Por Esteban Castromán / Iñaki Echeverría
Érase una vez… el ebook.
Su aparición causó disputas y controversias en el mercado editorial: mientras el espejismo tecnofílico profetizaba que los lectores dejarían de leer libros en papel para entregarse a este nuevo formato, el fundamentalismo tecnofóbico experimentaba una sensación promedio entre amenaza y rechazo, como un huésped indeseado metiéndose en su casa sin invitación.
Pero solo ocurrió al principio, durante aquella fase mítica inaugural.
Porque así funcionan los mitos: nacen para explicar y justificar el origen o la causa de algo; se propagan para determinar ideas de mundo y sus distintas zonas como conductas en loop, prejuicios, fantasías apocalípticas y hasta aquella euforia optimista capaz de amortiguar el miedo a lo desconocido; y luego, una vez que su intensidad mítica declina, sea cual fuere la razón, pasan a ser fotografías del pasado, una ristra de creencias vencidas.
Lo cierto es que el hábito de leer libros en papel no fue reemplazado por el hábito de leer libros en formato digital; más bien son modos complementarios de lectura que se retroalimentan entre sí.
Lo cierto es que vivimos en una era donde estamos en permanente conexión con lo digital, leyendo y escribiendo, para comunicarnos con los demás, para contarle al mundo qué hacemos, dónde estamos, cómo pensamos, cuánto deseamos, quiénes somos.
Por eso, en la actualidad decir papel versus digital, como formatos que compiten, suena puro mito anacrónico. Porque ambos son aliados y forman parte de una industria en estado crítico cuyo verdadero y principal adversario es un monstruo de dos cabezas que interpela desafiante: ¿cómo sobrevivir a la crisis económica? ¿cómo lograr que las personas decidan invertir su escaso tiempo de ocio disponible en la lectura de un libro, en vez de enchufarse a una serie o elegir cualquier otra oferta de distracción y entretenimiento?
Estimular el interés por los libros en busca de nuevos públicos, promocionar la lectura de calidad, apoyar el impulso comercial de diversos proyectos editoriales independientes, crear redes de intercambio y oportunidades de expansión regional son varios de los puntos de encuentro entre la FED y PODER LATINO.
La FED (Feria de editores) es un evento donde participan 250 sellos independientes de la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, España, Perú y Uruguay. Además de vender libros, habrán actividades culturales a lo largo de sus 3 días.
PODER LATINO es un catálogo de libros digitales que estará disponible en Leamos y BajaLibros, una selección curada con los títulos más vibrantes de la edición latinoamericana, publicados por sellos de la Argentina, Uruguay, México, Chile, Colombia, Perú y Bolivia. ¡Verdadera literatura independiente con sangre digital!
"Desde BajaLibros, librería digital pionera en la región, y también a través de Leamos -un sistema de suscripción de lecturas ilimitadas- se pensó trabajar con sellos de toda América Latina para acompañarlos en su desarrollo digital. Nos gusta decir que Poder Latino ruge… y tiene sentido porque estamos lanzando un catálogo que vino a hacerse escuchar en el sector editorial, como lo demuestra la gran posibilidad de estar en la FED que no solo apuesta al libro físico, sino también a lo digital y a los audiolibros. Porque lo que queremos es que los libros, en todos sus formatos, sean leídos", explica Mariana Kozodij, responsable de canal editorial de Vida TEC.
La curaduría de sellos y títulos está a cargo de Marcos Almada (Alto Pogo/La Coop), quien respondió algunas preguntas para #CulturaLadoB.
–¿Cómo surgió la idea de curar sellos latinoamericanos e invitarlos al salto digital?
-Nos parecía interesante que la curaduría respetara, de alguna manera, el mismo trabajo de búsqueda y selección que llevan a cabo los propios sellos editoriales para formar su catálogo. Al pensar en un catálogo, pensamos en un sistema que hace sentido en su conjunto, pero del que muchas veces solo vemos algunas de sus partes, a veces dispersas, a veces entremezcladas con muchas otras partes de otros sistemas, de otros catálogos, que es la manera cómo nos llegan los libros. Por eso pensamos en un gran catálogo continente de otros catálogos. Poder Latino quiere representar, en formato digital, lo que está pasando con el libro físico: miles de editores en toda Latinoamérica apostando por autores y autoras de gran calidad, con grandes posibilidades de trascender sus propias fronteras.
–¿Qué significa estar en la FED con un catálogo digital?
-En ese sentido estar en la FED significa encontrarse con lectores y lectoras curiosos, que están ávidos de leer literatura de calidad, en el formato que sea. Es cruzar lo analógico con lo digital, y comprender que ambos formatos se potencian mutuamente. La FED se ha convertido en uno de los eventos editoriales y literarios más importantes del país, por la variedad de su contenido, producto también de una muy buena curaduría, organizado pensando en todos y todas, lectores, editoras, escritores, libreras, agentes, docentes, bibliotecarios, en ese hermoso intercambio que se da entre un editor y un lector o una lectora.
–¿Cómo definirías en pocas palabras Poder Latino?
-Una red.
*Feria de Editores 2019
Viernes 2, sábado 3 y domingo 4 de agosto de 14 a 21h
Ciudad Cultural Konex
Sarmiento 3131, Almagro
Entrada gratuita
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