En el último fin de semana de la Feria del Libro de Buenos Aires, la escritora española Rosa Montero se presentó en la – colmada – sala Victoria Ocampo de la Feria del Libro para presentar su novela Los tiempos del odio (Seix Barral). Se trata de la tercera parte de su saga protagonizada por la detective replicante, clon de humanos, Bruna Husky, que muestra un mundo del futuro con puntos de encuentro con la realidad política más actual, en la que el ascenso de gobiernos como los de Donald Trump y Jair Bolsonaro se basan en un grave desprestigio de los mecanismos de la democracia. Sobre estos temas, la literatura y hasta los tatuajes, la novelista conversó con Hinde Pomeraniec, editora de Cultura de Infobae, y brindó varias definiciones celebradas por el público.
La normalidad
"El concepto de normalidad tiene un marco normativista basada en un hecho estadístico. Todos somos anormales, no existe la normalidad. Por eso me fascinan los excesos del ser".
El compromiso
"En esta época los malos parecen buenos y los buenos parecen malos, pero no creo en la equidistancia de las cosas, los acontecimientos. Tomo partido. Creo que la realidad te lleva a comprometerte".
Ciencia ficción
"Existe un prejuicio con la ciencia ficción. Según un estudio publicado en Madrid, el género literario que más odian hombres y mujeres es la ciencia ficción. Y yo he escrito tres novelas del género. Alguna vez alguien me ha dicho: 'Detesto la ciencia ficción, pero he comprado tu novela porque me gustas como autora'. Hay que ser generoso como lector para comprar un libro sólo porque lo firmo yo. Sin embargo, esto es un prejuicio. La mayor parte de los lectores que odian la ciencia ficción no han leído ciencia ficción. Esta mañana lo he podido comprobar una vez más con la queridísima María O'Donnell en su programa de radio, quien me dijo que el género no le interesaba y cuando le pregunté pues qué había leído se quedó pensando. Yo creo que la ciencia ficción permite pensar el aquí y el ahora con herramientas literarias que también se nutren del desarrollo tecnológico y científico. Y así se puede pensar el mundo de hoy".
Democracia
"Vivimos unos tiempos de odio en los que la democracia está cuestionada en su credibilidad. Asistimos a unas democracias muy corruptas que permite la emergencia de una demagogia que sólo se dirige a las emociones y no a la cabeza de los votantes. Trump y Bolsonaro ganaron las elecciones con consignas de odio y forman parte de extremismos de derecha o de izquierda, como los que puede representar Nicolás Maduro en Venezuela o Daniel Ortega en Nicaragua. Por eso tenemos el deber de refundar la democracia. Por nuestros jóvenes".
Transhumanidad
Pomeraniec leyó un fragmento de la novela:
"Una extraña luz lechosa cayó desde las alturas sobre los presentes dejando a la vista, en una transparencia brillante y fantasmal, todas las prótesis, todos los implantes.
–Es un escáner de rayos T integrados, inocuo, por supuesto. Registra tanto las aleaciones metálicas como los biopolímeros –explicó el hijo de Lago.
El efecto era sobrecogedor. La práctica totalidad de los presentes mostraban trabajos de sustitución. Los más humildes apenas enseñaban una oreja o un diente, pero muchos otros, sobre todo los portadores del lazo plateado, tenían hechos trabajos importantes. Piernas, hombros, fragmentos de cráneo, ojos biónicos, mandíbulas, tramos de la columna vertebral, pulmones que se esponjaban, corazones que latían, diminutos huesecillos de las manos, el enorme laberinto de algún intestino… Todos los componentes artificiales emitían un fulgor rosado que los hacía perfectamente visibles".
Montero recogió el guante: "Yo tengo tornillos de titanio en la columna, tengo dos piezas dentales de titanio y dos lentes intraoculares. Soy un cyborg. En Dinamarca se pueden implantar chips en la mano para realizar compras y trámites, lo cual me parecería de una enorme utilidad. Estamos en presencia de la transhumanidad. La gran pregunta es: ¿qué es ser un ser humano?".
Terrorismo
"Cuando se ejecutaron los atentados en La Rambla de Barcelona, en los que murieron 15 personas y hubo cientos de heridos, muchos atropellados por un camión que se introdujo a toda velocidad en la peatonal, pronto la televisión mostró los rostros de los terroristas, que eran jóvenes, muy jóvenes, catalanes de origen árabe. Las fotos mostraban a unos niños. Sus amigos de entonces decían que hasta un año antes no había ningún signo de anormalidad. Surgía entonces la pregunta: ¿quién es el responsable de introducir esto en sus cerebros?"
La belleza
Pomeraniec preguntó: "¿Qué es la belleza?" después de leer el siguiente fragmento de la novela. "Más allá de las tinieblas interestelares, salpicadas por las chispas de las estrellas, de los planetas iluminados por sus soles, las lunas, las nebulosas, las galaxias remotas. Aquí, a salvo del sucio filtro de la atmósfera terrestre, la inmensa mayoría de los cuerpos celestes mostraban un brillo redoblado y además fijo, sin ningún parpadeo, duros botones de luz. El cosmos parecía un joyero de terciopelo negro lleno de diamantes. Y a la izquierda, ah, ahora la veía con claridad porque su cuerpo había girado lentamente en el vacío, allí al fondo estaba la Tierra, esplendorosa, una bola de fulgor hipnotizante, colosal de peso y dimensión, su intenso azul tachonado por la nata batida de las nubes. Un hilo plateado, el cabo del ascensor espacial, amarraba blandamente Cosmos al globo terráqueo. Era tanta la belleza de lo que veía, era tan imposible y sobrehumana, que la cabeza de Bruna se quedó sin sitio para el miedo. Durante unos minutos simplemente flotó allí, en su lenta deriva hacia el confín de la nada, con la misma placidez con la que debió de flotar en el tanque de líquido amniótico en el que fue gestada".
Rosa Montero dijo: "La belleza nos salva, nos trae transparencia frente al caos y la suciedad de la vida. Yo escribo para darle un sentido al dolor. Eso que nos hace ser más grandes de lo que somos es la belleza".
Tatuajes
"En la época de Franco yo era hippie, cuando éramos diez hippies en Madrid. ¡Podría pasar los nombres y apellidos de cada uno de ellos! Me encantaban los tatuajes pero me atemorizaba esa noción de que duran para siempre, para toda la vida. Cuando pasé mis cuarenta años entonces decidí hacerme uno. El primero que me hice es de una salamandra, que es un animal tenaz y en eso se parece al hombre, que ha sobrevivido en este mundo debido a esa cualidad. Luego me he hecho un tatuaje de unos pájaros. No elegimos los cuerpos en los que somos, hacernos un tatuaje es como decirle al cuerpo: "No te habré elegido, pero ahora con este tatuaje te he elegido". Y a mi cuerpo le agregué esos pajaritos. En el cuello, en la parte posterior, me tatué la frase del poeta chileno Raúl Zurita, que él excavó de manera monumental en el desierto de Atacama: 'Ni pena, ni miedo'. Y ahora he decidido que los tatuajes que me haré serán sólo de textos. He encontrado un tatuador que es una maravilla haciendo textos. El próximo será un poema de Salvatore Quasimodo que dice así: 'Cada uno está solo en el corazón de la tierra / traspasado por un rayo de sol / y de pronto anochece'.
Fotos: Prensa Feria del Libro y Alejandro Guyot/Editorial Planeta
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