Escraches, reclamos de la industria editorial y feminismo: así fue la inauguración de la Feria del Libro 2019

Volvieron las manifestaciones a una Feria marcada por la crisis en el mercado del libro. El feminismo tuvo un rol protagónico en el discurso de Rita Segato

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(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

Todo indicaba que sería un día tranquilo. Aunque, analizando el contexto, ¿por qué habría de serlo? Una vez más, la Feria del Libro fue el termómetro de una crisis que tiene varios aspectos. Por un lado, la caída de la industria editorial y la falta de políticas públicas que eviten el colapso del mercado del libro se vieron reflejadas en el discurso de la presidenta de la Fundación El Libro María Teresa Carbano. Por otro, el conflicto abierto entre el Gobierno y los docentes de la educación pública: así como el año pasado hubo incidentes en el acto de apertura de la feria en contra de la implementación de la UNICABA, este año se repitió, sólo que el reclamo fue por la financiación integral a los bachilleratos populares. Pablo Avelluto, secretario de Cultura de la Nación, volvió a ser el blanco de los escraches. Y por último, el cántico permanente por el aborto legal, seguro y gratuito que vuelve a estar en agenda: el 28 de mayo se presentará el nuevo proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Eran las 18:30 pasadas cuando sonó el himno en la Sala Jorge Luis Borges. Se trataba de la inauguración de la 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En el público se encontraban las escritoras Cecilia Szperling, Dolores Reyes, Elsa Drucaroff, Claudia Aboaf, Gabriela Saidon, entre otras, que exhibían en bolsos o en sus propias muñecas el pañuelo verde que significa la adhesión a la lucha por el derecho al aborto. Pero no sólo mujeres, sino que miembros del género masculino como Franco Torchia, que presentará la edición del cuarto tomo de la Historia de la sexualidad de Michel Foucault, también hicieron notar su adhesión a los reclamos del movimiento de la mujer. La referente histórica del feminismo Martha Rosenberg dijo a Infobae Cultura: "Me parece excelente que Rita Segato inaugure esta Feria".

María Teresa Carbano, presidenta de
María Teresa Carbano, presidenta de la Fundación El Libro (Nicolás Stulberg)

—No es usual que inaugure la Feria una ensayista, sino que en general ese lugar está reservado a escritores de ficción —le dijo Infobae Cultura.
—Es un reconocimiento a los aportes del feminismo al universo cultural de esta sociedad y sus demandas —aseguró Rosenberg.

La mayor crisis de la industria editorial

El acto comenzó. Carbano tomó el micrófono y pidió un aplauso para la anterior presidenta de la Fundación el Libro, Marta Díaz, quien falleció recientemente. Luego agradeció el apoyo de Avelluto y su Secretaría, entonces llegaron los primeros silbidos, aún tímidos. Carbano contó que el año pasado, desde la Feria, se enviaron 22 toneladas de libros hacia el interior del país y siete toneladas al exterior. "Es un equivalente a 75 mil ejemplares, esperamos que este año la cifra aumente", dijo. "La Feria del Libro es una fiesta de la cultura, sin embargo el sector que apoya este acontecimiento está sufriendo una grave crisis, quizás la mayor que se conozca", arremetió para alegar después que "el resultado del año 2018 nos muestra que se produjeron 43 millones de ejemplares. En 2015 se había impreso 83.000.000. Desde entonces, venimos decreciendo. El primer trimestre de 2019 fue el peor en 5 años. Y lo dramático, lo que nos preocupa grandemente, es que la caída no se detiene".

El momento que atraviesa la industria es preocupante, sin embargo todos esos reclamos se aúnan en el proyecto de ley —presentado la semana pasada por Daniel Filmus y otros diputados— para la creación de un Instituto Nacional del Libro Argentino. A esto hizo referencia Carbano, celebrando la iniciativa —alguien en el público gritó "¡Teresa presidente!"— y aclarando que "no somos un sector que quiera colgarse del Estado, somos un sector aguerrido y entusiasta y aquí estamos". Al terminar, y entre los aplausos, un grupo de personas comenzaron a cantar "¡aborto legal en el hospital!, ¡aborto legal en el hospital!" levantando muchos pañuelos verdes. Se sumaron varias personas más: con aplausos algunas, con sus propios pañuelos otras.

Enrique Avogadro, Rita Segato y
Enrique Avogadro, Rita Segato y Daniel Filmus (Nicolás Stulberg)

Más tarde hablaron los representantes de Barcelona —Joan Batallé, directora del instituto Ramón Llull, y Joan Subirat, comisionado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona—, quienes se refirieron al "reto de trasladar aquí el crisol de lenguas, esa diversidad y esa riqueza" tan propias de la ciudada catalana. "Esta feria es inmensa, ¡los felicito!", aseguraron. Aplausos y agradecimientos. El siguiente fue Enrique Avogadro, ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Además de enumerar sus principales iniciativas de gestión, dijo que "la feria es la gran fiesta de la cultura de la ciudad" y que "estamos tratando de acercarnos a nuevos públicos". En el momento en que nombró la inauguración de la Avenida Corrientes como peatonal, el público comenzó a silbarlo. Finalmente terminó el discurso sin mayores problemas.

Escraches, cánticos, protesta

Le tocó, entonces, el turno a Pablo Avelluto, secretario de Cultura de la Nación, que ya desde su subida al escenario fue objeto de silbidos. Comenzaba así el episodio de protesta que, pese a las restricciones anunciadas para evitar que se repitieran los acontecimientos del año pasado (cuando estudiantes de los institutos terciarios irrumpieron en el pabellón para hacer oír sus reclamos), se centró en las demandas de los profesores y estudiantes de los bachilleratos populares. Fueron un grupo minúsculo de docentes que levantaron sus pancartas y comenzaron a hacer ruido. "¡Fuera Macri!", se oía. También: "¡Ladrones!" Los carteles decían "Es hora que los reclamos de los bachis se cumplan". Mientras tanto, afuera, agolpado contra la puerta de la sala, un grupo grande, de más de cien personas, gritaba, cantaba y levantaba sus pancartas. "Salarios para lxs profes", exigían.

Pablo Avelluto (Nicolás Stulberg)
Pablo Avelluto (Nicolás Stulberg)

Mientras el ruido seguía en la sala y el Secretario intentaba continuar con su discurso, Josefina, una de las manifestantes, conversó con Infobae Cultura. "Venimos a reclamar por el reconocimiento de los bachilleratos populares, el financiamiento integral, las viandas para los pibes y las pibas que estudian con nosotros, que casualmente ayer la policía detuvo a tres estudiantes en la puerta del Bachillerato Popular Maderera Córdoba, que no estaban haciendo nada. Los detienen por portación de cara, por andar con gorrita. También luchamos contra eso: contra la represión policial que estamos viviendo todos los días".

"Denunciamos ésto públicamente —continúa— y la Policía por Facebook nos empezó a hostigar. Lo hacen con los perfiles abiertos: son abiertamente policías que nos están amenazando por haber intervenido en una situación injusta ya que a los chicos los terminaron liberando cuatro horas después porque no había ninguna razón para detenerlos. Vamos a hacer la denuncia correspondiente". Josefina, así como los demás activistas, pertenecen a la CEIPH (Cooperativa de Educadores e Investigadores Históricos). "Son cerca de 120 bachilleratos. El Estado sólo le paga el sueldo a los docentes, y en algunos casos ni eso", explica. Sobre el diálogo con el Gobierno, asegura: "No nos quieren recibir. Ni el año pasado ni este. Queremos que al menos nos reciban".

Escraches en el patio de
Escraches en el patio de La Rural, frente a la puerta de la Sala Jorge Luis Borges (Nicolás Stulberg)

Carbano subió al escenario y, tomando el micrófono, pidió a los manifestantes que respeten al secretario: "Los funcionarios son nuestros invitados y por eso tienen derecho al uso de la palabra. Si valoramos la libertad de expresión permitamos que todo el que va a hablar aquí pueda hacerlo". Abajo, Oche Califa, director de la Feria, intentó dialogar con ellos. Mientras esto ocurría, en el público los silbidos se potenciaban y un grupo de asistentes le daba la espalda al secretario y demandaba que dejara de hablar para darle lugar a Rita Segato, la intelectual feminista convocada para inaugurar la Feria. "Por más que interrumpan pienso seguir hablando", decía Avelluto y luego: "Tengo toda la noche, no voy a interrumpir mi discurso". Los aplausos rítmicos de protesta se prolongaban, a la vez que grupos de asistentes reprochaban la actitud de protesta y exigían que se dejara hablar al funcionario. "Es lo mismo de siempre", dijo Avelluto a Infobae Cultura cuando terminó el acto de inauguración del evento cultural. Se lo notaba ofuscado por los acontecimientos.

El público de la sala,
El público de la sala, de espaldas a Avelluto (Nicolás Stulberg)

Feminismo y desobediencia, según Rita Segato

Rita Segato, la presencia y el discurso más esperados de la jornada, finalmente tuvo su turno luego de la accidentada intervención del secretario Avelluto. Unos minutos antes, mientras el público le daba la espalda al encargado de Cultura del Gobierno Nacional y se batían las palmas y se gritaban consignas como "¡Fuera Macri, fuera!" o "¡Los chicos se están muriendo de hambre!", Segato se había apartado de la primera fila en la que se encontraba y se había acercado a un lugar del pabellón donde se originaban los gritos. "Vine a ampararme entre la gente que quiero", les dijo a un grupo de mujeres y les preguntó con amabilidad por los motivos de la protesta. Luego, comenzó su pieza oratoria, que denominó: "Las siete desobediencias", en alusión a los siete pecados capitales del cristianismo. Desarrolló entonces diversos problemas que fueron desde la necesidad de un mundo radicalmente plural como meta histórica ("se torna necesario, en ese camino, ser pluralista antes de ser feminista") al eurocentrismo como problema no sólo teórico, sino político, para los pueblos de América Latina, pasando por la cuestión editorial.

Citó a su amiga Claudia Schwartz, directora de la editorial Leviatán: "¿Por qué no puedo conseguir un libro de Chile? ¿Por qué no puedo conseguir un libro de Uruguay? ¿Por qué no puedo acceder a autores de esos países desde Argentina sino a través de España?". Tocaba un punto fundamental que marca la actual etapa de concentración de grandes empresas editoriales que realizan sus políticas desde el centro ubicado en la península, y no lo hacía en cualquier contexto: Barcelona es la Ciudad Invitada de Honor en esta edición de la feria. Las autoridades eligieron a una autora que podía zanjar la cuestión política interna y de alguna manera abrió un frente externo, aunque lo hizo sin agresiones, en el estilo plural que la caracteriza. "Lloro por eso", dijo Segato, "era hermosa la Argentina de Fausto como es insustituible la Argentina del Centro Editor de América Latina". La intelectual argentina contó cómo desobedecía, en el colegio Lenguas Vivas, el mandato de escribir en "tú" desde su infancia. Esa rebeldía se prolonga en la actualidad, cuando se convirtió en una referencia para el movimiento de lucha de la mujer, género mayoritario entre el público que no dejaba de aplaudir ante sus palabras.

Rita Segato (Nicolás Stulberg)
Rita Segato (Nicolás Stulberg)

"Construyamos nuestra propia desobediencia, no confundamos el 'Ni una menos' con el 'Me too' (movimiento de protesta de la mujer estadounidense) y no nos enredemos en su tensión con el manifiesto de las intelectuales francesas", dijo y agregó que "Mientras el 'Me Too' le habla al Estado, el 'Ni una Menos' le habla a un nosotras y nosotros, le habla a una sociedad". Segato llamó a "desmontar el orden político patriarcal e inaugurar una nueva era histórica". Al comenzar sus palabras, había prodigado un regalo elogioso a la Argentina: "Hace poco salí a caminar por Buenos Aires con mi hijo y me paraban a saludar personas de distintas clases sociales. Él me dijo: 'Una sociedad que reconoce y saluda en la calle a una persona por sus ideas es propia de un gran país'". Es que hoy por hoy Rita Segato se asemeja, con su canoso pelo enrulado, a una estrella de rock del universo del feminismo. Y como tal, las últimas palabras de su discurso arengaron: "¡Sí al aborto legal y gratuito! ¡Ni una menos! ¡Ninguna trabajadora de prensa menos! ¡Por un mundo radicalmente plural!", así como también: "¡Reconocimiento a los bachilleratos populares!".

Entre aplausos, las autoridades de la Feria del Libro y los funcionarios que habían acompañado el acto subieron al escenario y junto a Rita Segato dieron por inaugurada una edición más, la 45, del evento cultural más masivo de la Argentina. Cerca de las nueve de la noche, el público se fue desconcentrando y dando por concluida una tarde que tuvo de todo: escraches, literatura, reclamos de la industria editorial y feminismo.

 

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