Definir la música infantil es prácticamente un ejercicio sin sentido porque puede abarcar cualquier género musical. Es por eso que los niños pueden escuchar desde que nacen todo tipo de estilos, incluso uno tan áspero como el rock. Sin embargo, para que se conecten con la música de sus padres, siempre es conveniente que las canciones tengan ciertas características que resulten más "amigables" para sus oídos.
Desde un enfoque educativo, la música para chicos debería tener una estructura simple, armonías agradables y ser repetitiva, tanto en la melodía como en la letra, para facilitar su comprensión. Estas características, en realidad, son las mismas que tienen muchísimas canciones populares. Desde "Love Me Do" hasta "Despacito", la repetición constante de un estribillo es lo que hace que un tema no pare de sonar en la mente.
Ahora bien, ¿qué distingue la música que escuchan los niños de la que consumen los adultos? Para el músico y productor Martín Telechanski, "la gran diferencia está en la letra, textos que hablen de situaciones que viven los chicos y las familias". Según él, una buena historia y el juego, tanto desde lo musical como desde lo discursivo, resultan más atractivos que los clásicos timbres de la música infantil de la vieja escuela.
Por suerte hoy existe una nueva generación de artistas infantiles que propone mayores desafíos: diversidad de géneros musicales, sonidos divertidos, arreglos complejos y sobre todo mucha interacción con el público. "Hay un movimiento que intenta sacar la música infantil de la estética del jardín y tratar de desarrollar la inteligencia de los niños, proponiendo temas que llamen más su atención, saliendo de un lugar de confort, como es el sonido de las campanas o contando la historia de un animalito", señala Telechanski.
La apertura del llamado género infantil hace a los chicos más permeables a lo que se podría considerar música para grandes. Por eso, así como hay músicos que tienden puentes entre el universo de los niños y el de los padres, hay canciones que logran el camino inverso y logran que ambos mundos confluyan.
Bienvenidos al maravilloso mundo del rock
Hay canciones que son el nexo ideal entre el rock y la música infantil debido a que utilizan los mismos recursos, como las melodías sencillas y la repetición de palabras. Son pequeños tesoros que funcionan a la perfección como introducción a la música "de adultos" y que van acostumbrando a los chicos al sonido del género, a las guitarras eléctricas distorsionadas, al groove del bajo y al beat de la batería. A continuación, presentamos una selección de esos temas que van a disfrutar por igual padres e hijos y que van a servir como puerta de entrada al mundo del rock.
The Beatles – All Together Now
Para el músico y productor Hugo Figueras, la música, como hecho cultural, "tiene el valor del peso histórico". En su opinión, cuando una canción adquiere universalidad, el estatus de clásico, se incorpora en el inconsciente colectivo y siempre funciona, tanto para los grandes como para los chicos. Pocos artistas son tan universales como The Beatles y su discografía es el mejor ABC del rock que un niño puede tener. Los mismos Fab Four fueron llevando a todo el mundo hacia los extremos, desde las melodías más dulces ("Here, There And Everywhere") hasta la distorsión más primal ("Helter Skelter") y algunas de sus canciones resultan particularmente atractivas para los más pequeños.
Además de "Ob-La-Di, Ob-La-Da", que debe tener el estribillo más fácil de cantar de todo su repertorio, The Beatles compusieron dos canciones pensando en el público infantil. La clásica "Yellow Submarine", incluida en Revolver (1966), con su relato simple y una producción llena de efectos de sonido, suele ser la primera inmersión al catálogo mágico de The Beatles.
No es casualidad que haya servido de inspiración para la primera película animada del grupo, que además de una hermosa banda sonora compuesta por George Martin, incluye algunos temas que habían sido descartados para sus propios discos, entre ellos "All Together Now". Esta composición nació de una idea de Paul McCartney y fue escrita especialmente para el film. De hecho, aparece en la secuencia en la que los Beatles animados se vuelven de carne y hueso, en lo que es la única participación que tuvo la banda en toda la película (las voces de sus personajes fueron interpretadas por actores porque ellos no quisieron involucrarse).
Construida sobre una secuencia simple de acordes, una melodía alegre y una letra hecha a base de palabras básicas, repeticiones y acciones, "All Together Now" es la canción ideal para disfrutar de The Beatles desde el primer día de vida. Está inspirada en la tradición del music hall de invitar al público a sumarse a cantar y resulta estimulante desde el principio. Fue adoptada por las hinchadas de fútbol inglesas y versionada por innumerables grupos de música infantil, pero la original sigue siendo la más efectiva para cantar a coro con los chicos.
The Monkees – I'm A Believer
Una vez que el rock and roll explotó a fines de los '50 y se convirtió en un fenómeno, la televisión fue responsable de acercarlo a un público cada vez más joven. The Monkees fue una banda de rock creada especialmente para un programa de ficción, pero gracias a sus habilidades lograron traspasar la pantalla y convertirse en uno de los números más exitosos de los '60.
Claramente influenciados por The Beatles, debutaron en 1966 con una serie de singles pegadizos del que se destaca "I'm A Believer". Compuesto por Neil Diamond, tiene unos coros y una frase de teclado que lo hace insuperable.
Como The Monkees fueron pensados como un producto de consumo masivo, casi todas sus canciones funcionan muy bien con los chicos, pero "I'm A Believer" transmite una energía positiva que sobresale del resto. No por nada fue incluida en la banda sonora de Shrek –versionada por Smash Mouth y por Burro, el personaje que interpreta Eddie Murphy– para describir la historia de amor de los protagonistas.
The Archies – Sugar, Sugar
El éxito de The Monkees derivó en la creación de un nuevo género musical, el bubblegum pop, es decir, "pop chicle". Se trata de una derivación de la música beat y del rock and roll compuesto de canciones extremadamente empalagosas, éxitos instantáneos que son imposibles de sacarse de la cabeza.
Una vez más, la televisión fue la usina de estas canciones, producidas en masa para un público preadolescente e interpretadas muchas veces por músicos desconocidos al servicio de programas de dibujos animados, como The Banana Splits, Josie and The Pussycats y, por supuesto, The Archies.
The Archies, el grupo animado de la serie basada en el cómic Archie, fue el principal exponente del bubblegum gracias al clásico "Sugar, Sugar", una canción pop con mayúsculas totalmente irresistible y con altos niveles de glucosa. Fue el simple más exitoso de 1969 y todavía hoy es un imán para cualquier niño.
The Beach Boys – Wouldn't It Be Nice
Si los estudios científicos que afirman que escuchar música clásica estimula el cerebro son ciertos, Pet Sounds, el disco que editaron The Beach Boys en 1966, debería estar al lado de las composiciones de Beethoven, Mozart y Vivaldi. El sonido barroco que desarrolló el grupo en este trabajo reemplaza cualquier adaptación "for babies" que se haya hecho del cancionero del rock.
Con una instrumentación inusual para el pop de esa época y el uso de diversos recursos típicos de la música clásica, "Wouldn't It Be Nice" abre esta obra maestra con una vibra insuperable. La melodía in crescendo, los coros envolventes y una percusión similar a la de las canciones de cuna logran hipnotizar a los chicos al instante.
Si bien es un tema de amor, está escrito desde el punto de vista de unos jóvenes que quieren crecer para ser libres y tomar sus propias decisiones, como casarse y hacer juntos todo lo que desean. La frase inicial "Wouldn't it be nice if we were older" ("No sería lindo que fuéramos mayores"), de acuerdo con el propio Brian Wilson, expresa las limitaciones de la juventud, "lo que no se puede tener, lo que uno quiere realmente y lo que hay que esperar para obtenerlo". Aunque suene pesimista, en realidad lo que transmite es un mensaje de enseñanza: disfruten este momento, que lo mejor está por venir.
Paul McCartney – Dance Tonight
El repertorio de Paul McCartney, tanto con The Beatles como en solitario, ofrece opciones aptas para todas las edades. Durante la grabación de su álbum de 2007 Memory Almost Full, Macca se compró mandolina. Cada vez que la tocaba, su hija Beatrice, que en ese momento tenía 3 años, se ponía a bailar. Así nació "Dance Tonight", que invita a mover la patita y que es imposible dejar de cantar. La repetición de las palabras en cada estrofa la hacen óptima para aprender inglés en el jardín de infantes.
Sui Generis – Bienvenidos Al Tren
Himno de fogón por excelencia, "Bienvenidos Al Tren" es la muestra del talento innato de Charly García, que ya en sus primeros trabajos con Sui Generis mostraba sus dotes como compositor.
Incluida en Confesiones De Invierno (1973), el segundo LP del dúo que integraba con Nito Mestre, sus versos hablan de la libertad de ser joven, con toda la vida por delante. Como los viajes en tren son una temática recurrente en la música infantil, los chicos van a sentir cierta familiaridad al escucharla. Además, su aire folk y su melodía dulce al estilo de Simon & Garfunkel son un hechizo para el oído infantil.
Fito Páez – Mariposa Tecknicolor
"Mariposa Tecknicolor", clásico inoxidable del rock nacional, apareció en 1994 en el álbum Circo Beat, el más exitoso de Fito Páez después de El Amor Después Del Amor. La canción engancha al instante gracias a un impresionante arreglo de piano que da paso a una sucesión mágica de situaciones e imágenes cotidianas que apelan a la nostalgia, a la infancia y a la juventud.
El Technicolor fue el proceso para darle color al cine, por lo que Fito intenta mostrar un pasado colorido, aunque no necesariamente rosado. Es en ese relato donde convergen padres e hijos, los primeros proyectando sus propios recuerdos, los segundos entendiendo el camino que recorrieron sus progenitores, incluso sin entender del todo la letra.
El otro acierto que tiene "Mariposa Teknicolor" es que, además se ser divertida de cantar, tiene una base rítmica que genera unas ganas instantáneas de saltar.
Bonus track: Fito grabó una imperdible versión de "El Oso" de Moris para Piojos Y Piojitos, un álbum infantil que produjo Daniel Grinbank en 1991, interpretado por alumnos y maestros de El Jardín De La Esquina, que era al que iba su hijo. El rosarino le da a este clásico una fuerza desgarradora que pone la piel de gallina y casi sin proponérselo se convierte en la mejor manera de introducir a los más chicos en el canon del rock nacional.
Let's Rock!
Una vez que los niños tuvieron su primer contacto con el rock, el siguiente paso es la inmersión total. ¿Y qué mejor que el baile para lograrlo?
Chubby Checker – The Twist
Muchos chicos argentinos lo conocieron por primera vez con el "Twist Del Mono Liso" de María Elena Walsh en 1962, pero este baile derivado del rock and roll se popularizó dos años antes en todo el mundo de la mano de Chubby Checker y su gran hit "The Twist".
La canción fue una revolución para los jóvenes de esa época y lo sigue siendo para los de hoy. En sus poco más de dos minutos de extensión, no hay forma de quedarse quieto. Es la primera escala para adentrarse en el ritmo del rock.
James Brown – I Got You (I Feel Good)
Siguiendo la línea de "The Twist", el padrino del soul logró su mayor éxito con "I Got You (I Feel Good)" en 1965. Unos arreglos de viento arrolladores (incluido un solo de saxo del gran Maceo Marker), una letra sobre sentirse bien cuando se está al lado de la persona que ama y una melodía sumamente efectiva la convierten en la mejor banda de sonido para transformar en diversión actividades cotidianas que muchos chicos prefieren evitar, como ordenar los juguetes e irse a bañar.
Elvis Presley – Burning Love
El último hit de Elvis es también uno de los más poderosos de toda su carrera. Editado en 1972, con The Beatles ya separados y el rock entrando en su fase más progresiva y pesada, "Burning Love" llevó su música a otro nivel. Por esos años Presley se había vuelto un baladista, pero con esta canción demostró que todavía seguía siendo el Rey del rock and roll.
Es una de las pocas grabaciones que sigue sonando fresca, como si hubiera sido grabada hace poco, y su inclusión en la banda sonora de la película de Disney Lilo & Stitch (2002) no hace más que revitalizarla.
Elton John – Crocodile Rock
Elton John obtuvo su primer número uno en los Estados Unidos gracias a una de sus canciones más simples y divertidas. "Crocodile Rock" remite al rock and roll más primitivo ya desde el título ("Rock del Cocodrilo"), que no es muy diferente al de una canción infantil.
El tema se desplaza a través de una base de órgano farfisa que le da un aire circense que lo emparenta con los grandes éxitos del bubblegum pop. El estribillo, una seguidilla de "la la las" entonados en falsete, lo vuelve un imbatible para bailar y cantar sin parar.
George Harrison – Got My Mind Set On You
Las baladas que George Harrison escribió para The Beatles, como "Something" y "Here Comes The Sun", son hermosas para sumergir a un bebé en el maravilloso mundo que crearon los de Liverpool. Pero si de bailar rock and roll se trata, la que no debe faltar en esta playlist es "Got My Mind Set On You", una olvidada canción de 1962 del cantante James Ray que George rescató en 1987.
Incluida en el álbum Cloud Nine, fue la última vez que un Beatle obtuvo un primer puesto en los rankings de los Estados Unidos.
Los Redondos – Mi Perro Dinamita
Sí, Los Redondos también cayeron en el cliché de los animales. "Mi Perro Dinamita", del álbum La Mosca Y La Sopa de 1991, es un rock and roll directo que no se anda con vueltas. Dentro del canon ricotero será una de las canciones más simples, pero justamente por eso funciona bien con el público infantil.
Es probable que lo que dice el Indio Solari sea mucho más profundo que la historia de un perro que no responde a su amo, pero la descripción que hace del comportamiento del animal es tan gráfica que resulta muy divertida.
The Ramones – Surfin' Bird
Introducir a un niño al punk puede ser algo más complicado. Las canciones de los Sex Pistols son abrasivas, mientras que las de The Clash pueden resultar un tanto combativas. Son The Ramones los que tienen la llave para entrar en este género que produjo una revolución en 1977.
Los neoyorkinos en general suenan demasiado acelerados y muchas de sus letras no son aptas para todo público. Sin embargo, grabaron algunas baladas que pueden resultar atractivas para los más pequeños, como "I Wanna Be Your Boyfriend" –una inocente canción de amor- y "Danny Says", producida por Phil Spector y con una melodía de canción de cuna.
Ahora bien, ¿qué es lo más cercano al punk que podría escuchar un infante?
La respuesta está en "Surfin' Bird", un cover de la banda de surf rock The Thrashmen que The Ramones registró para su tercer álbum Rocket To Russia. A pesar de su velocidad, en su estructura es un rock and roll de manual, pero prácticamente sin letra. La canción repite todo el tiempo la palabra "bird" ("pájaro"), casi como un tarareo, al que luego se le agregan "pa pa pas" y "mow mows". Tiene todos los recursos de una canción infantil, pero impregnada del espíritu del punk.
Queen – We Will Rock You
Después de The Beatles, y una vez adquirido el gusto por el rock and roll, el siguiente paso es Queen. A lo largo de sus discos, los británicos revisitaron diversos estilos, desde baladas de piano ("Somebody To Love") hasta el rockabilly ("Crazy Little Thing Called Love"), pasando por la ópera ("Bohemian Rhapsody") y la música disco ("Another One Bites The Dust").
Sin embargo, es "We Will Rock You" la que va a conquistar a los chicos en la primera escucha. Incluida en el álbum de 1977 News Of The World, está pensada para ser tocada en estadios. El secreto de su efectividad está en su poderoso estribillo –a esta altura un himno- y en su ritmo, hecho a base de palmas y zapateos.
"We Will Rock You" no sólo se puede cantar, sino que también se puede tocar muy fácilmente. Bastan unos aplausos y unos pisotones para tener un buen rato de excitación garantizada.
A la cama con el rock n roll
En 1972, el cantante B. J. Thomas lanzó "Rock and Roll Lullaby", una nostálgica balada sobre el arrullo que su madre le cantaba cuando era bebé durante la explosión del rock and roll. Todas las variantes del género tienen canciones ideales para ir a dormir. Aquí hacemos una pequeña selección de las más efectivas para alcanzar el tan ansiado sueño.
Buddy Holly – Everyday
Buddy Holly, pionero del rock and roll, compuso y grabó esta bellísima pieza junto su banda The Crikets en 1957 como lado B de su clásico single "Peggy Sue". Su melodía, apacible y constante, así como la voz suave de Holly, sumen al oyente en un estado de relajación total. ¿La clave? El uso de la celesta, un instrumento de percusión pariente del xilofón y del vibráfono muy utilizado en canciones de cuna y que hizo mundialmente famoso Tchaikovsky en la "Danza del Hada de Azúcar" del Cascanueces.
The Velvet Underground – Sunday Morning
La celesta vuelve a hacer un trabajo formidable en "Sunday Morning", la canción que abre el debut de The Velvet Underground (The Velvet Underground & Nico de 1967). Producido por Andy Warhol, el álbum de la primera banda de Lou Reed fue un punto de inflexión en la historia del rock por su fusión con la música avant-garde, un experimento que influenció a un sinnúmero de compositores.
Con el disco casi terminado, Tom Wilson, el productor musical, les pidió a Reed y a John Cale que escribieran una canción más comercial para editar como simple. Los temas de The Velvet Underground & Nico se dividen entre aquellos que son más rockeros, monótonos y distorsionados y los que son más dulces, acompañados por la voz de la cantante alemana Nico. Sin embargo, ninguno era apto para sonar en las radios. Así surgió "Sunday Morning", que habla de la paranoia ("Cuidado, el mundo está detrás de ti", reza), pero su melodía es tan somnolienta que es imposible no dejarse ir hasta entrar en un sueño profundo. Como canta Reed en "Venus In Furs", otro de los temas del LP, "podría dormir mil de años".
John Lennon – Beautiful Boy (Darling Boy)
"Cierra los ojos, no tengas miedo, el monstruo desapareció, se está escapando, y tu papá está aquí". Así empieza "Beautiful Boy (Darling Boy)", la composición que John Lennon le dedicó a su pequeño hijo Sean en el álbum Double Fantasy, editado en 1980, pocos meses antes de ser asesinado. Sean el día del 35º cumpleaños de Lennon, el 9 de octubre de 1975. Fruto de su matrimonio con Yoko Ono, se alejó de la escena musical varios años para dedicarse a su crianza.
Esta bellísima canción, en la que el ex Beatle le dice a Sean que él está ahí para acompañarlo y verlo crecer, tiene una de sus frases más conocidas: "La vida es que eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes". En una entrevista, John admitió que durante la grabación tenía una foto de su hijo para poder sentir su presencia en el estudio.
Lennon construyó "Beautiful Boy (Darling Boy)" como una canción de cuna, con una percusión acampanada y un susurro sobre el final: "Buenas noches Sean. Nos vemos a la mañana, otra vez".
Oasis – Champagne Supernova
Aunque parezca increíble, Oasis tiene uno de los temas más efectivos para dormir a un niño. Su clásico álbum (What's The Story) Morning Glory? cierra con "Champagne Supernova", una suite de siete minutos -una extensión considerable para alcanzar el sueño- en la que Liam Gallagher repite como un mantra su única estrofa y el estribillo con una voz plácida, pero a la vez monótona y letárgica.
El otro punto a favor que tiene "Champagne Supernova" es que empieza con el ruido del mar. Los sonidos de la naturaleza relajan a los más pequeños, por lo que apenas se le da play ellos ya empiezan a sentir que es momento de cerrar los ojos. Las guitarras también fluyen como el oleaje a lo largo de todo el tema y van transportando la mente hasta la ensoñación. En los bebés, la suave distorsión tiene el mismo efecto adormecedor que el ruido blanco.
Se trata de los mismos recursos que utilizaban las bandas psicodélicas a fines de los '60, pero sin los efectos lisérgicos. La búsqueda de Oasis es más sideral y aquí la sensación es que con el correr de los minutos se van entramando nubes esponjosas en las que se apoya cada extremidad del cuerpo hasta caer totalmente rendido en un plácido trance que, con un poco de suerte, durará varias horas.
Gustavo Cerati – Lisa
Gustavo Cerati se animó a debutar como solista en 1993 con Amor Amarillo. Fue grabado en Chile y Buenos Aires mientras esperaba la llegada de su primer hijo Benito. La musa fue su exesposa y madre de sus hijos, la modelo y artista chilena Cecilia Amenábar. El álbum sigue las tendencias del rock británico de ese momento, en donde confluían el pop, el folk, la psicodelia y la música electrónica.
La segunda pista del disco es "Lisa", una canción de amor subacuática con un aura espacial que transmite la misma paz que el océano. La voz de Cerati, embebida en eco, es casi un susurro y las texturas de guitarra y teclados son acolchonadas, resultan óptimas para un rato de siesta.
Según Amenábar, está inspirada en sus viajes al lago Vichuquén, en Chile, hábitat natural del pez lisa. Tres años después, Gustavo y Cecilia tuvieron su segunda hija a la que bautizaron con el título de la canción.
Pescado Rabioso – Todas las hojas son del viento
Si el universo de Luis Alberto Spinetta ya es complejo para un adulto, para un niño puede resultar completamente inentendible. Sin embargo, el Flaco dejó algunas canciones preciosas y accesibles a las que se siempre se puede acudir.
"Todas Las Hojas Son Del Viento" abre esa obra maestra que es Artaud, el álbum solista que grabó en 1973 adjudicado a Pescado Rabioso, con la frase "Cuida bien al niño, cuida bien su mente". El mensaje es extensible a cualquier padre, pero está dirigido a su exnovia, Cristina Bustamante, que había quedado embarazada. Más adelante, continúa: "Hoy que un hijo hiciste/Cambia ya tu mente/Cuídalo de drogas/Nunca lo reprimas".
Spinetta interpela a los progenitores con una balada acústica que bien podría funcionar como canción de cuna. Así, "Todas Las Hojas Son Del Viento" logra un doble objetivo: conciencia sobre la crianza y una forma dulce de hacer dormir al bebé.
……………………………………………………………………………….
Esta playlist funciona como una pequeña aproximación al rock, aunque podría ser interminable. Es probable que "Space Oddity" de David Bowie y pasajes de Dark Side Of The Moon de Pink Floyd sean tan efectivos para el sueño como "Everyday" de Buddy Holly. Lo más importante es, en definitiva, que la música conecte a padres e hijos. Así como los chicos comparten sus canciones preferidas con mamá y papá, seguramente ellos también están ansiosos por elegir temas para disfrutar con sus pequeños.
Sería hermoso que The Beatles y The Rolling Stones se terminen mezclando con Luis Pescetti, Canticuénticos, Topa y Piñón Fijo. Todo vale cuando se trata de pasar tiempo en familia.
SEGUIR LEYENDO: