La coincidencia temporal de sus estrenos pero también la temática religiosa -del judaísmo en este caso- como eje central, una mirada íntima sobre los usos y costumbres de estudiosos y practicantes, vinculan la película Shalom Taiwan, de Walter Tejblum con el documental Paternal, de Eduardo Yedlin. Shalom Taiwan cuenta la historia de un rabino porteño interpretado por Fabián Rosenthal que, urgido por las deudas contraídas para la reforma de su templo, emprende un viaje significativo (en más de un sentido) hacia el lejano Oriente. Paternal revela la personalidad de un argentino relevante: el antropólogo Adolfo Roitman, nacido en La Paternal y actual curador de los llamados "rollos del Mar Muerto" en Israel. En la ficción, el rabino emerge fortalecido y renovado de su fracaso: no consigue el dinero para cubrir la deuda y el templo es cerrado, pero regresa a Buenos Aires para empezar de nuevo. En la realidad, el antropólogo y curador cuenta la historia de su familia en el barrio que vio debutar a Diego Maradona, e invita a conocer un poco más del preciado tesoro arqueológico que custodia, estudia y difunde por el mundo.
El rabino trotamundos
Shalom Taiwan es la segunda película de Tejblum (el antecedente es Malka, una chica de la Zwi Migdal, de 2014) y está protagonizada por un curioso personaje de la comunidad. Fabián Rosenthal actualmente es empresario del rubro marroquinero por herencia familiar, pero en la década de los años 90 fue actor de "bolos" en shows como Chiquititas y Gasoleros y también, brevemente, manager de la banda de rock Turf. Luego en los primeros años del nuevo siglo fue conductor de un programa de radio (El Plan, por FM Supernova de Radio Nacional durante 2000-2001) y se fue del país. Allí notoriamente fue "famoso" y en Estados Unidos nada menos, en su papel de "villano" del reality Protagonistas de novela que emitió la cadena hispanoparlante Telemundo. El ganador obtenía un contrato para protagonizar una telenovela de ese canal. Rosenthal no triunfó pero dejó su huella: las promociones del programa lo señalaban como dotado de un "ego talle extra large".
De vuelta al futuro y en la película de Tejblum, Rosenthal es un rabino porteño que debate su existencia entre la atención de los urgentes temas económicos del templo que conduce y la rutina diaria de su familia, que incluye la crianza de hijos pequeños, resolución de cuestiones familiares (allí aparece brevemente Betiana Blum en el consabido rol de idishe mame) y la convivencia en el matrimonio. En todos los frentes tiene cuestiones que atender y solucionar de alguna manera, aunque la deuda que contrajo para reformar el templo es su principal preocupación. Por eso viaja a Nueva York primero y a Taipei después: en busca de contribuciones monetarias que sirvan para cubrir un préstamo tomado con un poco comprensivo "empresario" típicamente porteño (el siempre eficiente Carlos Portaluppi).
Allí el núcleo narrativo se detiene en la capital de la lejana "isla rebelde" que China reclama como parte de su territorio. El rabino porteño llega para contactarse con un colega local, y éste lo pone en contacto con posibles donantes del dinero que necesita para evitar el cierre de la sinagoga. Durante esos días de gestiones, no siempre exitosas, descubre que hay algo más importante que juntar el dinero para cubrir una deuda. Con un tono levemente melancólico -nunca melodramático-, el guión también escrito por el director conduce a empatizar con un hombre abrumado pero también esperanzado. Las palabras y los gestos de un anciano cultivador de arroz y un joven conserje de hotel, contribuyen a una revelación interior que cambiará su vida, de regreso a Buenos Aires.
El académico futbolero
Paternal, cuarto documental de Eduardo Yedlin (La Escuela, 2006, Sans Souci, 2015, La fidelidad, 2016, sus anteriores títulos) cuenta la historia de vida del antropólogo y profesor de historia porteño Adolfo Roitman, curador de los "rollos del Mar Muerto" en el Museo Nacional de Israel e hincha de Argentinos Juniors -el orden de los factores no altera el producto.
La referencia al barrio del equipo de fútbol en donde debutó Diego Maradona, explícita desde el título de la película, sirve para delinear un retrato del personaje en cuestión. Roitman es un porteño hecho y derecho que, por sus estudios y vocación, ocupa desde 1994 un cargo relevante en relación a uno de los mayores tesoros de la humanidad: los rollos del Mar Muerto, tal como se conocen unos pequeños trozos de cuero de animal en los que los primeros hombres de esta era escribieron historias de profetas y otros relatos de época, que fueron descubiertos por casualidad en 1947.
La cámara de Yedlin sigue a Roitman por diferentes locaciones que resultan los hitos de su vida y la historia familiar que la componen. Todo comienza -la película, la historia de su familia- en el departamento de Albardón y al sur de la provincia de San Juan ("a miles de kilómetros de Jerusalem", dice el protagonista), allí dónde llegaron sus ancestros desde Europa. Su abuelo fue zapatero ahí. En una iglesia de la pequeña localidad sanjuanina, reflexiona: "He nacido en Argentina, vivo en Israel y ahora vuelvo a los orígenes de mi familia en San Juan. Aquí es donde se conjugan lo familiar, lo universal, lo social y lo religioso en una experiencia humana". A lo largo del documental, queda claro de qué se trata esta particular experiencia humana.
Una visita al barrio de La Paternal junto a su hermano Isidoro -músico, intérprete de laúd- permite recorrer junto a la cámara esas calles que ellos recorrieron desde chicos, en un "viaje al túnel del tiempo" según el protagonista. Se detienen en Añasco al 1600, frente a la casa que habitó la familia Roitman, y preguntan por el destino de la propiedad a un trabajador. Siguen caminando. Y reflexiona Isidoro que jamás sus padres se hubieran imaginado el destino de sus dos hijos, ambos viviendo en una especie de viaje hacia lo profundo de los tiempos. "Un loco que vive 2 mil años con las piedras de Jesús, y otro loco que vive haciendo la música de las cortes europeas de 400 años atrás", reflexiona el músico. "Ninguno de los dos vive en el presente sino en nuestros mundos lunáticos, pero somos felices haciendo lo que nos gusta", remata.
Y cómo no hablar de La Paternal sin hablar de Argentinos Juniors, y más específicamente del hijo pródigo del club, el fenómeno del fútbol que llegó desde Villa Fiorito para ser un héroe de millones de personas a lo largo y ancho del mundo. Inevitablemente el paseo por el barrio entonces, incluye una mini peregrinación a la tierra santa o al menos una de las estaciones por las que pasó el mesías de la zurda: la casa que habitó cuando firmó su primer contrato con el club, en Lascano al 2200. De una religión a otra, parece ser el viaje de vida de este particular personaje que recorre el mundo como responsable, protector y divulgador de uno de los grandes tesoros de la humanidad.
A lo largo de la hora y quince minutos, el documental que pasa por San Juan, ancla en La Paternal y concluye en el Museo de Israel en Jerusalem permite apreciar el camino de cientos, miles de judíos hijos de inmigrantes que crecieron -por partes iguales- entre la tradición religiosa familiar y la idiosincracia argentina tan pegada a pasiones como el fútbol. Roitman es hoy un catedrático respetado a nivel mundial, constante receptor de reconocimientos académicos -un segmento del documental lo ubica en San Pablo, Brasil, como principal disertante de un seminario sobre el tema- y capaz de impresionar con su sola presencia a un grupo de turistas que visita las famosas cuevas del Mar Muerto, donde fueron encontrados los manuscritos.
A sus maneras y con sus tiempos narrativos, desde la ficción y la mirada documental, Shalom Taiwan y Paternal permiten descubrir -especialmente a quienes no profesan el judaísmo o simplemente transitan el camino del agnosticismo- a las personas y sus historias. Eso que habita detrás de la práctica y el estudio religioso. El rabino de Shalom Taiwan y el curador de Paternal son seres humanos con sus pasiones y contradicciones, creencias y valores, sostenidos en sus historias familiares, capaces de emocionar o generar empatía desde la pantalla. El crédito en este caso, corresponde a Walter Tejblum y a Eduardo Yedlin, realizadores cuya sensibilidad en la mirada y la narración fortalecen dos buenas películas argentinas.
*Shalom Taiwan está en cartelera en salas Villages Cines de Recoleta, Caballito, Pilar y Avellaneda; Hoyts Abasto y Quilmes; Showcase Belgrano y Norcenter; Cinema Devoto y Cinemark Open Mall de Tortuguitas.
*Paternal se estrenará el jueves 5 de septiembre en el Espacio INCAA Sala Gaumont.