaciones.
Mientras las actividades con público se desarrollaban en el MALBA y en el CCK, parejas azarosas de autores y autoras nacionales e internacionales recorrían juntos rincones de la Ciudad de Buenos Aires, para luego escribir sus Bitácoras, uno de los clásicos del FILBA.
Así fue como Jonathan Lethem y Kike Ferrari recorrieron juntos el Cementerio de Chacarita; la española Eva Baltasar paseó por el barrio de Once junto a Ana Ojeda, y el peruano Juan Manuel Robles se subió a un colectivo con la ilustradora María Luque, rumbo al Sur.
El FILBA inauguró el segmento “La Fábrica” en el quinto piso del CCK, que se llenó de público joven interesado en la fusión entre literatura e ilustración, el diseño y las técnicas de impresión para crear nuevos lenguajes.
Pensada como un espacio de encuentro para la narrativa ilustrada, la edición independiente y la autoedición, esta nueva sección propuso mesas para dibujar, serigrafía en vivo, creación y venta de fanzines y novela gráfica, y distintos talleres orientados a la ilustración y la producción artesanal.
Fuente: Télam.
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