Un grupo notable de autores decidió reunirse para repensar el mercado editorial, el estado de la cultura literaria, el rol del escritor como trabajador y las políticas previsionales del sector. Entonces formaron la "Asamblea Autoconvocada de Escritores", que se extendió por casi tres horas, y comenzaron a redactar undocumento. ¿Qué piden en concreto? Muchas cosas, pero principalmente: que escuche. Se lo reclaman al Presidente que, de repetirse en las elecciones de octubre el resultado de las PASO, será Alberto Fernández. Exigen que el Estado comience a diseñar políticas públicas.
La asamblea ocurrió anoche y reunió a más de cincuenta autores destacados. Entre ellos, Martín Kohan, Ana María Shua, Tamara Kamenszain, Guillermo Martínez, Claudia Piñeiro, Carlos Busqued, Reynaldo Sietecase, Antonio Santa Ana, Débora Mundani, Elsa Drucaroff, Alejandra Laurencich, Esther Cross, Jorge Consiglio, Miriam Molero, Gabriela Massuh, Horacio Convertini, María Inés Krimer y Cecilia Szperling, Betina González, Julián López, Claudia Aboaf, Gonzalo Unamuno, Verónica Boix, Franco Vaccarini y Enzo Maqueira.
Muchos no pudieron participar, por tiempos y lejanías, pero aún así adhirieron al reclamo. Entre ellos, María Teresa Andruetto, Eugenia Almeida, Perla Suez, Mempo Giardinelli, Guillermo Saccomano, Samanta Schweblin, María Rosa Lojo, Carlos Chernov y Gabriela Cabezón Cámara. Además, participan activistas de las agrupaciones N. P. (Nosotras Proponemos) y Unión de Escritores Argentinos.
"Todos quedamos absolutamente contentos. Esa es la palabra. Pudimos juntarnos un montón de escritores que no solemos encontrarnos, básicamente porque somos trabajadores solitarios. Entonces encontrarse para redactar esta carta y debatir los puntos fue un acto feliz, pensando con esperanza hacia adelante y que en algún momento vendrán tiempos mejores, cuando podamos salir de esta crisis que estamos viviendo", dice Claudia Piñeiro en diálogo con Infobae Cultura.
Asamblea autoconvocada de escritores
Al futuro Presidente de Argentina
En medio de la crisis que atraviesa el país y conscientes de sus urgencias, las, los y les escritores creemos que la implementación de políticas públicas federales tendientes a proteger al sector y a les escritores como trabajadores es una tarea imprescindible. Sostenemos la necesidad de asegurar la libre circulación de la cultura, sin condicionamientos ideológicos, de género ni religiosos, que garantice la pluralidad de voces. Por todo esto proponemos como punto de partida cuatro ejes en defensa de la literatura nacional.
* Restitución del Ministerio de Cultura
* Apoyo a la Creación del Instituto Nacional del Libro (INLA)
* Políticas activas por parte del Estado de promoción y fomento del libro y la lectura
* Revisión de las condiciones tributarias, previsionales y de seguridad social de los, las y les escritores
El primero de los punhtos tiene que ver con el regreso del Ministerio de Cultura, la cartera que hoy dirige Pablo Avelluto y que, desde septiembre de 2018, el presidente Mauricio Macri la degradó al rango de Secretaría, dependiente del Ministerio de Educación (renombrado Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia y Tecnología).
Otro asunto es la creación del Instituto Nacional del Libro Argentino, un proyecto de ley presentado por Daniel Filmus que se está debatiendo en las cámaras y que cuenta con el apoyo de todo el sector, incluso de muchas fuerzas políticas. De aquí se desprende el tercer punto, el del fomento de la lectura, que se logra —aseguran— a partir de la creación de diversos programas que incentiven la literatura en los jóvenes.
Por último, exigen una revisión de la situación previsional de los escritores. Al plantearse como trabajador y no ya como un iluminado u outsider, es necesario —argumentan— repensar la la situación tributaria, previsional y de seguridad social que los envuelve. Este punto, desde luego, es fundamental.
"Al Presidente que le toque llevar adelante el país, queremos que le quede tiempo, fuerza e interés para escucharnos. Porque nos parece que la literatura y la lectura generan una mejor sociedad y mejores ciudadanos y nosotros como trabajadores necesitamos un mayor respeto, desde el punto de vista de quienes nos contratan, y por lo tanto el Esatado nos puede ayudar a conseguirlo", concluyó Piñeiro.
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