#TeatroEnInfobae: cuatro obras que dialogan sobre la diversidad

Desde musicales clásicos a creaciones colectivas, el teatro contemporáneo dialoga cada vez con más precisión con el presente. Lejos de mostrarse distante con los problemas más urgentes de la sociedad, es cada vez más común encontrarse con obras que hablan del aborto, de la violencia de género y las desigualdades entre hombres y mujeres. Entre todas estas cuestiones, el arte también pone en escena la necesidad de pensar la sexualidad, de salir de las categorías cerradas y pensar el género y el sexo como algo en permanente búsqueda y transformación. Aquí cuatro obras que, con diferentes estéticas, tratan de pensar la diversidad lo más cerca posible de una idea de libertad o, por el contrario, muestran las consecuencias dolorosas de cualquier intento de represión.

Hair

El musical Hair se estrenó en Broadway en 1968. A Buenos Aires llegó apenas tres años después: en 1971 Valeria Lynch, Susan Ferrer, Horacio Fontova, Mirta Busnelli y Rubén Rada se subían al escenario del Teatro Argentino para cantarle al pacifismo y a la libertad sexual. Todavía hoy representar esta obra parece un gesto vanguardista y contracultural. Personajes que buscan darle prioridad al deseo, antes que a cualquier otra cosa y se enfrentan con el poder, los mandatos, la tradición. Todo, en el contexto de la Guerra de Vietnam y la posibilidad de que en cualquier momento llamen a esos chicos de pelo largo para alistarlos en el ejército.

La versión que se presenta ahora en el Konex, adaptada y dirigida por Pablo Gorlero, pone en el centro de la escena esa necesidad de liberación y las consecuencias que eso implica. Siempre en el tono rítmico y coreográfico de un musical. La mirada idealista -y un tanto utópica- de los principios que planteaba el hippismo se impone en esta puesta donde la libertad sexual se explora en el amor bisexual, gay y en cuerpos desnudos que reclaman, antes que nada, la necesidad de una libertad individual.

Hablar del amor libre es, lejos de un preconcepto superficial con el que se suelen descalificar los ideales del hippismo de los 60 y 70, una forma de exponer la violencia doméstica y la represión sexual que, cincuenta años después, se sigue padeciendo. Esta tribu de chicos y chicas que cantan, luchan, hacen manifestaciones y se enamoran expresan hasta dónde determina nuestra vida de todos los días el deber ser, la moral impuesta y los prejuicios que nos alejan del amor y el deseo. Hair, además, tiene canciones bellas y emotivas y un elenco de artistas que cantan, bailan y vuelven a vivir la historia de un musical legendario.

Hogar

En un poderoso tono rockero, la danza también se pregunta por la diversidad: la de los géneros, la de las mujeres y la maternidad como algo impuesto, la de bailarinas que investigan la desnudez, lo descarnado de sus cuerpos y sus vidas.

Hogar es un biodrama potente que dirige Marina Otero y ya lleva más de un año en cartel en el teatro independiente. El espectáculo indaga desde la danza y el biodrama una forma original de contar la propia historia. Performers entregados hablan de sus vidas: una asistente, bailarinas, un médico que baila y es músico, un cheto que recuerda a su empleada paraguaya. Historias editadas y construidas, pero con un incuestionable efecto de verdad en la que el público asiste, casi como un voyeur, a los costados más oscuros y los miedos de personas y artistas que se elevan justamente por ese tono confesional.

Hogar es una creación colectiva que nació del taller "El cuerpo como obra y destino" que coordina Otero, directora, bailarina y coreógrafa, que se anima a trabajar desde el movimiento la autoficción y el biodrama. Correr de un ensayo a otro, preguntarse sobre el pasado, animarse a la desnudez, someter al sexo fuerte, enamorarse. La diversidad aparece en esta obra de danza – teatro a través de la acción coreográfica y en la posibilidad de hacer convivir en un mismo espacio y hecho artístico a personas muy diferentes, pero con el fuerte deseo de encontrarse.

Millones de segundos

Multipremiada y elogiada en todos los circuitos donde se presentó, Millones de segundos es una de esas obras imperdibles del teatro independiente. La obra, escrita y dirigida por Diego Casado Rubio y con la actuación descomunal de Raquel Ameri, está basada en un hecho real: un adolescente transexual de Estados Unidos, con síndrome de Asperger. Una persona que se siente afuera del mundo, que es ignorada y sufre situaciones de violencia permanentes. Alguien que nació y vivió incomprendido.

Con un trabajo corporal descarnado y un desarrollo dramático que crece en tensión, Ameri se transforma de una manera radical en Alan, un chico que se siente de otro planeta y desde sus cinco años cuenta los segundos, para todo lo que hace y todo lo que siente, con la esperanza de que un día pueda cambiar su cuerpo de mujer y convertirse en varón, el género que él siente propio. Mientras recibe un rechazo familiar y social permanente para asumir su identidad sexual, Alan sólo encuentra refugio en su perro y en los seguidores de YouTube que lo apoyan.

Una obra intimista que enfrenta al público con las consecuencias más crueles de la intolerancia. No sólo desde el tema sino también desde su forma de representarse, la obra implica una gran entrega por parte de su protagonista (quien está la mayor parte del tiempo desnuda). Además, hay un fuerte trabajo sobre los prejuicios, un aspecto que también interpela a los propios espectadores. De un caso concreto, Millones de segundos tiene el valor de mostrar un problema universal, que es la incapacidad de las personas para ponerse en el lugar de otro.

Orillera

Conocido por ser uno de los artistas argentinos que durante años formó parte de la troupe del Cirque du Soleil, Toto Castiñeiras es, además de un prestigioso clown, un dramaturgo y director que trabaja con el teatro físico y experimental como su principal estética. Orillera, su último espectáculo, es difícil de catalogar, justamente porque la obra trabaja en los límites de las categorías y con el cruce de lenguajes. Pero quienes se animen a ver esta obra alejada de los convenciones, se encontrarán con un grupo de artistas que se apropian de la escena en todo sentido: son músicos, escenógrafos e iluminadores que le ponen el cuerpo a historias fragmentadas sobre los mandatos culturales y la búsqueda de la identidad.

Hombres que caminan mejor con tacos, bailan sensualmente, se besan con pasión y miedo a la vez, en un universo que se deshace a cada rato. Pero en esta pieza, las mujeres también están en búsqueda de su propia sexualidad y exploran vínculos posibles que suceden en las orillas de una ciudad costera.

Tanto los personajes como el lugar, impreciso, donde sucede este espectáculo se refieren a personas que viven al límite, marginales de la vida doméstica y conservadora que se animan a experimentar por una existencia que los convoque de una manera más real. Más que pensar en palabras o conceptos, lo interesante de esta puesta es ver cuerpos en tensión, que sin escaparle a la violencia, se animan a vínculos más genuinos.

*–Hair se presenta viernes, sábados y domingos a las 21 hs. En Ciudad Cultural Konex: Sarmiento 3131. La obra contiene desnudos completos: para mayores de 13 años.
–Hogar se presenta todos los viernes a las 23 hs en Espacio Sísmico: Lavalleja 960.
–Millones de segundos se presenta los sábados a las 20.30 hs en el Teatro El Extranjero: Valentín Gómez 3378.
–Orillera, de Toto Castiñeiras, se presenta los viernes a las 21 hs en el Centro Cultural 25 de Mayo: Av. Triunvirato 4444.

SEGUÍ LEYENDO