40 años de los Premios Konex: historia y anécdotas del prestigioso galardón argentino

En diálogo con Infobae Cultura, Luis Ovsejevich, fundador y presidente de la Fundación Konex, repasó los inicios, el desarrollo y algunos datos curiosos de un premio que “trata que los mejores exponentes del país sirvan de ejemplo a nuestra juventud”

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Luis Ovsejevich (Crédito: Santiago Saferstein)
Luis Ovsejevich (Crédito: Santiago Saferstein)

Una lluvia copiosa cae sobre la Ciudad de Buenos Aires. Luis Ovsejevich, fundador y presidente de la Fundación Konex, llega a la cita con Infobae Cultura con anticipación. Su voz y sus ojos expresan la emoción que posibilita la cita, recorrer la historia de los premios que desde hace 40 años rinden homenaje a las personalidades más destacadas de la cultura argentina.

Y cuando decimos cultura, lo hacemos en su sentido más amplio. Porque los Konex no solo son un galardón para la literatura o el arte, por ejemplo, sino para cada una de las capas que conforman el riquísimo entramado de los intereses de la sociedad, que van desde el deporte con la ciencia.

Ovsejevich, quien además de abogado y empresario fue director general ad honorem del Teatro Colón, llega con un bolso repleto de programas y actividades de la Ciudad Cultural Konex. Si bien hoy se entregan los Konex a la Música Clásica en la Facultad de Derecho, "en una sala que acaba de haber sido restaurada por la Fundación Konex", dice, "una sala que después del Colón es la más linda que tiene la ciudad", también le interesa propagar un bien fundamental: el de una cultura abierta e inclusiva.

¿Cómo fue que llegó a la determinación de crear la Fundación y los premios?

-Diría que tiene que ver un poco con la formación y la cultura. Yo fui docente en la Facultad de Derecho durante muchos años. En un momento dado de la evolución de mi vida estaba con una empresa comercial y decidí dejar la docencia, pero necesitaba reemplazar esa docencia y eso lo hice a partir de la Fundación Konex. Tenía la empresa comercial Konex-Canon y la Fundación fue como una educación a lo alumnos, en este caso, para sembrar el porvenir. Tratar de que los mejores exponentes de la Argentina sirvan de ejemplo a nuestra juventud.

Los Konex, además de premiar a figuras reconocidas como puede ser un deportista o una actriz, también ingresan en espacios que quizá no son tan populares, como la ciencia. ¿Considera que ese es uno de los mayores atributos del galardón?

-Yo diría que son los años que más satisfacciones me dan son aquellos en los que premiamos Ciencia y Tecnología, Humanidades e incluso las Artes Visuales y las Letras. Porque en Ciencia y Tecnología o Humanidades son personalidades que solamente son reconocida por sus pares y no trascienden a la sociedad. En cambio, cuando premiamos al Deporte, el Espectáculo o la Música Popular la gente los conoce a casi todo. Estamos igualando a los científicos de figuras conocidisimas como puede ser Darín, Messi, Ginóbili, Aleandro. Damos la posibilidad de que se conozcan a las figuras que hacen al progreso de la sociedad.

Hoy se entregan los Premios Konex a la Música Clásica
Hoy se entregan los Premios Konex a la Música Clásica

¿Cómo es el proceso de selección?

-Desde que lo creé en el año '80, decidí hacer 10 actividades diferentes para cubrir todos los aspectos culturales de la Argentina. Cuando lo pensé me dije 'para que esto se imponga los primeros años necesito poner las actividades más populares', entonces empecé por Deportes y Espectáculo. Después vino Artes Visuales; Ciencia y Tecnología; Letras; Música Popular; Humanidades; Instituciones, Comunidad y Empresa, y por último Música Clásica. Al sistema cuando lo creé fue de 20 disciplinas, en las cuales en cada uno de ellos se premian a cinco personas. En total se premian 100 personas.
Para premiar a esas 100 personalidades elijo un jurado de 20 personas especialistas en el tema, que ya desde hace muchos años son premiados Konex. Los primeros 10 años no tenía todos premiados Konex, tenía que empezar, pero a partir del año 11 ya recurrí a gente que fue premiada, se autoexcluyen para ser premiadas. Son 20 personas que desde el punto de vista ideológico, uno quisiera que en la sociedad argentina no tenga lo que se llama la grieta, pero existe. Entonces trato a través del jurado y después con los premiados es que no haya ninguna diferenciación ideológica de ningún criterio que imponga esto o lo otro. Los mejores tienen que estar premiados.

¿Los más votados son siempre los ganadores?

-No. Hay una reunión final donde se reúne todo el jurado, donde no quedan automáticamente los 5 más votados, porque puede ocurrir que haya gente muy popular colocada por los jurados generales y que después los especialistas del tema dicen 'ojo que este hombre es conocido, pero éticamente no corresponde que le demos un premio'.

En ese sentido, es tan importante la obra como la ética para recibirlo.

-Sí, tiene muchísima consideración. Hubo varios casos de gente que en esa votación preliminar estaba entre los cinco, el primero a lo mejor, o el segundo, y que el jurado específico dijo 'ojo con esta persona' y quedó afuera y no fue premiado.

¿Cómo se llega entonces al Konex de Brillante?

-Posteriormente, el jurado se reúne y tiene que elegir de cada quinteto a un ganador. Ese ganador son los 20 Konex de Platino y entre ellos va a quedar uno que va a ser el Konex de Brillante, que venimos premiando cada año a una persona, a veces dos y en algún caso muy excepcional tres, que es la figura máxima de la década.

En total, con la de hoy, serán 40 entregas, 40 eventos por los que pasaron importantísimas figuras, que van desde Juan Manuel Fangio, el primer Brillante, a Luis Federico Leloir, Jorge Luis Borges y Atahualpa Yupanqui a René Favaloro, Mercedes Sosa y Daniel Barenboim, por nombrar algunos.

Imagino que esta edición 40 debe removerle muchos recuerdos.

-Sí. Empecé en 1980 porque se festejaba los 400 años de la Ciudad de Buenos Aires, es un motivo que se perdió totalmente. La entrega final la hice en el Luna Park con una cena para 1800 personas, que se transmitió por Canal 11. Y era sorpresa, los primeros años fueron sorpresa los ganadores. Estaban los 100 premiados, todos esperando cada uno en sus mesas a ver a quiénes elegía. Entonces sale, Boxeo: Monzón; Automovilismo: Fangio; Golf: De Vicenzo; Fútbol: Moreno y así sucesivamente. Cuando estaban los 20 en el escenario se eligió al Konex de Brillante, que fue Fangio. Cuando habla Fangio dice: 'Espero que no me falle el de la zurda', por el corazón, como diciendo 'Es la primera vez que me premian en la Argentina'.
Al año siguiente hicimos la entrega final en el Coliseo. Estaban los 20 premiados en el escenario y el presidente era Ulyses Petit de Murat. Viene la votación y queda 8 a 8: Luisa Vehil y Alfredo Alcón. Me dice Ulyses Petit de Murat: 'Yo no puede desempatar', 'Pero usted tiene que desempatar', respondo. 'Yo no puedo desempatar' Y bueno, entregamos el premio a los dos. Entonces quedó empatado. El trofeo, que había uno solo se lo llevó Luisa Vehil y después mandamos a hacer otro para Alfredo Alcón.
El año 82 fue en el Colón, fue Horacio Butler. Los dos años siguientes eran Ciencia y Tecnología y Letras. Antes de empezar sabíamos que iban a ser Konex de Brillante, Leloir y Borges. Entonces con los jurados me planté y les dije 'no podemos hacer esto de la sorpresa'. Entonces se cambió el sistema".

Además de los Premios, también desde la Fundación se desarrolló toda una estructura para promover la cultura, ¿cómo fue ese proceso?

-En el año 91 empezamos con un ciclo de música clásica para chicos, que comenzó con el Vamos a la Ópera, con El barbero de Sevilla y La Flauta Mágica, en esa primera temporada. Durante los tres primeros años pasó por el Cervantes, después pasó al Colón, donde estuvo durante la gestión de Sergio Renán, de Kive Staiff y también durante la mía. Cuando yo me fui, los siguientes directores no aceptaron que se siga haciendo allí. Por lo tanto lo fuimos haciendo en el Teatro Avenida, el Coliseo, el Cervantes, en distintos lugares hasta que se creó la Ciudad Cultural Konex, que aloja el Vamos a la Ópera, Vamos al Concierto y Vamos al ballet.

El Konex se convirtió en un faro de la cultura, que tiene la virtud de atravesar a distintas audiencias, que atrae a un público muy heterogéneo.

-La idea de la ciudad cultural fue extender la cultura a toda la población. Tomó la manija mi hijo Andy, quien creo que la conduce brillantemente. El espectro con el cual se comenzó fue la gente joven, de 18-20 años a 40, donde hay un espectáculo que todos los lunes se da que es La Bomba de tiempo, que convoca a dos mil, tres mil personas y un montón de espectáculos vinculados a los shows musicales. Y con motivo del ciclo que hacemos para los chicos, de la ópera al ballet, empezó a entrar en ese lugar el tema de los niños. Hace ya como 4 ó 5 años tienen un área específica que es Konex para Chicos y yo creo que hoy por hoy, en Buenos Aires, debe ser el lugar que está movilizando más público infantil.

Ciudad Cultural Konex
Ciudad Cultural Konex

Otro Festival destacado es el de Música Clásica, que a usted, como profesor de piano y ex director del Colón, le debe interesar especialmente.

-Así es. También lo hemos agregado (a la Ciudad Cultural Konex), estamos ya por el quinto año, del Festival de Música Clásica, que se hace en el mes de abril, en el que cada año lo destinamos a distintos compositores, Beethoven Mozart, Bach, etcétera. Es una forma, en una semana, de introducir a nuevos público en esta música, que para mi es fundamental.

¿Cómo se imagina a los Premios Konex dentro de 40 años?

-Si consigo que siga lo de sembrar el porvenir voy a estar feliz, desde allá lejos.

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