Se acerca una nueva edición de La Noche de la Filosofía. Sin embargo, ese devenir pacífico hacia el día del evento —el 29 de junio en el CCK— se rompió con un grito en el cielo. Intelectuales que han participado el año pasado decidieron declinar la invitación. Ajuste, vaciamiento, censura y la progresiva banalización, entre los motivos. Además, aseguran que "no se respeta la libertad de pensamiento".
Ezequiel Adamovsky, Pablo Alabarces, Alejandro Boverio, María Carman, Mariana Gardella Hueso, Gabriel Kessler, Gustavo Romero, Diego Singer, Maristella Svampa y Pablo Wright son los intelectuales que firman la carta donde se exponen todos sus argumentos.
La Noche de la Filosofía es un evento que ha alcanzado cierto renombre y prestigio. Con el correr de las ediciones —esta, la 2019, es la cuarta—, se ha convertido en un encuentro entre intelectuales tanto de Argentina como del exterior. Lo organiza el Sistema Federal de Medios Públicos, cuyo director es Hernán Lombardi, y se realiza en el CCK.
A continuación, el texto completo:
Los y las abajo firmantes, conferencistas invitados/as a La Noche de la Filosofía 2019, hemos tomado la decisión conjunta de declinar nuestra participación en este evento organizado por el Sistema Federal de Medios Públicos, dependiente de la Presidencia de la Nación.
Durante la edición del año pasado, apoyamos y visibilizamos los reclamos de los y las trabajadores/as despedidos de Telam y fuimos censurados al intentar leer unas palabras en una actividad colectiva organizada junto a los delegados despedidos.
Entendemos que nuestro rol como conferencistas no puede realizarse separado de la realidad política, cultural y económica en la que estamos inmersos. Somos trabajadores/as, investigadores/as, docentes universitarios y sufrimos, en nuestras actividades y en el entramado social del que formamos parte, las consecuencias cada vez más graves de las políticas económicas de ajuste y endeudamiento que lleva adelante este gobierno.
Creemos que no se respeta la libertad de pensamiento cuando se instauran límites a la enunciación apenas esos pensamientos toman formas concretas que incomodan el orden del discurso oficial. Reivindicamos a la filosofía y a la producción de conocimiento en ciencias humanas y sociales como actividades críticas y creadoras, con un compromiso ineludible para problematizar aquello que se pretende silenciar.
Vemos con mucha preocupación que la producción intelectual no solamente padece por las condiciones económicas imperantes y por el vaciamiento de las políticas de Estado, sino a la vez por la progresiva banalización que reduce la creación al marketing y el pensamiento a la conformidad.
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