#MiráCómoNosLeemos: se presentó una colección que muestra un universo de género diverso

En la Feria del Libro diferentes autoras y un autor contaron sobre sus libros, editados digitalmente por IndieLibros, sobre tiempos atravesados por la cuestión de la mujer

#MiráComoNosLeemos tuvo su presentación en la Feria del Libro

Cuando en diciembre de 2018 las denuncias por abuso de género llegaron a los lugares más masivos ya que involucraban a la joven actriz Thelma Fardin, respaldada por decenas de sus pares, que denunciaba haber sufrido durante la adolescencia una violación realizada por un adulto mayor también muy conocido, el actor Juan Darthés. El colectivo Actrices Argentinas eligió entonces el slogan: "Mirá cómo nos ponemos", para señalar el modo de decir basta a un estado de las cosas. La colección #MiráCómoNosLeemos, editada digitalmente por IndieLibros y dirigida por la periodista y escritora Patricia Kolesnicov, retoma esa consigna en clave de lectura pero no sólo como reflejo de los tiempos signados por la lucha de la mujer, sino por la diversidad misma de ese movimiento. La Feria del Libro y el stand de Leamos, que permite bajar a dispositivos digitales los libros publicados por el sello, fueron el escenario para la presentación de la colección con la participación de sus autoras (y autor), que conversaron y leyeron sus obras, todas cortas, todas apasionantes y todas que plantean una discusión.

"Se trata de pensar al género, cómo nos volvemos a imaginar y qué luchas damos", dijo Kolesnicov antes de cederle la palabra a los autores que ("desobedientes", los llamó para señalar la libertad de trabajo) conforman el conjunto con sus libros.

Patricio Zunini es el autor de “Diario de un argentino deconstruido”

Patricio Zunini es el autor de Diario de un argentino deconstruido, que leyó una parte de su libro en la que refleja el mandato machista de su padre cuando el narrador iba a casarse, mientras llevaban el auto a lavar. Antes dijo: "Traté de reflejar cómo el machismo me afectó en mi educación sentimental y cómo me afecta hoy en día. No considero que sea un hombre deconstruido, de cualquier manera, el otro día conversaba con Eleonor Faur y me dijo que 'deconstruir' es un verbo que siempre se conjuga en gerundio: 'me estoy deconstruyendo', y creo que es un razonamiento acertado e interesante".

Cecilia Szperling

Cecilia Szperling es una escritora que integra el colectivo Nosotras Proponemos y contó cómo nació su idea de narrar los hechos sobre la lucha por la legalización del aborto en El año de la militancia verde. "A fin de año me invitaron en Berlín a pasar un power point sobre lo que había sido la lucha de las mujeres en la Argentina. Luego de ver esas cien fotos, conmovidos todos, pensé en otros colectivos que sacaban libros sobre sus luchas, incluso si no habían tenido la masividad ni significación que la de las mujeres en el país". Entonces decidió escribir sobre ese año tumultuoso, con sesiones en diputados que aprobaron la iniciativa y en el senado, que la rechazó. "El feminismo es una praxis. Una de las primeras acciones de Nosotras Proponemos fue apagar en el Museo Nacional de Bellas Artes los cuadros pintados por varones y sólo dejar iluminados los realizados por mujeres. El museo se encontró, entonces, en tinieblas". Sobre la lucha sobre el aborto, dijo: "Cuando participé me vino a la mente Un cuarto propio, de Virginia Woolf. Fuimos miles y miles de cuartos propios que dejaban abiertas sus ventanas para que se pudieran ver".

Gabriela Saidón escribió “Yo me hice feminista en el exilio”

Gabriela Saidón escribió Yo me hice feminista en el exilio, que recopila entrevistas a referentes del movimiento que tomaron consciencia de la necesidad de la lucha por los derechos de la mujer más allá de las fronteras del país. Leyó el prólogo a su libro, que incluye esta parte: "¿Por qué esas mujeres, que venían del peronismo o de la izquierda, no se hicieron feministas antes en la Argentina, teniendo en cuenta que en las primeras décadas del siglo XX hubo varias y notables agrupaciones que, no sin conflicto y con interrupciones, golpes militares mediante, lucharon por los derechos civiles de la mujer? Hay probado consenso sobre la resistencia de las organizaciones armadas y las militancias de izquierda a incluir los derechos de las mujeres cuando cierto juicio de diletancia burguesa extranjerizante se arrojó –tácito o explícito– sobre el feminismo, como excusa para ocultar una matriz machista en aquellos que querían cambiar el mundo pero sin cuestionar el 'problemita' del patriarcado. El peronismo en general y las organizaciones armadas en los 70 en particular, salvo excepciones, han sido pronatalistas ('hijos para la Revolución'), en algunos casos esgrimiendo argumentos antiimperialistas. Por esta razón, una de las principales reivindicaciones del movimiento de mujeres, el aborto, ha sido postergada en aquella década y después también, siempre a instancias de la Iglesia, como lo ha demostrado el resultado de la votación de su despenalización en la Cámara de Senadores en agosto de 2018, con resultado negativo. Algo es claro: enunciarlo así, 'yo me hice feminista en el exilio', contiene, aunque elíptica, una paráfrasis de la famosa frase que desnaturaliza la condición de mujer de Simone de Beauvoir y deviene en 'feminista se hace, no se nace'. El no lugar, 'el exilio', además elide un tiempo (la última dictadura militar en la Argentina, que se prolongó entre 1976 y 1983) y un espacio: un otro país (o países) donde el feminismo, en ese tiempo elidido también, sin embargo fue posible".

Olga Viglieca escribió “Las obreras que voltearon al zar”

Olga Viglieca escribió Las obreras que voltearon al zar y recupera la memoria de las mujeres que protagonizaron la primera revolución, en febrero, de 1917 en Rusia. "En ese febrero las obreras textiles, mayormente analfabetas y con una tradición campesina, en un país donde sólo medio siglo antes había sido abolida la servidumbre, hicieron una revolución. Las mujeres derrocaron al zar y ese proceso luego instauró el Estado obrero, aprobó el aborto, el divorcio, el matrimonio igualitario, trató de sacar a la mujer de la opresión doméstica. Esta libro es sobre la primera ola de las mujeres que no sólo consiguió el sufragio, sino que alcanzó la revolución", dijo.

Alexandra Kohan

Para presentar a Alexandra Kohan, Kolesnicov dijo: "El libro de Alexandra es controversial. No se sube a las consignas de la época, sino que las discute desde el psicoanálisis". Kohan respondió: "Me interesa problematizar que, en nombre de discursos emancipatorios, se posan nuevas restricciones. Me interesa discutir al sentido común que, si bien puede alojar alguna verdad, también alberga su desmentida. Soy psicoanalista, me ocupo del padecimiento y lo veo en los jóvenes. Existen discursos punitivos peligrosos que hoy se desarrollan, como los escraches, en escuelas secundarias y a mansalva. Hay una fuerza del movimiento que es muy potente y que debemos celebrar, pero también ver sus aristas peligrosas".

Y leyó parte de un capítulo: "Una enunciación prescriptiva, un moralismo aplastante, un instructivo de usos y costumbres que está impregnándolo todo. Los discursos supuestamente emancipatorios y libertarios nos están llenando de nuevos preceptos: cómo hay que coger, con quién o con quiénes, cómo hay que amar, cómo hay que sentir, cómo hay que ser madre, cómo hay que escribir, cómo hay que decir. Son discursos sumamente represivos y censuradores, idealistas y superyoicos, generadores de culpas y 'frustraciones'. Son discursos disfrazados de 'tolerancia a la diversidad', pero en cuanto alguien elige algo con lo que esos discursos no acuerdan, se vociferan acusaciones de 'alienación'. Son discursos paternalistas, pedagógicos y que subestiman e infantilizan a muchísimas mujeres que prefieren otra cosa que las que estos discursos dan por buenas y mejores. 'Yo sé lo que te conviene, te voy a iluminar y te voy a sacar de tu posición equivocada'. Estamos todas equivocadas, somos todas víctimas del patriarcado y por suerte existen las luminarias de cierto feminismo que nos vienen a educar. La educación que se lleva a cabo desde 'concepciones mentales de un ser adulto' y que aplastan lo vivo del pensamiento cretinizándolo, como diría Lacan. El moralismo que estos discursos hace circular pretende una vida 'tranquila', 'armónica', sin pathos. Discurre una pretensión de cuerpos anestesiados en estas certezas; el moralismo actual nos ordena a vivir sin dolor, un poco muertos. Por suerte, como dice Freud, 'contra las pasiones de poco valen unos sublimes discursos'. Para peor, estos discursos de sublimes no tienen nada. Ahora bien, la paradoja es que, promoviendo la no pasión, se vuelven discursos absolutamente pasionales allí donde se enfervorizan y son iracundos cuando alguien no se adapta a ellos".

Hinde Pomeraniec, autora de “Soy mi madre, soy mi hija, soy yo”

Hinde Pomeraniec, autora de Soy mi madre, soy mi hija, soy yo, que recopila columnas publicadas en diversos medios, antes de leer un capítulo dijo: "Lo que dijo Alex me interpela porque soy madre de un hijo varón de 19 años, que es el único en la familia que usa el lenguaje inclusivo, y que nunca hizo nada reprochable pero se cuida de esa acción a la que ella se refiere. Me parece que esta época hace que se replanteen muchas cosas y que avancemos y a la vez que se planteen estos debates". Luego recordó: "El 3 de junio de 2015 cuando impulsamos el #NiUnaMenos nos preguntábamos qué debíamos hacer sobre la cuestión del aborto, porque el reclamo era por una joven que había sido asesinada por negarse a realizarse un aborto. Fue un debate. Hoy la sociedad está más preparada para la discusión sobre la legalización sobre este tema, pero en ese momento la consigna era 'basta de femicidios', una palabra que salió de un ghetto para ser masiva. Hoy podemos decir con libertad que queremos y necesitamos la legalización del aborto".

Como se ve, un muestrario de diversas experiencias que, en forma de texto, muestran la vitalidad de un movimiento que surge desde las entrañas de la historia y de la propia actualidad. Textos a los que se puede acceder con un click en un dispositivo. Porque la cuestión de la mujer exige la más abierta contemporaneidad.

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