El Trottoirs de Buenos Aires, el rincón bohemio que revivió el tango en París

Infobae Cultura entrevistó al director de cine Sergio 'Cucho' Costantino, creador de "Un sueño en París", una emotiva reconstrucción de la mítica tanguería francesa, apadrinada por Cortázar, y por la que pasaron grandes referentes de la música ciudadana. El filme podrá verse el miércoles 14 de agosto en el Centro Cultural 25 de Mayo

Desde principios del siglo XX París y Buenos Aires están entrelazadas debido al tango. En sus comienzos, ese lazo lo consagró Carlos Gardel pero, tras su muerte, poco a poco esa conexión se fue diluyendo y esa magia tanguera, despapareciendo. Por esa razón, se dice que el Trottoirs de Buenos Aires significó un segundo nacimiento del género en esta región.

Esto se debe a que por ese recinto pasaron artistas consagrados en nuestro país, como Raúl Lavié, Roberto Goyeneche, Susana Rinaldi, Guillermo Galvé o Rubén Juárez, nuevos cantores y músicos de otros géneros como Jairo o Atahualpa Yupanqui. No era un simple bar. Era un sueño que nació bajo la figura del escritor Julio Cortázar, que fue su padrino, y de un amante de la música como Edgardo Cantón. Allí se reunió la bohemia de los años ochenta en la Ciudad de la Luz.

Esta tanguería estaba conformada por una sociedad de veintitrés amigos. Su historia y la de un puñado de artistas que emigraron de la Argentina se ve reflejada en el nuevo documental de Sergio Cucho Costantino que se presentará por primera vez en Buenos Aires en el marco del Festival y Mundial de Tango BA 2019. Infobae Cultura dialogó con el director:

Afiche de Un sueño en Paris

-¿Qué te motivó para embarcarte en este proyecto?

– El periodista Agustín Argento me cuenta la historia de este pequeño lugar en el centro de París, llamado Trottoirs de Buenos Aires. Así puede entender por qué el tango renació en Francia en los ochenta y no desapareció tras la muerte de Carlos Gardel. Él también es cineasta y en ese momento estaba haciendo un curso conmigo. Me pareció apasionante. Siempre digo que se puede hacer una película de lo que sea hasta de algo inanimado como es un bar, que no tiene una vida propia en el sentido humano, pero si todo depende del punto de vista de cómo lo hagas. Me conmovió desde el minuto uno, él me cuenta que ya tenía una investigación hecha al respecto, que había viajado a Francia y me mostró archivos que había recolectado. Yo retomé esa investigación y así nació esta película. En el palo del tango es un lugar conocido pero en general poco se sabe de él. Es como si fuera Cemento para el rock argentino. Era un lugar chiquito pero pasaron muchas cosas ahí adentro. Albergó a una enormidad de artistas consagrados. Se generó mucha música y sirvió para abrir una ventana en París a la música argentina, no solamente al tango. Estaba ubicado en el barrio parisino de Les Halles, que ahora es una zona más de bares pero cuando fue inaugurado el 19 de noviembre de 1981 estaba bastante alejado de la zona céntrica.

– ¿Por qué elegiste a Jean Pierre Noher como protagonista?

– Cuando empiezo a pensar la historia fue automático. Enseguida se me apareció su nombre. Hace algunos años trabajé con él y conservamos una linda amistad. Conozco su gran trabajo como actor pero además de eso tiene un bagaje musical muy rico, gran parte de su carrera la dedicó a musicalizar programas de televisión, es músico. Cuando lo conecto, estaba haciendo su disco con clásicos franceses. Todo encajaba para que fuera el protagonista de este viaje que unía la Buenos Aires con París. Además de su condición de franco argentino, es un tipo súper culto, está muy empapado con la cultura musical tanguera y francesa. Nunca pensé este proyecto sin él, que accedió a penas se lo conté.

“Tata” Cedrón, Julio Cortázar y Edgardo Canton, en el Metro Louvre, grabaron un disco en el emblemático espacio

-¿Tenían un guión para organizar la historia?

– Sí, fue de gran ayuda Gustavo Alonso, que se encargó del mismo. Es la primera película que hago con una idea de otro y el guión también, en especial porque el tango no es mi rubro y había que hacer una investigación más exhaustiva, para eso necesitaba a alguien con otra dimensión. Hicimos un guión bastante grande y extenso. Agustín se ocupó en hacer algunos reportajes previos que permitieron saber que pensaban previamente del lugar algunos de los personajes que participaron de la película. Sabíamos que se iba a sostener en tres pilares: las imágenes de archivo, las entrevistas y los recorridos de Jean Pierre por París y Buenos Aires.

-¿Quedó algo afuera?

-Una gran anécdota es que el documental gira en torno a la búsqueda del músico Edgardo Cantón, uno de los fundadores. En todos estos años no pudimos ubicarlo ni en la Argentina ni en Francia. Teníamos varios medios de contacto y no pudimos dar con él. Hasta hace unos meses y con el documental terminado, volví a insistir y me contestó que estaba viviendo en La Carlota, Córdoba. Pude hacerle llegar el trailer del documental y quedó muy emocionado. Estamos cruzando los dedos para que pueda asistir a esta fecha junto a su hijo. Encontrarlo era algo que me mantenía intranquilo ya que no podía ser que estuviera haciendo una película de un señor y no sabía nada de cuál era su paradero. Sería genial que pudiera ver ya que tenemos el sentimiento de haber cumplido y de poder hacer este homenaje en vida, de saber que todo el esfuerzo que hicimos sirvió.

Un sueño en Paris, de Sergio “Cucho” Costantino

– Vos venís haciendo muchos documentales con el rock como protagonistas, ¿cómo te sentiste al cambiar de género?

– Todavía sigue siendo un género ajeno. Me animé al tango de guapo que soy, para utilizar una frase tanguera. Hice una carrera casi especializada en géneros musicales y no me quería encerrar ni que me encasillen en el rock, no me parecía justo para mi profesión, cuando es tan amplio lo que se puede hacer con los distintos géneros musicales. No es la primera vez que salgo, en 2015 realicé Familia Cantora Los Pacheco, un film documental sobre una familia de músicos folclóricos. Me calzó justo el guante porque podía contar una historia preciosa sin ser un experto en el tema. Lo quise hacer a mi manera. No es casualidad que todos los temas que elegí para la película son los que conozco, en su mayoría clásicos. Son tangos muy conocidos, no quería hacerme el rebuscado.

-¿Cómo fue el trabajo de edición?

– A diferencia de muchos, para mí es el momento más apasionante del film. Fue largo, muy disfrutable y por momentos doloroso. Durante todo ese tiempo es inevitable que sientas cosas. Es cuando construís la película, el verdadero guión está ahí, así que yo me tomo un tiempo largo para editar. Cuando terminé este armado se lo pasé al montajista, con el cual trabajo hace más de 20 años, Manuel García Tornadú, él es el encargado de achicar. Es muy interesante y creativo ese proceso. Teníamos más de 50 horas filmadas más el archivo, para llegar a los 70 minutos, tenés que dejar afuera un montón de material y eso duele mucho. Jean Piere también estuvo presente en esta instancia ya que él era el que ponía la cara y quería que estuviera conforme con el material, él es todo en la película, además, su mirada me parece súper interesante.

Jean Pierre Noher, protagonista del documental

– ¿Qué análisis hacés de la situación del cine documental en la Argentina?

– Los documentalistas siempre la tenemos fea, nunca fue fácil. Tuvimos un momento de gloria hace unos años donde había más entusiasmo de querer hacer películas y moverlas. Fue una década realmente linda para todos los que hacemos cine, siento que esa energía no volvió más, ojalá que se renueve. En este momento lo veo complicado, si bien, creo que hay que adaptarse a las nuevas formas de ver películas, se hace muy difícil estrenar de la manera tradicional, hay una sola sala que es la del Gaumont, básicamente todos estrenamos allí. Lo más complicado es que no se está cumpliendo el porcentaje de pantalla en los cines comerciales que por ley tienen que mostrar un porcentaje de películas argentinas. Debería haber alguien desde el instituto que controle eso. He tenido experiencias en cines de cadena y le han ido muy bien. Hemos metido un montón de espectadores. Tenés que estar muy encima, para generar un interés. Siempre que se respeten los parámetros me interesan que mis películas se vean, si es en una pantalla grande, o desde una plataforma, lo bueno de estos avances es que le alargan la vida a las películas y posibilitan a que lleguen a lugares que antes no podías, en especial para los documentales que tienen pocas salas y pocos horarios. Si uno analiza la programación de las plataformas digitales, queda demostrado que hay un verdadero interés por el cine documental.

-¿Qué esperás para esta presentación tan especial dentro del Festival de Tango de Buenos Aires?

– Va a ser una noche soñada, poder presentarla en un teatro tan relacionado con la música y en marco del festival. En esta sala llegó a cantar Gardel. Es todo un desafío pasarla allí. Será una única función junto a todos los artistas que nos dieron una mano y se sumaron a este proyecto. Luego tenemos planeado estrenarla de manera comercial antes de fin de año.

*"Un sueño en París" podrá verse el miércoles 14 de agosto a las 21:30 horas en el Centro Cultural 25 de Mayo (Av Triunvirato 4444, CABA). Entradas en la web del Festival

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